Remedios para combatir las impurezas de la sangre

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En este apartado se recogen varios remedios, casi todos ellos basados en las supuestas propiedades medicinales de determinadas plantas, destinados a curar enfermedades relacionadas con un estado anormal de la sangre. Cuando los informantes se refieren a las impurezas de la sangre los remedios que aplican se dice que sirven para limpiarla. En otras ocasiones se habla de que la sangre se engorda considerándose este estado morboso y por ello lo que se intenta es adelgazarla. En los últimos tiempos por influencia del lenguaje médico se empiezan a utilizar términos como el de hipertensión que posiblemente es equivalente a los conceptos anteriores, aunque popularmente se habla sencillamente de “tener tensión”.

Actualmente los informantes, sobre todo los de edad avanzada, reconocen que se controlan regularmente la tensión arterial, algo que antaño era infrecuente, y toman medicamentos para combatir la hipertensión. Tradicionalmente se ha recurrido a remedios caseros a partir de plantas medicinales, tal como se ha señalado. Algunas de las personas que hoy en día toman medicamentos siguen complementándolos con la ingestión de alguno de estos preparados.

En Bermeo (B) se cree que ciertos vegetales actúan sobre la sangre. En concreto se consideran hipertensoras la achicoria, txikoria, y las espinacas, espinakak. Por el contrario se dice que el berro, berroa, “favorece el cambio de la sangre” y la borraja, borraia, la purifica. Otros tipos de alimentos, como el bazo del cerdo, tienen efectos beneficiosos sobre la sangre.

En Mendiola (A) se diferencia entre alimentos hipotensores, es decir, que adelgazan la sangre o bajan la tensión e hipertensores, que la engordan y consecuentemente la suben. Entre los primeros están las ortigas, la lechuga, la borraja y el apio. Entre los segundos el café, la achicoria, la sal, el azúcar y los licores en general.

En Carranza (B), por influencia médica se sabe que determinados alimentos, especialmente las grasas de cerdo, favorecen la hipertensión, también el vino, los licores, los picantes, el café y la sal. Además se considera que es conveniente no beber demasiada agua. Por el contrario, un régimen alimentario que excluya estos productos contribuye a bajarla. También se dice que los trabajos duros al sol o los disgustos elevan la tensión arterial.

En Bermeo (B) los informantes estiman más peligrosa la hipertensión que la hipotensión por lo que se conocen varios métodos populares para combatirla. También tienen clara la idea de que en los casos de hipertensión se debe favorecer la diuresis, para lo que se utilizan algunos productos exclusivamente diuréticos.

Limpieza de la sangre

Son numerosos los remedios que se han recogido para tratar lo que los informantes llaman impurezas de la sangre. La mayoría de ellos se basan en el uso de especies vegetales siendo las principales la ortiga, la carrasquilla[1] y la cola de caballo. Pero no son las únicas. Como ya se ha citado antes, a algunos alimentos y condimentos también se les ha atribuido la propiedad de limpiar la sangre así como a un variado elenco de plantas.

En Agurain (A) contra las impurezas de la sangre se toma agua de achunes, esto es, ortigas (Urtica dioica), carrasquilla (Rhamnus alaternus) y siete sangrías (Teucrium chamaedrys) en ayunas y antes de ir a la cama.

Siete sangrías. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En Apodaca (A) se ingiere agua de ortigas, que se prepara poniendo una cazuela con agua al fuego, echando un puñado de ortigas y dejándolas cocer. Esta agua se bebe en ayunas. También infusión de carrasquilla durante nueve días.

En Bernedo (A) para purificar la sangre se comían berros (Nasturtium officinale) en ensalada durante marzo y abril. En San Román de Campezo (A) para adelgazar y purificar la sangre se tomaba infusión de carrasquilla (Arctostaphylos uva-ursi) y en Obecuri (A) para el mismo fin tisana de raíz de ortiga.

