Presencia en bares y establecimientos públicos

Otra de las prohibiciones durante el periodo de luto era la asistencia de los hombres a los cafés, bares, tabernas, sidrerías o casinos. Se ha constatado en Berganzo, Laguardia, Llodio, Moreda, Pipaón (A), Amorebieta-Etxano, Carranza, Murelaga, Muskiz, Orozko, Plentzia, Trapagaran, Zeberio (B), Arrasate, Beasain (G), Artajona, Eugi, Mélida, Monreal, Murchante, Obanos, Sangüesa, Viana (N) y Ezpeize-Undüreiñe (Z). La duración de esta restricción se reducía en Laguardia, Carranza, Muskiz y Viana a periodos más cortos que el luto y más concretamente a medio o un año en Mélida; a seis meses en Obanos, a los tres domingos «de salida» en Amorebieta-Etxano y a quince días en Aria (N).

En Gatzaga (G) no se les impidía ir a los bares, no obstante mientras permaneciesen en los mismos debían adoptar una actitud más seria y discreta y retirarse a casa temprano, para el toque de ánimas, aramaittekoa[1]. En Gamboa (A) acudían pero con menor asiduidad. También en Apodaca (A), retirándose al toque de oración. En Mendiola, Ribera Alta (A) y Getaria (G) se afirma que podían entrar en las tabernas y jugar a los bolos, cartas u otros juegos de mesa.

También era práctica prohibida acudir al cine o a otros espectáculos.


 
  1. Pedro Mª ARANEGUI. Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX. San Sebastián, 1986, p. 424.