Regalos de Pascua y Navidad. Pazkopilak

Una costumbre en otro tiempo muy extendida en Vasconia tanto peninsular como continental, consistía en que el día de Pascua de Resurrección los padrinos -más frecuentemente la madrina- obsequiasen a sus ahijados con un pan especial fabricado en casa.

Esta práctica fue desapareciendo a medida que se dejó de fabricar el pan en casa; estos panecillos de regalo se cocían aprovechando la hornada doméstica. Unas pocas casas que mantienen su horno de pan y algunas panaderías locales siguen fabricando y vendiendo estos panes de Pascua. Con todo la costumbre ha perdido la antigua vigencia.

En Salvatierra (A) el segundo día de Pascua se celebra la fiesta de Ntra. Sra. de Sallurtegi, patrona de la Villa. Era costumbre antigua que ese día el padrino de bautismo recibiera la visita del ahijado. Este le felicitaba las Pascuas y el padrino le correspondía obsequiándole con un bollo de pan que llevaba chorizo en su interior o un huevo incrustado; este pan se denominaba arrazobi.

Hasta la década de los años sesenta, en San Román de San Millán (A) y en otros pueblos de la Llanada alavesa el lunes de Pascua las madrinas regalaban a sus ahijados o hijanos, un bollo de pan que contenía en su interior un chorizo y uno o varios huevos que afloraban encima de la corteza. Estos bollos llevaban adornos en forma de rayas, flores o cruces grabadas con un tenedor antes de meterlos en el horno. En ocasiones se escribía el nombre del ahijado. Este pan recibía los nombres de ranzopil, ranchopil o ronzapil.

En Gamboa (A) la madrina elaboraba en su casa un rosco de tres puntas que llevaba un chorizo en su interior y uno o varios huevos. Regalaba este pan a su ahijado el día de Pascua de Resurrección -o con menos frecuencia el día de su cumpleaños- hasta que llegaba a ser mozo. La costumbre se perdió en la década de los sesenta y se sustituyó por un obsequio en dinero.

En Amézaga de Zuya (A) el día de Pascua, los padrinos tenían por costumbre regalar al ahijado hasta que cumpliera 6 u 8 años un rosco que tenía incrustados chorizo y dos huevos. A la entrega de este obsequio se le llamaba "dar la Pascua".

También en Artziniega (A) se recuerda que antes de la guerra civil (1936) se hacía el regalo de "roscos" a los ahijados. Eran panecillos de forma triangular con chorizo y un huevo en su interior.

En Bermeo (B) al rosco que los padrinos regalaban el domingo de Resurrección, le denominaban Pazkopila. La víspera avisaban al ahijado: Biar Pazkopille bulle etorri (mañana ven a recoger la torta de Pascua). Una panadería de la localidad sigue haciendo roscos de Pascua. También en Urduliz (B) denominan opil a este panecillo de Pascua.

En Gorozika (B) era la madrina la que regalaba por Pascua a su ahijado, hasta que éste se casaba, un pan especial elaborado en el horno de casa con un huevo en el centro. Se denominaba mokotsa.

El mismo nombre, mokotsa, recibe este pan de pascua en una amplia zona de Bizkaia: Abadiano, Ajuria, Amorebieta-Etxano, Durango, Markina, Zeanuri. En esta última localidad y en Orozko le denominan también morrokotea.

Indican en Abadiano (B) que podía ser de distintos tamaños pero siempre adornado con chorizo y huevos. En Amorebieta-Etxano (B) los más grandes tenían tres puntas con un huevo en cada uno de ellos. También en Zeanuri (B) era de tres puntas y podía llevar uno, dos o tres huevos. En Mendata (B) estos panes de Pascua de forma triangular en la década de los años treinta llevaban impreso en cada uno de los ángulos la figura de una mano. Las madrinas les regalaban a sus ahijados hasta que éstos se casaban[1]. En Durango (B) hasta los años cincuenta las panaderías de la localidad confeccionaban estos panes, previo encargo.

En Elosua, Gatzaga, Legazpia y Oñati (G) a este pan de tres puntas que llevaba en cada una de ellas un huevo se le denomina karapaiva. Lo cocía la madrina en el horno de su casa y se lo mandaba a su ahijado o ahijada el día de Pascua. En Zerain (G) esta torta recibe el nombre de arrautzopil. En Oiartzun (G) San Marko-opilla (bollo de San Marcos) porque era ese día, 25 de abril, cuando las madrinas regalaban a sus ahijados, mientras éstos permanecían solteros, este bollo que llevaba dibujos en el exterior y un huevo en su interior. La misma costumbre existió en Hondarribia (G).

En Bera de Bidasoa y en otros lugares de la Alta Navarra a este pan de Pascua se le denominaba adarropil, su forma es de torta con cuernos y en Baztan (N) aitaxiopil y amatxiopil porque el ahijado lo recibía de su padrino o de su madrina.

En San Martín de Améscoa (N) el domingo de Pascua iban los ahijados donde sus padrinos a pedirles el aguinaldo que consistía en un bollo adornado con grageas. A estos bollos antes de su cocción se les incrustaba, mitad dentro mitad fuera de la masa, un huevo que se cocía junto con el pan en el horno. Antes de entregarles el bollo los padrinos les examinaban de doctrina cristiana.

La costumbre de regalar un panecillo por Pascua también ha estado extendida en el País Vasco continental. En Izpura y Donibane Garazi (BN) se le llamaba morrokua; la madrina, gamaza, obsequiaba con él a su ahijado hasta la edad de la Comunión. Se elaboraba en casa y también en las panaderías. El ahijado lo repartía entre los comensales durante la comida del día de Pascua. En Donoztiri (BN) le llaman morrokua; las madrinas lo regalaban a sus ahijados hasta que éstos hubieran recibido la Comunión Solemne.


 
  1. Félix de ZAMALLOA. "Fiestas populares. Amorebieta" in AEF, II (1922) p. 94.