Carrasquilla. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

En Mendiola (A) para purificar o limpiar la sangre se recurre a infusiones de tallos de ortiga, cola de raposo o lapa[2]. Todas ellas se toman en ayunas. También ensaladas de berros, borraja o apio para comer o para cenar. Los berros suelen ir acompañados de ajo crudo y la borraja puede tomarse cocida. Igualmente zumo de limón que se ingiere en ayunas aunque hay quien lo hace en horas de comida; para rebajar la acidez algunos le añaden azúcar. Asimismo se recomienda comer ajo crudo en ensalada o como aditamento de comidas.

En Moreda (A) la ortiga, la salvia y el espliego son las tres plantas que se utilizan para purificar la sangre. Se preparan en cocción y se bebe el agua resultante. De las tres la más conocida es la ortiga. Dicen que hay que cogerla sin respirar, conteniendo el aliento para que no pique. Después se hierve y se toma el líquido obtenido en ayunas, para que sea más efectivo.

En Ribera Alta (A) para limpiar la sangre o el organismo de impurezas se recurría a diferentes infusiones como la de menta y también la de hierba santa o hierba buena. A la infusión obtenida de hervir ortigas en agua se le atribuían virtudes depurativas, especialmente en todo lo relacionado con la orina. Hoy en día también se recomienda comer mucha fruta. En Valdegovía (A) se aconseja el tomate y la lechuga para purificar la sangre.

En Amorebieta-Etxano (B) hierven cola de caballo que llaman azagari-bedarra o azagari-buztena y toman un vaso entero por la mañana en ayunas durante tres días. También se consideran buenas las raíces de las ortigas, que se limpian bien antes de cocerlas en agua. Igualmente se utilizaban unas plantas con forma de helecho; el agua obtenida de las mismas se consideraba buena para estas enfermedades. En Lemoiz (B) toman un bebedizo con cebollas cocidas o agua hervida con la planta luki-buztena, cola de caballo. Además comen ajos en ayunas o se dan friegas de ortigas en la espalda y las piernas.

En Muskiz (B) consideran buena la levadura de cerveza, el diente de león, la berza, los berros, las setas y el apio. En general se tienen por sanas todas las frutas y verduras. Cociendo apio, manzanas y cebollas se consigue un depurativo muy bueno que se toma antes de ir a la cama. La levadura de cerveza se bebe disuelta en un vaso de agua por la mañana y por la noche. También se cuece rabo de zorro (Equisetum arvense) que se toma mañana y noche. Asimismo se cuece verbena y se toma un vaso dos veces al día. El zumo de limón en ayunas también es considerado igualmente bueno. Aseguran además que es esencial beber buena agua.

En Bermeo (B) para purificar la sangre, según un remedio de la curandera de Añorga, se utiliza sapabedarra (Stellaria media). Otro remedio para limpiarla consiste en poner cinco hojitas de nogal en un cuartillo de agua, cocerlo hasta que se reduzca a la mitad y tomarlo en ayunas. La raíz de la grama también se toma como la manzanilla después de comer, con el fin de limpiar la sangre y adelgazarla.

Sapabedarra. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

En Arrasate (G) recomendaban infusiones de cola de caballo. En Astigarraga (G) para limpiarle las impurezas se toman infusiones de belarmina. Otros remedios tradicionales que algunos apuntan para limpiar la sangre y otros para rebajarla y aflojar la tensión alta, son la infusión de la hierba zaingorria o txangorrilla, tomada por la noche, y la infusión de ortigas. Éstas se cocían y se tomaban en ayunas durante tres días, se descansaban otros dos y se repetía la operación. Era un tratamiento largo.

En Beasain (G) se toman infusiones de ortigas o de puntas de zarza. En Berastegi (G), en ayunas, infusión de osin txuria u ortiga blanca y después de comer, de manzanilla o tila. En Bidegoian (G) se ingerían en ayunas, por resultar más eficaces, infusiones de las siguientes plantas: odol-belarra o centaura, pasmo-belarra o murajes, mermen-belarra o verbena, zaingorria o hierba de San Roberto y asunak u ortigas. En esta localidad se tomaban infusiones de ortigas con casi todas las enfermedades porque dicen que purifica la sangre. En Elosua (G) se recomendaba beber el agua de la cocción de pasmo-belarra (Anagallis arvensis) para limpiar la sangre.

