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Remedios contra la prolongacion de la agonia

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En Zeanuri (B), cuando un enfermo sufre una enfermedad grave sin indicios de mejoría, una persona allegada recoge limosnas entre vecinos y amigos para «sacar» una misa, llamada ''meza enkomendadue, ''con la intención de que su estado mejore o, de lo contrario, llegue a su fin: ''«Geixoak atzera edo aurrera egin daien» ''(Para que la enfermedad haga atrás o adelante). Se dice que cuantas más personas contribuyen con su limosna, antes se hará notar el efecto de la misa. Esta práctica está vigente actualmente.
En Orozko (B), cuando un enfermo agonizante tardaba en morir, ''agonian eta il eziñik, ''era práctica común el ofrecer una misa por él. El dinero para el estipendio del cu'ra cura debía ser aportado exclusivamente por Ips vecinos, sin participación de la familia. Las cantidades debían ser pequeñas para que tomara parte el mayor número posible de donantes. Esta misa recibe el nombre de ''Atzera-aurrera ein daien mezea ''(Misa para que «hiciese atrás o adelante»). Hoy en día también se solicita una misa con el mismo nombre, pero la encarga y la paga la propia familia.
En Bermeo (B), si la agonía de un enfermo se prolongaba en exceso con los consiguientes sufrimientos, se acostumbraba recoger dinero entre los vecinos para encargar una misa a la que denominaban ''meza ofrezidue. ''Tenía por finalidad el lograr la curación o el fallecimiento del agonizante. En la parroquia de Santa María de esta villa, todavía una vez al año o cada dos, se solicita una misa con esta intención, habiéndose oficiado la última en 1989. Tras la misa se reza un Padrenuestro por el enfermo, ''Aita Gure bat meza onduen, gaixuaren alde. ''Se pedía una aportación mínima de dinero a cada vecino, una perra o un real como mucho; se decía que era preferible recoger el dinero del mayor número de personas. También se pedía que la asistencia a la misa fuese la mayor posible para que, de este modo, la oración ante Dios fuese más eficaz.
 
[[File:7.9 Virgen de los Remedios. Bermeo (B).jpg|center|400px|Virgen de los Remedios. Bermeo (B). Fuente: Anton Erkoreka, Grupos Etniker Euskalerria.]]
== Ofrenda de luces y ayunos. Kandela bizte eta barauak ==
En Bedia (B) se tocaban pausadamente once campanadas. Se creía que el ayunar la víspera de San Miguel hacía más llevadera la a onía. Este ayuno era aplicable a otras personas<ref>AEF, III (1923) p. 13.</ref>.
En Liginaga (Z) el que hubiere ayunado el día de Santa Catalina podía vender su ayuno por dos ''suses ''o por más a la familia del moribundo. Se creía que de este modo la agonía se hacía más llevadera. Se podía vender medio ayuno, un ayuno entero, dos ayunos o más, según los que tuviese hechos en años anteriores y no los hubiese aplicado o vendido antes<ref>José Miguel de BARANDIARAN, «Materiales . "Materiales para un el estudio del pueblo vasco: en Liginaga», citEn Liginaga (Laguinge)" in ''Ikuska''. № 10-13 (1948) p. 33.</ref>.
En Otazu (A), si el enfermo daba muestras de mucho sufrimiento, le rociaban con agua bendita con una rama de olivo, de laurel o de tejo, ''agin, ''o de otra planta bendecida el día de Ramos<ref>AEF, III (1923) p. 62.</ref>.
== Facilitación de la salida del alma ==
En el País Vasco continental tuvieron amplia extensión al parecer, las prácticas derivadas de la creencia de que se debe [[Separacion_del_alma_y_el_cuerpo|facilitar físicamente la salida al alma del agonizante para que éste pueda morir<ref>En el capítulo ''Creencias sobre el destino del alma ''se recogerán algunos datos más, muy similares a éstos, referentes a facilitar la salida del alma del cuerpo una vez ocurrido el óbito.</ref>.  Arcuby recogió en los años veinte el siguiente relato en Sara (L): La dueña de la casa Goyetchea continuaba viviendo sin la menor esperanza aun después de haber transcurrido ocho días desde que le fue administrado el Viático. Una noche aprovechando una breve ausencia de las personas que la velaban, se levantó y se presentó delante de las mismas que se hallaban reunidas en la cocina. El marido comprendió lo que ocurría; ayudó a su mujer a volver a la cama, subió al desván y quitó varias tejas del tejado. Al bajar, encontró a su mujer muerta<ref>A. ARCUSY «Usages mortuaires á Sare» in ''Bulletin du Musée Basque, ''IV, 3-4 (1927) p. 18.</ref>]].
[[FileArçuby recogió en los años veinte el siguiente relato en Sara (L):FIGURALa dueña de la casa Goyetchea continuaba viviendo sin la menor esperanza aun después de haber transcurrido ocho días desde que le fue administrado el Viático. Una noche aprovechando una breve ausencia de las personas que la velaban, se levantó y se presentó delante de las mismas que se hallaban reunidas en la cocina. El marido comprendió lo que ocurría; ayudó a su mujer a volver a la cama, subió al desván y quitó varias tejas del tejado. Al bajar, encontró a su mujer muerta<ref>A. ARÇUBY «Usages mortuaires á Sare» in ''Bulletin du Musée Basque, ''IV, 3-4 (1927) p. 18.</ref>.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
También Barandiarán recogió en Sara (L) la costumbre de que, cuando la agonía de un enfermo se prolongaba, los familiares levantaban una teja de la techumbre de la casa para que por allí le quedase salida libre al alma y se facilitase la muerte<ref>José Miguel de BARANDIARAN. ''Estelas funerarias del País Vasco. ''San Sebastián, 1970, p. 11.</ref>.
Hallándose en agonía un vecino de Altzai (Z), como ya tardaba en morir nueve días, hubo quien recomendó se abriera un orificio en el techo de la habitación del enfermo a fin de abreviarle la agonía dejando paso libre al alma. También en una casa de Altzai, durante la agonía de uno de sus moradores, abrieron todas las ventanas a fin de abreviarle los sufrimientos al moribundo y vertieron al mismo tiempo el agua contenida en las vasijas de la casa<ref>Idem, «Materiales José Miguel de BARANDIARAN. "Materiales para un el estudio del pueblo vasco: en Liginaga», citEn Liginaga (Laguinge)" in ''Ikuska''. № 10-13 (1948) p. 33.</ref>.
Esta práctica se constató igualmente en Ithurrotz (Z) donde entreabrían la ventana de la habitación en que se hallaba agonizando una persona a fin de que el alma partiera hacia el cielo<ref>Idem, José Miguel de BARANDIARAN. ''Estelas funerarias del País Vasco, . ''op. cit.San Sebastián, 1970, p. 11.</ref>.
Para finalizar se recoge una peculiar creencia procedente de Sara (L), muy distinta de las descritas hasta ahora: Se decía que si la que estaba agonizando era una persona embrujada, había que cortarle al gallo de la casa la cresta, ''kukurrusta, ''a fin de que se le abreviara la agonía<ref>Idem, «Bosquejo José Miguel de BARANDIARAN. "Bosquejo etnográfico de Sara (VI) », cit." in AEF, XXIII (1969-1970) p. 115.</ref>.
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