Remedios

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Las hemorroides originan dolores e incluso hemorragias. Estas molestias se han aliviado mediante diversos remedios populares.

Para calmar el dolor y la inflamación que causan ha estado muy extendido el uso de especies vegetales. Los tratamientos han sido comunes. Unas veces se ingieren infusiones preparadas con ellas, otras se recurre a baños o vahos en la zona afectada; otras se aplican directamente sobre la inflamación. En ocasiones realizaban una práctica mágica consistente en introducirlas en el bolsillo trasero del pantalón, en el caso de los hombres, o en el del delantal en las mujeres, y esperar a que se secasen.

Las hierbas identificadas son la menta de burro o menta silvestre (Carranza-B); hierba santa (Foeniculum vulgare) (Amézaga de Zuya-A); milflores (Apodaca-A); una planta rastrera parecida a la fresa silvestre (Potentilla reptans) (Apodaca); manzanilla (Apodaca); cardo (Bajauri-A); grama (Moreda-A); hojas de nogal (Ribera Alta-A, Astigarraga-G); ortigas (Ribera Alta), cola de caballo (Muskiz-B); la hoja del ombligo de Venus, estrellamar (Muskiz); bostokoa o bostorria (Astigarraga).

Estrellamar. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

En cuanto al uso de plantas a modo de infusiones se han recogido unos pocos remedios.

En Astigarraga se toma durante nueve días una infusión hecha con nueve plantas de bostokoa o bostorria. En esta misma población se ha recogido otro remedio (procedente de Rentería-G) consistente en tomar una infusión preparada con hojas de nogal.

En Zerain (G) se ingería tres veces al día infusión de potentilla, amorrana-belarra y en Bidegoian (G) de la llamada hierba de almorranas. En Elosua (G) se cocían igualmente hojas de la planta llamada bostorria (Potentilla reptans) y la infusión se tomaba por la mañana en ayunas. En Telleriarte (G) consideran que lo mejor para las almorranas es tomar durante tres o cuatro días seguidos, en ayunas, agua de la hierba mailluki-bedarra. En Hondarribia (G) utilizan la hierba bost-atzaparrakoa, en castellano hierba de las almorranas, (Ranunculus ficaria). Según el informante que da este dato él mismo cuando ya estaba pensando en operarse, recurrió a esta infusión durante 4 ó 5 días y se curó. En Lekunberri (N) se tomaban infusiones de hipericón (Hipericum perforatum). En Azkaine (L) se bebía un brebaje resultante de cocer erkalatza, agracejo.

Bost-atzaparrakoa, hierba de las almorranas. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

El lavarse o darse baños de asiento con el agua resultante de la cocción de algunas plantas está bastante generalizado.

En Carranza (B) consideran que la menta de burro o menta silvestre es muy buena para tratar las hemorroides; se cuece en agua y con el líquido resultante se lavan. En Lekunberri (N) aplican baños de hipericón (Hipericum perforatum), previa cocción de la planta y de lapraintz-belarra. En Zerain (G) se utilizaba la potentilla, amorrana-belarra, para tomar baños por la mañana, por la noche y después de hacer de vientre, libratu. En Apodaca (A) se lavan con jabón y agua hervida con manzanilla o con una planta rastrera, llamada falsa planta mauriquios[1]. En Amézaga de Zuya (A) se lavan con agua de ajos. En Moreda (A) con la proveniente del cocimiento de la planta llamada grama. En Ribera Alta (A) recurrían a los baños de asiento con agua caliente y también agua caliente en la cual se hubieran hervido hojas de nogal o de ortigas; también, en vez de baños, vahos de agua caliente.

Hipericón. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En Muskiz (B) si las almorranas son sangrantes creen que es bueno aplicar paños empapados con una cocción de rabo de zorro, cola de caballo. En Astigarraga (G) también colocan compresas mojadas en un cocimiento de bostokoa o bostorria.

En cuanto a los vahos de asiento, en Beasain (G) se toman con agua hervida con hojas de eucalipto o hierba de yodo. En Astigarraga durante nueve días se aplican vahos de la planta llamada bostokoa o bostorria sobre la zona, permaneciendo sentado sobre una palangana o en el bidé. En Zerain (G) algunos hacían vahos con la decocción de la planta bostorri-belarra, potentilla o cincoenrama. En Elgoibar (G) se toman con agua en la que se cuece una hierba que se considera buena para las almorranas. En Bidegoian (G) con la hierba denominada hierba de almorranas.