En Hondarribia (G) para su limpieza se consideraban idóneas la sanguinaria y pasmo-belarra. Se tomaban por las mañanas en infusión. Ambas plantas son muy parecidas con flores casi semejantes. Limpia la sangre igualmente la infusión de ortiga u osiña (Urtica dioica), el berro, berroa (Nasturtium officinale) en ensalada y el diente de león, muga-belarra (Taraxacum gr. officinale), que recibe este nombre por crecer en las orillas de los caminos. Según algunos tomar limones también limpia la sangre.

Berro. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En Oñati (G) con este mismo fin se utilizaba infusión de ortiga y de karraskilloa. A este último arbusto se le quitaba la corteza y se hacían láminas finas con su madera para cocerlas. La infusión se tomaba al acostarse.

En Zerain (G) contra las impurezas de la sangre se toman infusiones de romero, erromerua, por la mañana, al mediodía y al acostarse. Se bebe igualmente un vaso grande de una infusión de hierba de San Roberto, zaingorri-belarra o txingor-belarra, durante nueve días. Para la limpieza de la sangre también karraskilla, aladierna, que es considerada muy eficaz pero que puede debilitar mucho si se toma en exceso. Para purificar la sangre y bajar la tensión se ingiere el agua resultante de cocer hinojo, millua. También se toma en ayunas una infusión de pasmo-belarra, murajes (Anagallis arvensis) y se mantiene el ayuno tres horas más. Con idéntico fin se toma una infusión de centaura menor, belarmiña, que es más eficaz en ayunas. Además infusión de parietaria, orma-belarra, por la mañana y por la noche durante nueve días e infusión de flores de fresno, lizarraren lorak. Para limpiar la sangre y adelgazarla un vaso grande diario de infusión de té de roca, aitz-belarra, azucarada o realizar una sangría en una vena del brazo.

En Garagarza (G) con las hojas y flores de la berbena se preparaba un cocimiento que se tenía por depurativo de la sangre y del que se tomaban varias tazas al día.

En Aoiz (N) contra las impurezas de la sangre se recomienda la infusión de achunes, ortigas. Se recogen las hojas y algún tallo y se cuecen en abundante agua. Cuando estas plantas han desprendido su jugo y el agua ya está verde, se cuela el líquido resultante y se va bebiendo durante todo el día. También se aconseja el cocimiento de achicoria silvestre, borte[3] (Cichorium intybus). Se recogen las hojas y se ponen a cocer en agua. Cuando ya se han cocido lo suficiente y han desprendido el jugo se extraen, se aprietan en un colador o tras envolverlas en un trapo de algodón se retuercen. El líquido obtenido se toma dos o tres veces al día. Por último cocimiento de perejil. Se pone abundante perejil a cocer en agua y se le añade azúcar.

En Allo (N) para la purificación de la sangre se tomaba antaño el agua resultante de hervir avena. En Améscoa (N) infusión de karraskilla, de raíz de ortigas o agua de cebada y en Izal (N) el líquido obtenido de cocer una hierba parecida al tomillo llamada hierba negra.

Osina, ortiga blanca. Fuente: Vander, Adr. Medicina natural. Barcelona: Librería Sintes, 1937.

En Arraioz (N) uno de los remedios para purificar la sangre es la infusión de ortigas, asoña. Cuando el agua ha hervido se añade un puñadito de ortigas frescas o secas, se deja que hierva unos diez minutos más con el recipiente tapado, se retira del fuego y se deja reposar hasta que se enfría. Se cuela y se toma, preferentemente en ayunas. En Tiebas (N) también se ha recogido que la infusión de ortigas es buena para depurar la sangre.

