Pastos veraniegos o de altura

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En el área atlántica y en los territorios de la vertiente mediterránea próximos a la divisoria de aguas, el alimento principal lo constituye la hierba. La más apreciada por el ganado es la que crece en las zonas altas, sobre todo en las vertientes soleadas. Cuanto más fina sea se considera mejor.

Los pastores de Orozko (B) estimaban que la hierba de los pastos de Gorbea era mejor que la de las zonas bajas, ya que ésta es más floja, de menos fuerza, emeko pastoa flojoa, indarbakoa da, basokoa obea zan. Al comienzo de la temporada, en primavera y verano, las ovejas pastan hierba y a medida que se va agostando pasan a comer brezo y plantas secas. En general la que está cara al sol se considera la mejor. La de zonas umbrías tiene más agua y es más débil.

En Zeanuri (B) estiman que el mejor pasto, al menos durante los cuatro o cinco meses del periodo estival, es el que está a más de mil metros de altura. Es una hierba pequeña pero muy nutritiva y el ganado que se alimenta con ella engorda más.

En Belatxikieta (B) consideran que son pastos excelentes los que crecen en la montaña a cierta altura, ya que son más finos. En Maguna (B), aseguran que les gusta más la hierba de zona soleada que la de umbría y que comiendo ésta producen mucha mayor cantidad de leche.

En Triano (B) siempre se han considerado como más provechosos los altos de Ganekogorta, de Eretza y Alta de Galdames. Los pastos de alturas medias cercanos a La Arboleda, Sasiburu, Mello o Serantes se siguen considerando buenos y además son los más utilizados. Todos los pastores recuerdan que los montes estaban mejor conservados hace unos años para el pasteo. Se hallaban más limpios, con menos maleza y más árboles como roble o castaño cuyos frutos servían de alimento otoñal a los rebaños. La excesiva plantación de pino insigne ha restado considerablemente el pasto. También han perjudicado los cortes a matarrasa de los brotes de árboles. A pesar de lo anterior los pastores están de acuerdo en que uno de los mejores abrigos para guarecerse los rebaños es el pinar.

En Abanto, Galdames, Muskiz y Zierbena (B) consideran que los pastos de los montes del litoral resultan más gustosos a los rebaños por su salitre. Durante el verano se buscan los de los altos de la cordillera de Triano pertenecientes mayoritariamente a la jurisdicción de Galdames, que abarca desde el límite de este concejo con el de Güeñes y llega hasta el límite con Muskiz (Alto del Cuadro, Ganeran, La Rasa, San Juan y Peñapastores).

En Izarraitz (G) el pasto que aprovecha la oveja latxa está constituido por una hierba corta que crece en la zona y que recibe el nombre de belar motxa.

En Brinkola y Telleriarte (Legazpi-G) consideraban como el mejor pasto para el ganado lanar el formado por una hierba fina que crecía en altura y que los pastores llamaban aizbelarra. Además crecía otra especie de hoja más grande y ancha a la que distinguían con el nombre de albitza. Las hojas tiernas del fresno, lizarra, se utilizaban igualmente como alimento del ganado. En Ezkio (G) también piensan que los pastos altos son los más finos para las ovejas.

Rebaño pastando en Urbia (G), 1994. Fuente: Iñaki Linazasoro, Grupos Etniker Euskalerria.

En Eugi (N) consideran que la hierba de mejor calidad es la de las cumbres y sitios solea- dos, esto es, allí donde no crecen juncos. Son zonas muy apreciadas no sólo por las ovejas, sino también por las yeguas y las vacas. Son conocidas las solanas de Saioa, allí se juntaban a menudo los pastores de los alrededores con sus rebaños. En las zonas donde se acumula la niebla del norte la hierba es más blanda y de peor calidad.

En Ayala (A) estiman que los pastos mejores y más querenciosos para el ganado ovino son los de la sierra y entre ellos los situados en las zonas más altas, pastos colgados, y en las solanas o carasoles. Estos lugares se hallan orientados hacia los valles burgaleses y aunque se sequen antes, en ellos crece la hierba más fina. Aparte de los anteriores son considerados buenos pastizales el pico Eskutxi, El Somo y el Moscadero. El de peor calidad es el del barranco del llamado Portillo del Aro. La toponimia de la sierra indica el tipo de pasto y de vegetación. Las zonas llanas con hierba fina reciben el nombre de campos (Campo Cardo, Campo de Ponata), las superficies donde abundan los brezos, berozadas, y los pastos accesibles situados en pequeñas plataformas o baldas en el mismo risco ereas.

En Valderejo (A) el de mejor tipo es el formado por una hierba llamada lebruna que es de consistencia recia, aunque de apariencia fina, más bien corta y que crece en los pastos elevados. Existe un refrán que hace referencia a ésta: Cuando ha salido la lebruna, ya ha salido la oveja de la mala fortuna.

En Agurain (A), en encuesta realizada a mediados de los cincuenta, se juzgaba que la hierba que brotaba en las sierras de Entzia e Iturrieta era fina, jugosa y nutritiva para el ganado[1].

En Araia (A) los pastizales más apropiados y provechosos son los de la montaña pues según los pastores el mejor queso es aquel que se obtiene a partir de la leche de las ovejas que han pastado en ellos.

Además de los pastos finos de las cumbres las ovejas han aprovechado, coincidiendo con la escasez de los anteriores, otras especies vegetales que no eran gramíneas. Ya se han citado en las descripciones anteriores algunos ejemplos.

En Ernio (G) la hierba más buscada por las ovejas es la berga-belarra, que otros llaman frantzi-belarra, aunque comen de todo: otea, árgoma, txillarra, brezo, e incluso cuando lo había, garia, trigo. La considerada mejor es la belar motxa, hierba corta, que les gusta mucho. También les agrada la llamada marrubi-belarra, que recuerda a la mata de la fresa silvestre. Dependiendo del pasto que coman, el queso obtenido al día siguiente tiene un sabor distinto. Según opinión del informante, es con esta última con la que se consigue el queso más fino y de mejor calidad.

En Izurdiaga (N) los animales comen en la sierra los frutos de los diversos árboles que crecen en ella: gaztaiña o pasto de castaña, correspondiente a la castaña común y a la pilonga; ezkalikotxa o pasto de haya, esto es, el fruto del haya, fagoa, pagoa; y ezkurra, pasto de bellota del roble, areitza, o de la encina, artea. Otras plantas que también sirven de alimento a los animales son el té de las peñas[2], las illarrakas u oillarrakas[3] y la otabeza, además del pasto de hierba llamado barrutia.


 
  1. José María AZCARRAGA. «La vida pastoril en la región de Salvatierra» in AEF, XV (1955) p. 177.
  2. Jasonia glutinosa.
  3. Rhamnus catharticus.