Remedios empíricos

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En las encuestas se ha constatado que a veces las verrugas desaparecen como han aparecido, de por sí. En algunas localidades, ocasionalmente, se ha recurrido a métodos expeditivos como cortarlas (Lezaun-N) y tanto en tiempos pasados como en los actuales hay quienes reciben tratamiento médico y quirúrgico. No obstante los remedios que aquí se recogen responden a prácticas empíricas y creenciales, o a la mezcla de ambas, que se aplicaban en casa o por el curandero, para deshacerse de las verrugas.

Hoy día, además de algunos remedios que se siguen utilizando y de acudir a los curanderos para que apliquen sus soluciones, se recurre a productos farmacéuticos para quemarlas o a la cirugía para eliminarlas.

Látex de plantas

En Apellániz, Ribera Alta (A); Abadiano, Amorebieta-Etxano, Bedarona, Bermeo, Busturia, Carranza, Durango, Gorozika, Lemoiz, Muskiz, Nabarniz, Orozko (B); Arrasate, Beasain, Berastegi, Elgoibar, Hondarribia, Oñati, Telleriarte, Zerain (G); Aoiz, Améscoa, Izal, Murchante, Obanos, San Martín de Unx (N); Arberatze-Zilhekoa (BN) y Vasconia continental se ha constatado la costumbre de frotar las verrugas con “leche de higo verde”, piku-txortenaren esne-ura (Ficus carica). En Azkaine (L), según se recogió en los años treinta del s. XX, aplicaban la leche sobre la verruga después de que la hubieran perforado con una aguja. El jugo ennegrecía la verruga y la quemaba.

En Elgoibar (G) había quienes después de realizar la impregnación lechosa con el higo, lo enterraban debajo de la higuera en la creencia de que así cuando se secara el higo lo mismo le ocurriría a la verruga. En Ribera Alta (A) frotan con leche de candinchas, en Elgoibar (G) con leche de cardo, en Bermeo (B) con cardo denominado kardoa o kardo-bedarra y con la savia de legan-bedarra, hierba parecida a la alfalfa; en Beasain (G) con jugo de juncos, iak. En Astigarraga (G) cuando una verruga sangra por un corte accidental o por una herida se aplica sobre ella el líquido blanco obtenido de partir las hojas y los brotes tiernos de primavera de la higuera.

Higos, pikuak. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En Murchante e Izurdiaga (N) aplican látex del tallo de la flor de la planta denominada chiroleta, lechezuela o lecheruela (Euphorbia segetalis); en Lagrán[1], Pipaón (A); Sangüesa y Viana (N) látex de lechocino; en Izal (N) lechecinos; en Apodaca, Bernedo, Moreda (A) látex de la planta llamada lechosa, que es alta y verde con flores amarillas, de lechocino (que gusta mucho a los conejos) y de higo pelotero; en Lezaun (N) savia lechosa de una hierba que a continuación se escondía bajo una piedra.

En Amézaga de Zuya (A), Abadiano (B), Astigarraga (G) y Aoiz (N) se aplica la savia de los dientes de león, llamados también meacamas (amargón) (Taraxacum gr. officinale). En Muskiz (B), Hondarribia (G), Arberatze-Zilhekoa (BN) savia de celidonia lo mismo que en Arrasate y Oñati (G) donde se conoce esta planta con los nombres de esne-bedarra y txanton-belarra respectivamente. En Astigarraga, Bidegoian, Elgoibar, Telleriarte (G) y Goizueta (N) usan el líquido blanco de la planta llamada sorgin-belarra y el amarillento de la denominada iodo-bedarra o árnica. En Arraioz (N) se corta el tallo de las hierbas denominadas eztañu-belarra (eléboro) y iodo-belarra[2] (celidonia), se extrae el líquido, se mezclan ambos jugos y se aplican unas gotas sobre la verruga teniendo cuidado de que no toque la parte sana ya que puede quemar la piel.

Emplastos

En Aoiz (N) se aplica la leche de dos plantas denominadas localmente “comida de culebra”. En Zerain (G) para reblandecer las verrugas son buenas las hojas de aro, suge-artoa. En San Martín de Unx (N) se recurría a una hierba que denominan “botón de gato”, que se ligaba a la excrecencia. En Valdegovía (A) se ponía en las verrugas hojas de hiedra que hubieran estado macerando en vinagre durante ocho días. En Ataun (G) se raspaban con trozos de teja, luego se daban fricciones con la savia de la planta llamada ario-belarra; en unos cuantos días se secaban quedándose totalmente negras y se podían quitar con la uña. En esta misma localidad también se han servido con idéntica finalidad del jugo de las plantas llamadas atzbelarra y garatxo-belarra.

En Laurgain (Aia-G) se cogía una planta de pita, pita-belarra, y se dividía en dos y a una de las mitades se le separaba la membrana, min tza, que atada con un lienzo se aplicaba a la parte enferma. Esta operación se repetía cada dos o tres días hasta que desapareciera la verruga[3].

En Lekeitio (B), a principios del s. XX, se recogió el procedimiento de quitar las verrugas frotándolas en un sentido y en otro con aingeru-bedarrak, yerbas de ángeles[4].