En Izurdiaga (N) se recomienda tomar una cucharada de levadura de cerveza antes de comer. También infusión de carrasquilla durante nueve días seguidos en ayunas. Los informantes aseguran que conviene descansar de este último tratamiento ya que se cree que si se continúa con el mismo se puede llegar a ahogar al paciente porque “se le sube toda la sangre del cuerpo a la garganta”.

Carrasquilla o aladierno (Rhamnus alaternus). Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

En Lekunberri (N) el remedio más empleado era la infusión de ortigas, ausinak, o su ingestión como verdura. Las ortigas servían para aligerar la sangre, odola meetzeko. Se tomaban principalmente en primavera y en otoño. Otro procedimiento clásico consistía en beber en ayunas el agua resultante de la cocción de karraskila, también en primavera y otoño. Con el mismo fin se utilizaba koxka-belarra, doradilla, pero sólo la que tenía el hilo central de color negro, aunque alguno de los informantes no le presta mayor valor a este detalle. Con idéntico fin, para aligerar la sangre y que no engordara, se utilizaba kozkor-ura, infusión de mazorca de maíz.

En Murchante (N) la levadura de cerveza se toma disuelta en agua desde la década de 1950. Para purificar la sangre también se considera buena la infusión de romero. La cebolla es igualmente un conocido depurativo. Para limpiar la sangre se aconseja infusión de cola de caballo (Equisetum arvense), que algunos mezclaban con un poco de poleo.

En Sangüesa (N) se dice del agua de tomillo que purifica la sangre. También se recurre a diferentes tipos de infusiones como la de la planta llamada sanguinaria, la de hojas de olivo, de malva o de ortiga. La infusión de carrasquilla se aconseja beberla mañana, mediodía y tarde durante nueve días seguidos.

En San Martín de Unx (N) se toman infusiones de carrasquilla y en Viana (N) de té, manzanilla y alpiste cocido, aquí también recomiendan tomar limón. En Eugi (N) para purificar y adelgazar la sangre se utilizan aladierna, karraskilla, y ortigas.

En Goizueta (N) la sangre espesa se denomina odol loditua. Como depurativo sanguíneo se ha recurrido a la planta llamada osiña (Lamium album), en castellano lamio u ortiga blanca, de la cual se aprovecha el tallo. También se usa la infusión de sangrinaria. En esta misma población navarra para evitar las impurezas se cuece zaingorriaren belarra (Geranium robertianum) y se toma la infusión en ayunas. Asimismo se ingiere en ayunas la cocción que se hace con pasmo-belarra. Ambas sirven para purificar la sangre. La primera de ellas vale además para adelgazarla.

En Donoztiri (BN) las impurezas de la sangre se curaban con tisana de romaza, ahagoa, y también de borraja y malvavisco. En Heleta (BN) se tomaba infusión de ortiga, asun-ura y en Liginaga (Z) purgantes.

Siete sangrías. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

Además de los remedios populares expuestos hasta aquí también se han adquirido otros en la botica. En Pipaón (A) se tomaba un depurativo que se compraba en la farmacia conocido como depurativo Richelet.

Adelgazamiento de la sangre, odola mehetu. Tensión alta

Como ya se ha indicado anteriormente los informantes también hablan de remedios para adelgazar la sangre cuando ésta se engorda y más actualmente para bajar la tensión. Como se podrá comprobar a continuación son similares a los vistos hasta ahora.

El concepto de impureza de la sangre parece anterior a esta otra situación morbosa en la que se dice que está gorda. Hoy en día ya casi todo el mundo habla de tensión alta. Por lo tanto se trata de tres estados de interpretación sobre un mismo hecho que cuenta con similares remedios.

