Para dar los primeros pasos

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

Ciertas acciones y cancioncillas están orientadas a que el pequeño dé sus primeros pasos.

En Zeberio (B) al niño recostado en su cuna se le toman los piececitos por los talones y cruzándolos una y otra vez se recita esta cantinela semitonada:

Au sankoa, au biloa
ori betor eta ori bioa,
pio-pio-pio, pulu-pulu-pulu.
Este torpe (?), éste desnudo (?) / ése venga y ese otro vaya, / pío-pío-pío, pulu-pulu-pulu.

Al decir las últimas palabras se levantan los piececitos en alto.

En Oiartzun (G), según recogió Lekuona[1], se toman los dos piececitos del niño y se chocan entre sí al ritmo del canto:

– Xango-mango
aurra nongo?
– Ona ba-da etxerako;
gaixtua ba-da kanporako[2].
– Zanco-manco / de dónde (es) el niño? / – Si es bueno, para casa; / si es malo, para fuera.
XANGO-MANGO (Oiartzun-G)

En Valdegovía (A):

Estos piececitos
fueron a por juncos,
corre el uno,
corre el otro,
míralos juntos,
míralos juntos.

Al finalizar se suben y bajan los dos pies a la vez.

En Lezaun (N) moviendo acompasadamente los piececitos del niño se cantaba:

A serrar, a serrar,
madericos del Pilar,
los del rey sierran bien,
los de la reina también,
los del cuchu, cuchu, cuchu, mejor.

O se sustituía el último verso por: «los de nuestro chico, chico, chico, mejor»[3].

En Pipaón (A), antes de que el niño ande, se juega con sus pies, tocando uno con otro mientras se canta:

Estos dos zapatos zapos,
mandarlos por nabos,
a la calle de Páganos,
corre uno, corre dos,
estos dos zapatos zambos.

Cuando el niñito es capaz de tenerse de pie y está a punto de romper a andar la madre le deja solito, se aleja un poco de él y con los brazos tendidos le invita a venir hacia ella, al tiempo que le canta:

Aquí te espero
comiendo un huevo
una sopita
y un caramelo.
AQUÍ TE ESPERO (Salvatierra-A)

Esta letrilla ha sido recogida en Apellániz, La-guardia, Mendiola, Narvaja, Ribera Alta, Salva-tierra (A); Amorebieta-Etxano, Bilbao, Durango (B) e Izal (N). En la versión de Monreal (N), «una sopita» es sustituida por «una sardina» y por «una tortilla» en las de Lekunberri y Eugi (N). En esta última localidad se añaden dos versos más:

..................
Si no me lo das,
tampoco lo quiero.

Esta cancioncilla se emplea también para jugar a carreritas y persecuciones simuladas con niños pequeños que ya han aprendido a andar.

Lekuona[4] registró esta letrilla que se recitaba en Oiartzun (G) para que el niño diera sus primeros pasos:

BERA DAGO (Oiartzun-G)
Bera dago,
bakarrik dago;
bera dago,
bakar-bakarrik dago.
Se tiene (en pie), / se tiene solito; / se tiene, / se tiene él solito-solito.
KATTALIN, PERTOLIN (Sara-Ip)

En San Martín de Unx (N) cuando se sale con el niño de paseo se le agarra por las manitas y al tiempo que se dice «Un, dos, tres» se hace que el niño dé un salto, lo que hace que se camine más deprisa y se entretenga el niño.

En Altzai (Ip) el adulto, sentado, pone al niño de pie sujetándole por las manos y elevándole le dice: «Haputxi! haputxi!». (¡Aupita! ¡aupita!).

En Sara (Ip) para levantar en alto al niño y hacerle saltar se recita:

Kattalin, pertolin, zakuto,
biperrik badaukan saltzeko?
Hupala biruleta! Maria;
hupala biruleta!
Catalina, colgajito, saquito, / ¿tienes pimientos enventa? / ¡Arriba y vuelta! María; / ¡arriba y vuelta![5]

En Abadiano (B) mientras se camina con el niño pequeño cogido de las dos manos se le canta esta letrilla alzándole a su terminación.

Tachín, tachín, tachín
a Garbancito no piséis,
tachín, tachín, tachín
cuidadito con lo que hacéis.


 
  1. Manuel de LEKUONA. «Cantares populares» in AEF, X (1930) p. 56.
  2. Variante Gaixtua bada putzurako (Si es malo, para el pozo).
  3. Una letrilla similar se utiliza en otras localidades navarras para juegos de balanceo con niños pequeños. Vide en este mismo capítulo Juegos de mecer. Kulunka».
  4. Manuel de LEKUONA. «Cantares populares» in AEF, X (1930) p. 58.
  5. José Antonio de DONOSTIA. «Canciones infantiles populares vascas», in Obra literaria. Conferencias. OO. CC. Tomo IV. San Sebastián, 1985, p. 380.