Remedios

En la consideración popular la enfermedad es incurable por lo que se desconocen remedios para la sanación total si bien se han recogido algunos remedios paliativos.

En Amorebieta, Muskiz, Orozko[1] (B); Elgoibar, Telleriarte (G); Lekunberri y Lezaun (N) se ha consignado que en tiempos pasados se decía que en cánceres que se manifiestan al exterior, a la piel, se aplicaba en la zona afectada un trozo de carne fresca de vacuno, gallina o pollo, con la finalidad de que el mal (que se creía que era un bicho) comiera de esa carne y avanzara más lentamente[2]. En Elgoibar se guarda memoria de una mujer que todavía en los años sesenta iba con un pañuelo en la cara para cubrir el trozo de carne que llevaba puesto. En Lekunberri un informante recuerda que hubo quien se curó con este remedio.

En Olaeta (A) recogió Azkue a comienzos del s. XX que para alargar la vida a quien tuviera cáncer había que darle carne en abundancia[3]. En Durango (B) se consideraba que la alimentación con carne de caballo y, sobre todo, con solomillo era buena para combatir el cáncer y en Abadiano (B) recomendaban comer carne de cachorro de perro.

En Bermeo (B) se ha recogido el caso de un hombre que padecía un cáncer de estómago y el remedio popular que utilizaba era colocarse en el vientre, en contacto directo con la piel, dos kilos de carne fresca. Se decía que el cáncer estaba producido por unos bichitos, mamarruak, tan pequeños que era imposible verlos, que se alimentaban de carne de forma que cuando se introducían en la persona la consumían por dentro causándole la muerte.

En Abadiano para curar los tumores benignos tomaban caldo de raíz de caña aunque señalan los informantes que ya en los años ochenta no se confiaba en ese remedio. En Moreda (A) aplicaban cataplasmas al tumor del pecho.

En Elosua (G) se han consignado tres remedios contra el cáncer, minbizia. El primero consiste en tomar el agua de la decocción de la yerba llamada botánica, otaondo-bedarra. También dicen ser buen remedio beber la orina de un niño, ume txikiaren txiza. Al tercer remedio le atribuyen la cualidad de que el cáncer no progrese y consiste en ingerir el agua de la cocción hecha con un trozo de madera de un tipo de fresno, pago-lizarra.

Para aliviar las molestias que conlleva la enfermedad se han solido tomar infusiones. En Hondarribia (G) de muérdago (Viscum album); en Bidegoian (G) de centaura o verbena para limpiar la sangre porque se decía que la enfermedad se debía a su impureza; en Lekunberri (N) de hierba de San Roberto (Geranium robertianum) y en Astigarraga (G) de arnika-belarra. En Navarra se ha utilizado llantén o plantaina, zain-belarra pero se dice que era poco efectivo[4].

Está bastante extendida la costumbre de recurrir a santuarios marianos de fama internacional, como Lourdes o Fátima, para hacer promesas y ofrendas a favor del enfermo. En Bermeo (B) se ha constatado que acuden también a lugares de apariciones recientes y que tienen aureola milagrera como son Unbe (Laukiz-B) y en menor medida Garabandal (Cantabria) o El Palmar de Troya (Se villa).

Hoy día, según se recoge en las encuestas, quienes padecen la enfermedad, como consecuencia de la divulgación de los conocimientos médicos y de los métodos aplicados tienen una mayor conciencia del alcance del mal. Se sabe que tratamientos como la quimioterapia, radioterapia y otros, están orientados a curar el cáncer o a frenar su avance y prolongar de este modo la vida del enfermo.


 
  1. El Dr. Justo Garate señala que el término minbizia implique quizá la idea de un agente vivo dotado de gran apetito por lo que un médico colega suyo le decía haber oído en Orozko que se ponía carne fresca a las úlceras cancerosas para que se desviara la atención del bicho. Vide Justo GARATE. “Los estudios de medicina en el País Vasco” in RIEV, XX (1929) p. 388.
  2. Iribarren menciona la Crónica de los Reyes navarros del Príncipe de Viana, donde al habla de los últimos días de Sancho el Fuerte se dice que “era caído en gran flaqueza por el gran mal, que tenía cáncer en la pierna que cada día le comía una gallina”. Vide José Mª IRIBARREN, Retablo de curiosidades: zambullida en el alma popular. Zaragoza: 1940, pp. 69-70.
  3. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 233.
  4. Margarita FERNÁNDEZ. “Medicina popular navarra” in Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía, XIV (1997) pp. 31-32.