En Carranza (B) la carrasquilla o aladierno (Rhamnus alaternus), es precisamente la especie vegetal más utilizada como hipotensor. Según unos se deben emplear las ramitas; otros, en cambio, aseguran que es mejor la corteza. En uno u otro caso, la preparación es la misma: Se hierven las hojas o restos de corteza en agua y después se ingiere el líquido resultante. Para que el remedio surta efecto deben repetirse las tomas en días consecutivos. Hay quien emplea toda la rama, con hojas incluidas, y señala que debe estar seca antes de proceder a cocerla. Esta persona asegura que el preparado adquiere un color rojo “como de sangre” y que tiene un gusto agradable si se edulcora con un poco de azúcar. Añade que también ha probado a hervir la rama estando verde, pero que entonces el preparado carece de sabor. Otra informante recuerda que un hermano suyo sangraba frecuentemente por la nariz y padecía de dolores de cabeza; su madre le preparaba infusiones de carrasquilla para lo cual cortaba una rama de este arbusto, pelaba el tallo y cocía la corteza. Una tercera encuestada asegura que de la carrasquilla se utiliza sólo el palo y no las hojas.

Carrasquilla (Globularia repens). Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

En esta misma población vizcaina también es bastante conocido el uso del almuérzago, muérdago, como hipotensor. Unos utilizaban toda la planta, incluyendo sus frutillos blancos, otros sólo los tallos y hojas. Se dejaba secar y después se preparaba en infusión, del mismo modo que las manzanillas. Hay quien empleaba con el mismo fin las hojas de olivo, las hervía en agua y tomaba una taza por las mañanas en ayunas. Las compraba en la botica. También se dice que son buenas las raíces de ganzo[4]. Se cavaba para extraer las raíces. Tras limpiarlas bien se cocían y el líquido obtenido se dejaba serenar. Después se bebía un vaso en ayunas. Algunos consideran que el cabello del maíz es muy efectivo contra la tensión alta. Los pelos se recogen cuando estén un poco maduros de modo que presenten una coloración rojiza y se hallen lacios. Se toman en infusión. También se conoce el uso de ortigas, en concreto de sus raíces, con idéntico fin. Se arrancaban con la azada, se limpiaban y tras cocerlas bien se colaba el preparado obtenido.

En Orozko (B) la tensión arterial alta también se combate con la parte leñosa de las ramas del arbusto conocido como aladierno, karraskillea. Se partían con el hacha para hacer astillas pequeñas que se conservaban en el camarote para preparar la infusión; las hojas no se utilizaban. Otras plantas usadas han sido la achicoria, txikoria, y la cola de caballo, azeri-buztena. La cola de caballo se cogía y se dejaba secar a la sombra. Se bebía en infusión. También se ha empleado la raíz de ortiga, que se ingería en infusión en primavera, pero sólo durante tres días pues de lo contrario la persona se debilitaba de tal forma que no podía ni andar. En Durango (B) se ha tomado caldo de ortigas y en los últimos años son muchos los que comen ajos en ayunas; también se han bebido infusiones de hojas de nogal, que se secaban previamente; además se empleaba carrasquilla, unos palitos que se vendían en la farmacia, se cocían y se tomaba el agua obtenida.

En Bermeo (B) el método más popular y conocido para adelgazar la sangre, odola metuteko, consiste en tomar infusiones de tallos de ortigas, asunen girtenak. Un segundo método es la ingestión de infusiones de barbas de maíz, arto-bizarrak, utilizadas principalmente en problemas renales ya que se consideran diuréticas y por lo tanto hipotensoras. Otra planta medicinal que ayuda a “limpiar los riñones” expulsando los cálculos y favoreciendo la diuresis y por lo tanto produciendo hipotensión es una que cultivan los frailes franciscanos en sus conventos de Bermeo y Forua. La gente la denomina fraileen bedarra, la hierba de los frailes, y procede, según se dice, de Extremo Oriente, de donde la trajeron miembros de esta orden religiosa por sus cualidades medicinales. Las hojas de esta planta se recolectan en primavera y tras dejarlas secar se cuartean, siendo ésta la forma en la que los frailes las entregan a las mujeres que acuden al convento en su busca. Para su preparación se hierve en un cuartillo de agua una cantidad pequeña de estas hojas hasta que su volumen se reduce a la mitad. La infusión se debe tomar en ayunas. Otro método, éste de la curandera de Añorga, consiste en tomar infusiones de celidonia, iodo-bedarra o arnike-bedarra. Dicen que esta planta se debe utilizar con precaución ya que contiene productos tóxicos. El romero, erromerua, también se utiliza para bajar la sangre.

