Remedios

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Amézaga de Zuya (A) cuando se observa que alguien anda “tumbado” hacia delante se le dice que se ponga recto para que no le salga chepa. En Mendiola (A) cuando alguien va “echao p’alante”, cargado de hombros, hay que atizarle una toñeja (golpe en el cuello) para que se “ponga tieso” (se enderece) pues se cree que dicha postura puede provocar giba.

En Ribera Alta (A) han dejado constancia de la preocupación por parte de los mayores de que los pequeños no adquirieran deformaciones corporales y así cuando un niño comenzaba a inclinar los hombros hacia adelante sacando una pequeña giba, se intentaba corregirla rápidamente con una espaldilla o una faja con corpiño. También se ponían espaldillas en Agurain y Mendiola (A). En Améscoa (N) se ha recogido que antiguamente se debía de sentir gran aversión a las jorobas porque para evitar curvaturas de espalda, según atestiguan unas informantes, colocaban una tablita alargada y estrecha en el pecho que les obligara a ir bien tiesas. En Izal (N) se ponían fajas o justillos de varillas de hierro. En Aoiz (N) se utilizaban unos tirantes duros, atados muy fuerte, para tratar de enderezar la espalda. En Oñati (G) para evitar la chepa, se recordaba a los niños que estuvieran derechos cuando permanecían sentados; en Moreda (A) y Goizueta (N) se les decía que anduvieran rectos evitando que la espalda cogiera vicios. En Obanos (N) también existía la costumbre de advertir a los chicos que se pusieran tiesos pues de lo contrario acabarían cheposos. En Carranza (B) en tiempos pasados en que los niños comenzaban a trabajar a corta edad se les aconsejaba que no cargasen sobre sus espaldas grandes pesos para que no les saliese chepa de mayores. En el Valle de Erro (N) señalan que con la edad la gente “se carga de hombros” de tanto trabajar en el campo y en casa.

La utilización en tiempos pasados o en los actuales de fajas, corsés y tirantes ortopédicos para evitar deformaciones y mantener la espalda rígida se ha constatado también en las localidades de Durango, Muskiz (B); Murchante, Obanos (N) y en San Martín de Unx (N) donde algunos los traían de Francia.

En Amézaga de Zuya (A) señalan los informantes que el realizar trabajos físicos duros de carga y descarga, de transporte de grandes bultos, de permanecer inclinado largo tiempo, favorece la aparición de la giba. Otro tanto se ha consignado en Moreda (A) donde previenen sobre la realización de labores penosas que sean causa de producirla. En Abadiano (B) indican que un buen remedio es el no trabajar demasiado, por ello cuando se ve a algún anciano giboso se dice que en su tiempo habrá trabajado duro. En San Martín de Unx se ha recogido que antaño la giba se evitaba durmiendo en cama dura.

Hoy día está extendida la práctica de realizar ejercicios gimnásticos, bajo la dirección o supervisión a menudo de una persona especializada en tales dolencias.