Nitrato de plata y otros productos

En Agurain, Amézaga de Zuya, Bernedo, Mendiola, Moreda (A); Orozko (B); Berastegi, Elgoibar, Hondarribia (G); Allo, Aoiz, Lezaun, Murchante, San Martín de Unx, Tiebas y Viana (N) queman las verrugas con nitrato de plata; en Berganzo (A) utilizan nitrato de plata atando las verrugas con un hilo de nailon; en San Martín de Unx (N) aplican ácido nítrico con un mondadientes; en Berganzo también las queman con aguafuerte. En Mendiola y Moreda queman con alcohol o con un fármaco, limando previamente la verruga. En Aoiz pasaban orina sobre ellas. En Ribera Alta (A), Aoiz y San Martín de Unx (N) cubren las verrugas con tintura de yodo. En Astigarraga (G) las untaban con tinta.

En Bermeo (B) colocan sobre la verruga un poco de miga de pan, ogi-mamiña, empapado en vinagre y lo cubren con un esparadrapo. Se repite la acción varias noches seguidas. Otro remedio consiste en poner vinagre en un recipiente y echar en él cortezas de limón para que maceren durante ocho días, pasados los cuales se inicia el tratamiento untando las verrugas con las cortezas. La operación se repite durante varias jornadas.

Amarrar con hilo de seda

En Mendiola, Moreda, Valdegovía (A); Bedarona, Bermeo, Carranza, Gorozika, Murelaga[5], Muskiz, Orozko (B); Astigarraga, Bidegoian, Hondarribia (G); Allo, Améscoa, Murchante, Rocaforte[6], Sangüesa, Viana (N) y Azkaine (L) se ha constatado una forma muy extendida de eliminar verrugas consistente en amarrar un hilo de seda a la base de la misma y apretarlo cada día un poco hasta que al no llegarle sangre a la verruga se quede seca y se caiga. En Bedarona (B) puntualizan que este método sirve para las verrugas alargadas. Los informantes de Carranza (B) subrayan la importancia de que el hilo sea de seda y de que se apriete lo justo al nacimiento de la verruga para que se vaya secando poco a poco. En Sara (L) las verrugas se curaban frotándolas con tres yerbas de diferentes especies o atándolas con la película cortical de la yerba llamada kalitxa-belarra, hierba de verrugas, que crece a la orilla del río; en Goizueta (N) se enrollaban con la planta llamada auts-urundea.

En Mendiola (A) y Bermeo (B) pinchan el centro de la verruga con una aguja tras poner ésta al rojo vivo; en Orozko (B) hacían esta misma operación con un alfiler de los de cabeza negra, purificado en una candela, metiéndola después en la base de la verruga haciendo que se formara una cruz. Según los informantes es un procedimiento indoloro. En Hondarribia (G), Arraioz (N) y Heleta (BN) queman la verruga lentamente con un hierro o clavo candente.

Menstruación y saliva

En Bernedo (A); Abadiano, Bermeo, Durango (B); Aoiz, Murchante y Viana (N), entre las mujeres, se considera un buen remedio untarse en las verrugas la primera sangre de la menstruación; en Pipaón (A) precisan que aplicándose la sangre de la regla durante los tres primeros días para la siguiente regla han desaparecido, si no, hay que repetir la operación; en Bermeo señalan que esta operación debe hacerse durante varios días seguidos, preferentemente antes de acostarse. En Murchante también se realizaba esta práctica que desapareció en los años de la guerra civil de 1936. En esta misma localidad navarra se ha recogido que hasta esa época se empleaba igualmente otro método consistente en decapitar un ratón y aplicar su sangre a las verrugas.

En Amézaga de Zuya (A), Aoiz y Sangüesa (N) el remedio consiste en aplicar a las verrugas la propia saliva en ayunas; en Arraioz (N) también las humedecen con saliva, ttuekin, en ayunas y se la tragan; la fórmula empleada en Apodaca (A) es coger por la mañana en ayunas la llave de la puerta de casa, mojarla con saliva y pasarla por las verrugas haciendo la señal de la cruz tres veces, repitiendo la operación durante varios días; en Améscoa (N) ponen al sereno una llave de hierro y por la mañana oprimen con ella la verruga con mucha fuerza. En Sangüesa (N) se ha constatado también el método de frotar la verruga con un anillo de oro caliente.


 
  1. Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. “La medicina popular en Álava” in Homenaje a D. Joaquín Mendizabal Gortazar. San Sebastián: Museo de San Telmo, 1956, p. 269.
  2. En euskera a la celidonia se la conoce además de con el nombre de iodo-belarra con los de baras belarra y sangu gorria. Vide Margarita FERNÁNDEZ. “Medicina popular navarra” in Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía, XIV (1997) p. 33.
  3. Juan GARMENDIA LARRAÑAGA. Villa guipuzcoana de Aia: la huella humana en los barrios de Altzola y Laurgain. Donostia-San Sebastián: 1991, p. 81.
  4. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 242.
  5. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 242.
  6. Arantzazu HURTADO DE SARACHO. “Medicina popular” in Navarra. Temas de Cultura Popular. Núm. 86. Pamplona: Diputación Foral de Navarra, 1968, p. 29.