Carrasquilla, enuntzia (Amelanchier ovalis). Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

En Amézaga de Zuya (A) para adelgazar la sangre y evitar de esta manera las impurezas se toman infusiones de carrasquilla. Otros remedios consisten en comer berros (Nasturtium officinale) en ensalada; beber agua de ortigas hervidas, beber limón con agua en ayunas; tomar durante nueve días seguidos raíz de ortiga cuando se tiene la tensión alta, lo que se manifiesta en la tonalidad colorada de la piel; ingerir el agua resultante de hervir lapa; y beber infusiones de cola de raposo, cola de caballo (Equisetum arvense) y de siete sangrías (Centaurium erythraea o Teucrium chamaedrys).

En Valdegovía (A) para adelgazar la sangre se solía hacer una cocción de ortigas y se tomaba el líquido obtenido de la misma durante ocho días alternos. No se debía ingerir en abundancia porque producía debilidad. Se hacían además infusiones de carrasquilla, espliego, tomillo y cebada. La lechuga también se consideraba adelgazante de la sangre.

En Apellániz (A) cuando se tenía la sangre gorda, muy fuerte, para adelgazarla se tomaba un cocimiento de ortigas, tisana de astura, muérdago, o se bebía por la mañana en ayunas, durante tres días, un vaso de agua con hollín de la chimenea.

En Apodaca (A) se toma caldo de ortigas para bajar la sangre. En Berganzo (A) se po- nían las ortigas a hervir con agua y ésta se bebía para adelgazarla. En Eugi (N) se ha constatado que la infusión de ortigas, axunak, es beneficiosa para el mismo fin, pero hay que recogerlas en tres viernes del mes de marzo.

En Elosua (G) se cocían un par de astillas de karraskilla (Rhamnus alaternus) y se bebía el agua. De esta cocción se decía que adelgazaba la sangre y debilitaba. El agua de alpiste también bajaba la tensión. Se debía cocer y beber una cucharada por las mañanas en ayunas. Previamente debía estar al sereno. Convenía tomarla con mucho cuidado ya que podía bajar demasiado la tensión. Con idéntico fin se cocían las hojas de bedarmiña (Centaurium erythraea) y se bebía el agua por las mañanas en ayunas. Para el mismo uso se recogía en primavera la flor del espino albar, arantza zuria, se secaba a la sombra y se tomaba como si fuese manzanilla dos o tres veces a la semana.

En Hondarribia (G) para adelgazar la sangre se tomaban infusiones de carrasquilla. Ahora, para la tensión alta, se recurre igualmente a la carrasquilla (Globularia repens). Se utilizan seis o siete astillas en un litro de agua, que se deja al fuego para que se vaya consumiendo hasta que quede medio litro. También se recomienda el uso de belarmiña.

En Zerain (G) la tensión o golpe de sangre es considerado en la localidad un mal de la sangre. Un remedio frecuente ha consistido en tomar karraskilla (Rhamnus alaternus). Se corta un trozo que se divide en cuatro pedazos de unos 10 cm de largo, que a su vez son divididos en dos. Cada pedazo puede servir para una o dos tomas. Éstas consisten en un vaso grande templado y azucarado. Para adelgazar la sangre toman un vaso al día de infusión de raíces de ortigas, asun-zuztarrak.

En Garagarza (G) se utilizaba el guillomo, conocido en la localidad como karraskilla o enuntzia (Amelanchier ovalis), para rebajar la sangre. Se partía en pequeños trozos que se mantenían hirviendo durante una hora. Se tomaba el agua resultante unas tres veces al día, con preferencia a la hora de dormir. Otra planta llamada ipurgorria, hierba pulmonar, se cocía y se bebía una vez al día, en ayunas, para bajar la tensión. Idéntico tratamiento se efectuaba con el muérdago.

