Diferencia entre revisiones de «Precauciones para evitar la enuresis»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Carranza (B), según algunas informantes, si se pillaba orinándose a un niño pequeño, estuviese o no dormido, nunca se le decía nada pues se pensaba que al asustarle en plena micción se le “cortaba la orina”, teniendo después dificultades para volver a hacerlo. En Nabarniz (B) se consideraba importante no gritarles ni reprenderles por ello.
 
En Carranza (B), según algunas informantes, si se pillaba orinándose a un niño pequeño, estuviese o no dormido, nunca se le decía nada pues se pensaba que al asustarle en plena micción se le “cortaba la orina”, teniendo después dificultades para volver a hacerlo. En Nabarniz (B) se consideraba importante no gritarles ni reprenderles por ello.
  
Como era inevitable que los niños pequeños orinaran en la cama, en Elosua (G) se colocaba sobre el colchón una piel de cordero con la lana hacia arriba y posteriormente un hule. En Lezaun (N) se ponía también un pellejo de oveja o de cordero con la lana hacia arriba<ref>En un volumen anterior del Atlas se ha recogido alguna información más a este respecto. Véase el capítulo sobre “Primera infancia. Haurtzaroa” en ETNIKER EUSKALERRIA. ''Ritos del Nacimiento al Matrimonio en Vasconia. Atlas Etnográfico de Vasconia. ''Bilbao, 1998, pp. 215-216.</ref>.
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Como era inevitable que los [[PRIMERA_INFANCIA._HAURTZAROA|niños pequeños]] orinaran en la cama, en Elosua (G) se colocaba sobre el colchón una piel de cordero con la lana hacia arriba y posteriormente un hule. En Lezaun (N) se ponía también un pellejo de oveja o de cordero con la lana hacia arriba.
  
 
En Carranza (B) los encuestados refieren que antaño se decía de la enuresis que se manifestaba con más frecuencia en niños débiles que en los fuertes y sanos. Cuando un niño de más edad se orina ocasionalmente en la cama, se atribuye a que ha cogido un enfriamiento de vejiga. Se dice que en los adultos ocurre este percance cuando se sueña con fuentes o corrientes de agua.
 
En Carranza (B) los encuestados refieren que antaño se decía de la enuresis que se manifestaba con más frecuencia en niños débiles que en los fuertes y sanos. Cuando un niño de más edad se orina ocasionalmente en la cama, se atribuye a que ha cogido un enfriamiento de vejiga. Se dice que en los adultos ocurre este percance cuando se sueña con fuentes o corrientes de agua.

Revisión actual del 08:26 23 jun 2020

En los críos en que se ha manifestado un problema de enuresis son varios los procedimientos a los que se ha recurrido para combatirlo.

Se evita darles líquidos, agua o leche, desde media tarde o por lo menos por la noche antes de acostarlos (Amézaga de Zuya, Mendiola, Pipaón-A; Bedarona, Carranza, Muskiz, Nabarniz-B; Beasain, Bidegoian, Elosua, Oñati, Zerain-G; Allo, Lezaun, Obanos, San Martín de Unx, Murchante-N).

Se les obliga a orinar antes de acostarlos (Mendiola, Pipaón). En Lezaun antes de ir a la cama se les mandaba al corral para que mearan. Si alguno aún tenía la costumbre de orinarse, se le levantaba de noche y se le mandaba nuevamente al corral. En Amézaga de Zuya y Bernedo (A) había madres que les obligaban a permanecer sentados sobre el perico hasta que orinasen. En Obanos (N) se les fuerza a hacer pis antes de que vayan a la cama y se les levanta a medianoche para que acudan al baño.

En San Martín de Unx (N) se les bañaba en agua fría antes de dormir o se les acercaba al hogaril para provocar que con el contraste de temperaturas orinasen en el orinal. En Carranza (B) algunas madres les mojaban el culo en una palangana con agua fría justo antes de acostarlos, cuando se encontraban adormilados. En Amézaga de Zuya (A), en cambio, se dice que no es aconsejable acostarlos con miedo o asustados.

En esta última población alavesa algunas madres a modo de castigo no les quitan los pañales húmedos al objeto de que se sientan incómodos y no vuelvan a hacerlo. En Bernedo (A) se les reprendía. En Obanos (N) recuerdan que se les llamaba meones y se les avergonzaba delante de sus hermanos e incluso de los amigos tratando de que reaccionasen. Pero también reconocen que no solía ser eficaz.

En Carranza (B) este problema fue objeto de mofa y motivo de sufrimiento para el niño que lo padecía. Los propios hermanos del afectado o sus amigos, si tenían conocimiento de ello, le mortificaban cuando se enfadaban con él cantándole:

Te measte(s) en la cama
calaste(s) siete colchones
la orina cayó a la cuadra
y ahogaste(s) los lechones.

En Berastegi (G) se les ofrecía un regalo en caso de que no se hiciesen pis en la cama.

En Carranza (B), según algunas informantes, si se pillaba orinándose a un niño pequeño, estuviese o no dormido, nunca se le decía nada pues se pensaba que al asustarle en plena micción se le “cortaba la orina”, teniendo después dificultades para volver a hacerlo. En Nabarniz (B) se consideraba importante no gritarles ni reprenderles por ello.

Como era inevitable que los niños pequeños orinaran en la cama, en Elosua (G) se colocaba sobre el colchón una piel de cordero con la lana hacia arriba y posteriormente un hule. En Lezaun (N) se ponía también un pellejo de oveja o de cordero con la lana hacia arriba.

En Carranza (B) los encuestados refieren que antaño se decía de la enuresis que se manifestaba con más frecuencia en niños débiles que en los fuertes y sanos. Cuando un niño de más edad se orina ocasionalmente en la cama, se atribuye a que ha cogido un enfriamiento de vejiga. Se dice que en los adultos ocurre este percance cuando se sueña con fuentes o corrientes de agua.

Si el problema de la enuresis perdura en edades más avanzadas se acude al especialista (Mendiola-A).