En Murchante (N) cuecen hojas de mocopavos y orejas de burro (Agrimonia eupatoria) y depositan el líquido resultante en un orinal con el fin de que el vaho vaya a la zona afectada. En Viana (N) toman vahos de asiento de ortigas y de guindillas. En Aoiz (N) del cocimiento de unas plantas que crecen junto al pueblo.

En Hondarribia (G) consideraban muy efectivos los sahumerios de ardi-mingaña, lengua de ciervo (Asplenium scolopendrium). Se hacía un fuego bajo y se quemaban estas hojas a la vez que se ponían los cuartos traseros y se resistía el calor.

En ocasiones se aplicaban directamente plantas sobre las hemorroides para calmar las molestias que producían.

En Muskiz (B) colocan en el ano la hoja del ombligo de Venus pelada por el dorso; tiene propiedades balsámicas.

En Zerain (G) se preparaba un emplasto picando tallos y hojas de potentilla, bostorri-belarra, añadiendo algo de manteca para ligar y así poder aplicarlo sobre la almorrana. Se ponía un emplasto durante el día y otro por la noche.

Cincoenrama, bostorria (Potentilla reptans). Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

En Tiebas (N) se recurría a unas hierbas un poco ásperas que crecían en las huertas y de las que no recuerdan el nombre; se pasaban por las almorranas.

En Astigarraga (G) se corta un tomate fresco por la mitad y se pone la parte del corte en la zona dolorida; el frescor del jugo del tomate alivia el dolor. En Valdegovía (A) y Valle de Erro (N) aplican compresas de tomate maduro. En Viana (N) colocan rodajas de tomate bien maduro. En San Martín de Unx (N) untan la zona inflamada con savia de patata fresca.

Aparte del recurso a las especies vegetales también se han constatado otros procedimientos. El más conocido ha consistido en la aplicación en la zona afectada de frío, bien mediante agua fría o muy fría e incluso hielo. Se ha registrado el uso del agua fría en Berganzo, Mendiola, Moreda (A); Allo, Aoiz, Izal, Lekunberri, Obanos, San Martín de Unx y Tiebas (N). En Abadiano (B) dicen que conviene exponer la zona dolorida a agua corriente el mayor tiempo posible, aplicar hielo (Mendiola-A; Aoiz, Tiebas-N) o poner el culo sobre hielo (Orozko-B).

En Bermeo (B) se empleaba tanto la saliva en ayunas como la lejía, de esta última se decía que “quemaba” las hemorroides.

Actualmente el remedio más difundido consiste en darse baños de asiento con agua muy fría y después aplicar en la zona afectada alguna pomada que se comercializa en farmacias. En casos rebeldes se acude a la cirugía (Oñati-G).

Pero también se ha recogido la práctica opuesta de darse baños de agua caliente. En Obanos (N) algunos dicen que es mejor lavarse con agua templada que con fría. En Aoiz (N) toman baños de asiento con agua caliente y sal. En Lezaun (N) con agua caliente sirviéndose para ello de un orinal. En Moreda (A) vahos o baños de asiento en agua templada con un desinfectante. Para el baño se utilizaba el orinal, una palangana, barreña, etc. Hoy en día el bidé.

Otro de los remedios ha consistido en la aplicación de aceite o grasa a fin de suavizar la zona irritada y de este modo aliviar las molestias.

En Ribera Alta (A) frotan las almorranas con aceite crudo. En Sangüesa (N) lo hacen con aceite de oliva crudo, una hierba llamada loraca y agua de ortigas.

En Elgoibar (G) preparaban una mezcla con grasa de cerdo y aceite. Hace unos cuarenta años era normal acudir a las monjas de Markina (B), ya que preparaban un ungüento muy bueno para combatirlas. En Telleriarte (G) también se ha usado un ungüento hecho con un cocimiento de aceite, malma-belarra, intxusa-mintza y pasmo-belarra (murajes), todo ello mezclado con cera. En Azkaine (L) se untaba aceite con agua de malvas después de mezclar ambos productos a partes iguales.

En Hondarribia (G) se recurría igualmente a un ungüento del que lo único que recuerdan los informantes es que olía intensamente. En Lekunberri (N) aplicaban en la zona el ungüento que se usaba para las quemaduras.