En Usurbil, Aguinaga, Urdayaga y Zubieta (G) para aligerar la sangre se han solido utilizar infusiones de belarmiña, de miru-belarra, muérdago, o de zaingorria[5].

En Ataun (G) para adelgazar la sangre se recurrió a un buen número de remedios. Se cocía el nervio de la ortiga y el agua resultante, asun-ura, se bebía. Se cocía la centaura menor, belarmiña, y el líquido obtenido se tomaba por la mañana en ayunas. Lo mismo se hacía con la hierba de San Juan, Santio-belarra o sanginario-belarra y también con Santio-illarrea o sanginario-txuria. Otro remedio consistía en mezclar agua, ajo machacado, espadaña, ezpata, romero, erromeroa, laurel, erramua, y flores de San Juan, San Joan lorak. Se cocía todo, se le añadía ceniza, auts gordiña, y se ingería el preparado obtenido. El hollín, kedarrea, también se consideraba bueno para adelgazar la sangre, al igual que el agua resultante de cocer cal, karea.

En Allo (N) para rebajar la tensión arterial algunos han tomado, generalmente en ayunas, hojas de olivo hervidas en agua. En Moreda (A) con la misma finalidad se bebe infusión de ortigas con hojas de olivo, además de hojas de olivo y de nogal.

En Arraioz (N) para bajar la tensión se recomienda la infusión de espino blanco, elorri zuria. Se cuecen en un poco de agua cuatro o cinco cucharadas de espino blanco con flor, para lo cual la recolección se debe efectuar cuando el arbusto esté florido, tras lo cual se deja secar; se cuela el líquido obtenido y se toma en ayunas. Asimismo se considera bueno para este fin tomar infusión de laurel. Se cuece lentamente media hoja de laurel en agua durante unos diez minutos estando el recipiente tapado, se deja reposar, se cuela y se toma en ayunas el equivalente a una copa de licor durante dos o tres días. Un remedio que actualmente prepara un informante de esta localidad consiste en la cocción de las siguientes hierbas: dos hojas de laurel, un poco de azeri-buztana o cola de caballo, arto-pizarra o barbas de maíz, elorri zuria pikorrekin o espino blanco con sus bolitas, urritz-miura o muérdago de avellano, y anís en grano para dar buen sabor. Se pone un litro de agua y cuando hierve se le añaden las hierbas bien picadas. Se hace hervir con el puchero tapado y a fuego lento durante diez minutos. Se deja reposar hasta que se enfríe, se cuela y se guarda en una botella. Se deben tomar dos vasos de este preparado al día, uno de ellos en ayunas.

En Lezaun (N) para bajar la sangre cuando estaba gorda, se hacían infusiones de achunes, ortigas, y de la hierba llamada siete sangrías. En Viana (N) las ortigas preparadas en infusión también se han utilizado para bajar la tensión.

En el Valle de Erro (N) para adelgazar la sangre se tomaban infusiones de carrasquilla (Rhamnus alaternus). Sus ramas se dejaban secar y se preparaban en infusión como la manzanilla. Era un remedio muy utilizado cuando se creía que la sangre estaba fuerte. Menos frecuentes han sido las infusiones de ortiga.

En Murchante (N) se dice que para los que padecen de tensión alta son buenas las hojas de olivo previamente cocidas. También se consideraba un remedio eficaz la infusión de ortigas.

En Azkaine (L) consideraban que lo mejor para el golpe de sangre, odol-kolpearentzat, era beber agua de carrasquilla, karraskila-ura, o de ortigas, ausin-ura. En Vasconia continental para los hipertensos se preparaba una infusión con hojas de cáñamo, belhararatza[6].

