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En Mendiola (A) si tras intentar cerrar los ojos al cadáver le quedan entreabiertos, tal signo se considera de mal agüero ya que «pide a otro de la familia». En Moreda (A), en idénticas circunstancias, también se piensa que muy pronto fallecerá otro de la casa.
En Gatzaga (G) se creía que si un cadáver era enterrado con los ojos abiertos porque no había sido posible cerrárselos, es que estaba llamando 6o a algún miembro de la familia<ref>El autor narra cómo se celebró hace todavía pocos años en la parroquia un novenario de misas en sufragio del alma de una anciana que «había sido llamada» por una nieta suya fallecida en un accidente de mar apenas quince días antes y enterrada con los ojos abiertos. La abuela había comentado en su momento: ''Bateonbat laister juango da gure etxetik, ''alguien marchará pronto de nuestra casa. A raíz de este hecho una informante comentó al autor que una de sus sobrinas, enterrada en circunstancias similares, «llamó» a un hijo suyo que luego falleció abrasado al derramársele una cazuela de leche hirviendo. Vide ARANEGUI, ''Gatzaga..., ''op. cit., pp. 402-403.</ref>.
En Getaria (G) se decía que si el cadáver quedaba con los ojos entreabiertos, el muerto se llevaba tras de sí a otra persona. Si se trataba de un niño de corta edad, se llevaba a una persona madura y viceversa.
En Abadiano (B), si el cadáver mostraba un ojo cerrado y el otro abierto, se interpretaba que pronto se llevaría a otro consigo; si le quedaban los dos ojos abiertos, que éste sería un niño, ''aingeru bat ''(un ángel).
En Gatzaga (G) se creía Thalamas Labandibar recogió que si un cadáver el difunto era enterrado con una persona adulta se le cerraban los ojos abiertos porque inmediatamente ya que se consideraba que no había sido posible cerrárselosconvenía cruzar la mirada con la del difunto pues se temía que una muerte trajese otra. Por ese motivo se decía que el muerto tenía una mirada negra, ''begi beltza. ''En cambio, es a una criatura de corta edad se le abrían los ojos para que estaba llamando 6o mirase al cielo, adonde le correspondía subir directamente a algún miembro su alma<ref>Juan THALAMAS LABANDIBAR. ''La mentalidad popular según Resurrección M.» de la familia Azkue. ''San Sebastián, 1975, p. 86.</ref>. Según el propio Azkue a un niño muerto, si queda con los ojos cerrados, se le abren, de lo contrario llevaría a alguien consigo<ref>AZKUE, ''Euskalerriaren Yakintza,'' I, op. cit., p. 216.</ref>.
En Getaria Barkoxe (GZ) también se decía creía que ocurriría un fallecimiento si el cadáver difunto quedaba con los ojos entreabiertos, el muerto se llevaba tras de sí a otra personala boca abierta<ref></ref>. Si Otro tanto se trataba de un niño de corta edadpensaba en Carranza, se llevaba a una persona madura Meñaka (B) y viceversaBerganzo (A).
En Abadiano Otra premonición de muerte asociada al aspecto del fallecido fue recogida en Meñaka (B). Según una informante, si el al amortajar un cadáver mostraba un ojo cerrado notó que tenía los miembros blandos y el flexibles. Entonces dijo a los presentes que pronto moriría algún otro abierto. Efectivamente, se interpretaba una mujer vecina que pronto se llevaría a otro consigo; si le quedaban los dos ojos abiertoshallaba enferma, que éste sería un niñoaunque al parecer no de gravedad, ''aingeru bat ''murió el mismo día. Esta creencia se constató también en Kortezubi (un ángelB)<ref></ref>.
Thalamas Labandibar recogió que si el difunto era una persona adulta se le cerraban los ojos inmediatamente ya que se consideraba que no convenía cruzar la mirada con la del difunto pues se temía que una muerte trajese otra. Por ese motivo se decía que el muerto tenía una mirada negra, ''begi beltza. ''En cambio, a una criatura de corta edad se le abrían los ojos para que mirase al cielo, adonde le correspondía subir directamente a su alma[[#ftn52|[52]]][[#ftn53|[53]]]1 . Según el propio Azkue a un niño muerto, si queda con los ojos cerrados, se le abren, de lo contrario llevaría a alguien consigo[[#ftn54|[54]]].
En Barkoxe (Z) también se creía que ocurriría un fallecimiento si el difunto quedaba con la boca abierta[[#ftn55|[55]]]. Otro tanto se pensaba en Carranza, Meñaka (B) y Berganzo (A).
Otra premonición de muerte asociada al aspecto del fallecido fue recogida en Meñaka (B). Según una informante, al amortajar un cadáver notó que tenía los miembros blandos y flexibles. Entonces dijo a los presentes que pronto moriría algún otro. Efectivamente, una mujer vecina que se hallaba enferma, aunque al parecer no de gravedad, murió el mismo día. Esta creencia se constató también en Kortezubi (B) [[#ftn56|[56]]] .
En varias poblaciones se ha constatado la creencia de que tras el fallecimiento de un adulto a veces moría un niño para facilitarle al primero la entrada en el cielo.
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