Remedios creenciales y saludadores

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Vasconia continental se constató la creencia de que cuando alguien era mordido por una culebra había que rezar inmediatamente el credo, empezando por la última palabra y terminando por la primera, sin interrupción ni distracción[1].

En Sara (L) en caso de picadura de serpiente había quienes acudían a personas que hacían sobre el paciente ciertos gestos como santiguarse al revés y recitar oraciones en orden invertido. En Leitza (N) se decía que la picadura de culebra se curaba rezando la salve al revés[2].

En Astigarraga (G) en tiempos pasados había quienes iban al salutador, que curaba las mordeduras de serpiente con unos remedios que los informantes no saben precisar y que además rezaba un credo al revés.

En Goizueta (N) se rezaban veinte salves numerándolas en voz alta de la última a la primera. Esta práctica debía llevarse a cabo enseguida de producido el accidente. Su virtud curativa se completaba con la aplicación de un emplasto con mucho ajo, aceite tibio, raíz de fresno, pasmo-belarra y escrofularia, belar beltza, el cual, a su vez, se cubría con excremento de buey, sujetándolo todo con un trapo[3].

Víboras, suge-biperak. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En Liginaga (Z) la picadura de serpiente se curaba cubriéndola con la cabeza de la misma serpiente. En Apellániz y en Lagrán (A) para curar la picadura de culebra se debía matar al animal, cortarle tres dedos de rabo y frotar la herida con él. Igualmente frotar la picadura con la cabeza machacada de la culebra[4].

En Liginaga (Z) se decía también que si una culebra picaba a una persona, ésta debía dirigirse a algún arroyo o charco e introducir en él la parte herida antes de que la serpiente llegara al agua. Haciéndolo así la picadura curaba sin ulteriores consecuencias.

En Carranza (B) cuentan los informantes que antaño se solía decir que “si te picaba una culebra en el monte y bajabas al río a lavarte antes que ella, te salvabas”.


 
  1. Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in Anuario de Eusko-Folklore. Tomo XI. Vitoria: 1931, p. 58.
  2. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, p. 438.
  3. Ignacio Mª BARRIOLA, La medicina popular en el País Vasco, San Sebastián: 1952, p. 125.
  4. Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. “Folklore de la Montaña Alavesa” in AEF, XX (1963-1964) p. 263.