Procedimientos adivinatorios

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Otros procedimientos para averiguar el sexo del feto eran de naturaleza adivinatoria.

En Baztan (N), Arratia (B), Amezketa, Hernani (G), Haltsu (L) y Barkoxe (Z) para saber si iba a nacer niño o niña se decía que había que echar al fuego la raspa de una sardina vieja o arenque, si saltaba sería niño, de lo contrario niña[1]. En Lekaroz (N) también se decía que si se arrojaba al fuego la espina mondada de una sardina y saltaba nacería un varón mientras que si no lo hacía sería niña[2].

En Larraun (N) se debía poner la raspa de sardina sobre la brasa, si daba vueltas era niño y si no se volvía niña[3].

En Salazar (N) se echaba al fuego una hoja de boj, si subía nacería niña y si quedaba quieta niño[4].

En Hondarribia (G) para averiguar si iba a ser niño o niña se tomaba la mano derecha de la embarazada de tal modo que la mantuviese inmóvil con la palma abierta hacia arriba y se sostenía encima de su muñeca una aguja pendiente de un hilo; si la aguja se movía en el sentido longitudinal, dirección de la mano al brazo, significaba que nacería niña y si lo hacía de forma transversal, de izquierda a derecha, que sería niño. Esta misma costumbre ha sido constatada en Oteiza de la Solana (Tierra Estella-N); aquí el hilo tenía que ser blanco.

En Pamplona (N) se tomaba la cadena con su medalla y se situaba a la altura de la mano de la embarazada, si se movía en sentido circular es que iba a ser chica mientras que si se cruzaba nacería chico. Se repetía la prueba para conocer el número de hijos que iba a tener y al detenerse la medalla se daba por terminada[5]. Prácticas adivinatorias de este tipo se realizaban también a las jóvenes solteras para adivinar el sexo y el número de hijos que iban a tener (Donostia-G; Obanos, Oteiza de la Solana, Tierra Estella-N).

En Villafría (Bernedo-A) se recuerda la existencia de una mujer que pronosticaba a las embarazadas si iban a tener niño o niña. Esto lo deducía por la luna, si le tocaba dar a luz en menguante nacería chica y si en creciente chico. En Aoiz (N) se decía que si el año era bisiesto nacerían preferentemente varones[6].

En Moreda (A) se pensaba que si el recién nacido, fuese niño o niña, poseía un remolino en el pelo, el siguiente parto sería de un varón. En Obanos (N) que si presentaba el remolino de la coronilla en el centro el siguiente en nacer sería del mismo sexo mientras que si le quedaba en un lado cambiaría de sexo.

En Pamplona (N) para saber si el primer hijo iba a ser varón o hembra se escribían los nombres y dos apellidos de su padre y de su madre y se contaba el número de letras de que constasen considerando la "rr" y la "ll" como letras sencillas; si el resultado era par nacería un niño y si era impar una niña[7].


 
  1. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 345.
  2. José M.ª SATRUSTEGUI. "Medicina popular y primera infancia" in CEEN, X (1978) p. 345.
  3. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 345.
  4. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 346.
  5. José M.ª SATRUSTEGUI. "Medicina popular y primera infancia" in CEEN, X (1978) p. 383.
  6. EAM, 1901 (ed. 1990) I, 1, p. 206.
  7. José M.ª SATRUSTEGUI. "Medicina popular y primera infancia" in CEEN, X (1978) p. 384.