En Carranza (B) se estima que el dolor de cabeza es un síntoma que denota un estado de hipertensión. Por el contrario, el “tener la tensión por los suelos” se caracteriza por los mareos y las pocas ganas de trabajar. En tiempos pasados se consideraba tan malo un estado como el otro, hoy, por influencia médica, se asegura que tenerla baja es beneficioso. Para subirla siempre se ha dicho que lo mejor es el café, las copas de licor y el tocino. En Durango (B) tomar café, coñac y alimentos salados. En Murchante (N) comer aceitunas y jamón y beber coñac y café.

Una práctica de naturaleza totalmente distinta a las vistas hasta aquí consistió en la aplicación de sanguijuelas.

En Eugi (N) para purificar y adelgazar la sangre se practicaban sangrías y se ponían sanguijuelas. En Busturia (B) antaño a las personas gruesas, a las que tenían sangre fuerte, se les ponían igualmente sanguijuelas, uzenak.

En Goizueta (N) las sanguijuelas, izia, eran utilizadas para succionar la sangre a enfermos aquejados de tenerla espesa. También se utilizaban para combatir la hipertensión para lo cual se colocaban principalmente en las arterias femorales.

En Apellániz (A) para quitar la mala sangre ponían en la garganta y en los brazos sangujas, sanguijuelas, que cogían en una fuente del mismo pueblo.

Mejora de la circulación sanguínea

Se recogen seguidamente varios remedios cuya pretensión es mejorar la circulación sanguínea. Sigue tratándose de las mismas especies vegetales citadas anteriormente.

En Carranza (B) para “mejorar la circulación de la sangre” un informante utilizaba ortigas, pero no empleaba toda la planta sino sólo las copas; las cocía en agua y tomaba el líquido resultante, a razón de una taza diaria.

En Murchante (N) para activar la circulación se recomienda tomar una infusión de ortigas.

En Telleriarte (G) para mejorar la circulación se cuece en cinco litros de agua, saúco, cola de caballo, llantén, malva, diente de león, iodo-belarra y ortigas. Por la noche se lavan las manos con ese líquido y a la mañana siguiente, con el mismo, se lavan los pies. Esta operación se repite tres días seguidos y sin cambiar el agua.

En Bermeo (B) para mejorar la circulación se aconseja bañar los pies y las manos con una infusión de mamukioa, malva, erromerua, romero y zanbedarra, llantén mayor (Plantago major).

También ha sido bastante habitual reactivar la circulación de la sangre, cuando se consideraba que era mala, dándose friegas de ortigas. Ésta ha sido una práctica ampliamente conocida.


 
  1. A juzgar por la información aportada por nuestros encuestadores, si bien se puede afirmar que en la mayoría de las localidades donde se ha constatado el uso de la carrasquilla, ésta se corresponde con el arbusto denominado aladierno, Rhamnus alaternus, en ocasiones se designa con ese mismo nombre popular a otras especies vegetales cuyo nombre científico se detallará siempre que sea posible.
  2. Posiblemente se trate del lampazo, una especie vegetal del género Arctium. Esta voz está recogida con este mismo significado en el DRAE. Gerardo López de Guereñu también cita el uso de lapa por lampazo aunque según él puede tratarse además del amor del hortelano (Galium aparine), si bien a juzgar por el mayor número de usos constatados por él mismo sea la primera planta. Vide Botánica popular alavesa. Vitoria: 1925, pp. 34 y 177.
  3. Se emplea la voz borte para referirse a la planta que nace sin sembrarla. Vide José María IRIBARREN. Vocabulario Navarro. Pamplona: Institución Príncipe de Viana, 1984.
  4. Por la descripción que este informante hace de la planta se deduce que es Smilax aspera. En realidad, de esta especie, más conocida por zarzaparrilla, no se utilizan las raíces sino el rizoma subterráneo.
  5. Luis MURUGARREN. Usurbil: Aguinaga, Urdayaga y Zubieta. San Sebastián: Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, 1974, p. 132.
  6. DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in Gure Herria. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, p. 200.