Diferencia entre revisiones de «RITOS EN TORNO AL FUEGO DOMESTICO/en»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El fuego del hogar que hasta ayer era, aún entre nosotros, un elemento primordial de la casa y el eje de la convivencia familiar, es también un elemento básico en el origen mismo de la civilización.
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[[File:2.424 El fuego del hogar elemento central de la casa 2011.JPG|frame|El fuego del hogar, elemento central de la casa, 2011. Fuente: Ander Manterola, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
 
[[File:2.424 El fuego del hogar elemento central de la casa 2011.JPG|frame|El fuego del hogar, elemento central de la casa, 2011. Fuente: Ander Manterola, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]

Revisión del 10:56 6 feb 2019

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El fuego del hogar, elemento central de la casa, 2011. Fuente: Ander Manterola, Grupos Etniker Euskalerria.

El microclima que genera en su entorno este fuego controlado se convierte en un ámbito de relación humana. Cuando ese fuego es estable en un mismo lugar adquirirá la condición de ser testigo de las sucesivas generaciones que convivieron junto a él. Conviene tener presente que hasta que hicieron su aparición las cocinas de gas butano, el fuego debía estar encendido cada día del año, incluidas las calurosas jornadas del estío, ya que constituía la única fuente de calor que permitía cocinar los alimentos. En este contexto ha adquirido el fuego en nuestra cultura tradicional la consideración de símbolo de la casa, genio del hogar y ofrenda dedicada a los antepasados[1].

Relacionadas con el fuego han surgido numerosas tradiciones como las que se señalan a continuación y otras que mencionaremos en este capítulo que hacen referencia a la antigua virtualidad que se atribuía al fuego doméstico y que han tenido una gran extensión a lo largo de Vasconia.

Al fuego del hogar, por ejemplo, se le pedía la segunda dentición. Existía entre los niños la costumbre de arrojar al fuego del hogar el diente caído invocándole: Tori zarra ta ekatzu berria (toma el viejo y trae el nuevo)[2] (Oiartzun-G). Este fuego era también capaz de purificar el pan u otros alimentos contaminados por haber caído al suelo o el agua traída de la fuente tras la puesta del sol. En torno a este fuego tenían que dar tres vueltas las personas o los animales que venidos de fuera quedaban incorporados a la casa.

Vamos a referirnos a algunas de las creencias y ritos en torno al fuego doméstico recogidas en nuestras encuestas y que han estado vigentes hasta nuestros días.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. Diccionario Ilustrado de Mitología Vasca. Bilbao: 1972, p. 218.
  2. En el tomo de este Atlas Etnográfico dedicado a Juegos infantiles en Vasconia se recoge esta costumbre y las cancioncillas que se cantaban.