En Arraioz (N) uno de los remedios aconsejados ha consistido en darse un ungüento hecho con hojas de hiedra, untzostoa, muy picadas y mezcladas con manteca del cerdo, gantza. También consideran muy eficaces las pomadas hechas con verbena, saúco, cera virgen y aceite de oliva. Un remedio más consiste en aplicar un algodón empapado en aceite y agua batidos.

En Carranza (B) para prevenir el dolor que causan o para evitar que se irriten, algunos las frotaban con una tajada de tocino. Lo mismo hacían en Bedarona (B). En Bajauri (A) recogían las mantecas de las gallinas cuando se sacrificaban y después de tenerlas al sereno durante la noche las aplicaban, bien frías, sobre las almorranas.

Un procedimiento muy difundido para curar las hemorroides ha sido de naturaleza creencial. Consiste en llevar consigo unas plantas a las que se atribuye la virtud de curar las hemorroides; se dice que a medida que se secan aquéllas desaparecen éstas.

En Carranza (B) se recoge una de estas plantas y se introduce en un bolsillo; a veces se especifica que ha de ser en el bolsillo trasero donde debe permanecer hasta que se seque. Se asegura que paralelamente se secan las hemorroides. Una informante llama a una de estas especies herbáceas hierbas de las almorranas. Señala que si el afectado está pasando por una crisis dolorosa debe introducir las plantas en un trapito y sujetarlo bajo la axila ya que así se secan antes. Estos remedios siguen vigentes y las personas consultadas confían en su eficacia que la atribuyen a las plantas empleadas.

En Amézaga de Zuya (A) se guardaban en el bolsillo trasero del pantalón hinojos (hierba santa, Foeniculum vulgare). En Bernedo (A) una ramita de milenrama (Achillea millefolium). En Apodaca (A) recurren a colocarse una rama de milflores en el bolsillo trasero del pantalón o en una bolsa entre el calzoncillo y el pantalón. Otros se ponen en el bolsillo una planta rastrera parecida a la fresa silvestre (Potentilla reptans). En Muskiz (B) dicen que llevando una planta de estrellamar (Plantago coronopus) en el bolsillo trasero las elimina.

En Berganzo (A) llevaban unas hierbas del campo en el bolsillo hasta que desapareciesen las hemorroides; también una castaña hasta que se secase, momento en el que lo hacían también las almorranas.

En Murchante (N) portan en el bolsillo trasero del pantalón o en un bolsillo de la bata las mujeres, un número impar de castañas frescas hasta que se sequen. En Lekunberri[2] y Tiebas (N) decían que llevando castañas pilongas en el bolsillo, no se tenían almorranas.

En Bajauri (A) contra las hemorroides metían un cardo en la boina.

En Murchante (N) llevan en el bolsillo trasero del pantalón o en su defecto en cualquier otro bolsillo (aunque en este caso el remedio no es tan eficaz), un ramillete de hojas de una planta llamada mocopavos u orejas de burro (Agrimonia eupatoria). Se debe renovar cada día y según afirman el remedio es muy efectivo.

Agrimonia. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

Un remedio bien distinto a los anteriores es el que se ha recogido en Izurdiaga (N). Hasta los años cuarenta para solucionar este mal se usaban los baños de cintura para abajo en un río que tuviera truchas. Una vez dentro del agua había que coger una piedra que presentase en la superficie alguna sustancia que semejase la piel de las truchas; después de pasársela por el ano había que arrojarla a la orilla lo más lejos posible.

Hoy en día se acude al médico, sobre todo cuando sangran o producen dolores intensos (Apodaca, Bernedo-A). Suelen aplicárseles pomadas recetadas por él (Moreda-A; Berastegi-G; Allo, Obanos-N) y en los casos más serios se intervienen quirúrgicamente aunque, según señalan los informantes, se suelen reproducir (Mendiola, Moreda-A).


 
  1. Posiblemente se trate de la cincoenrama, Potentilla reptans. En Álava se ha recogido la voz mauliquio para referirse a la fresa silvestre o Fragaria vesca, cuyas hojas recuerdan a la primera. Vide Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. Voces alavesas. Bilbao: 1958.
  2. APD. Cuad. 1, ficha 105.