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Remedios para las heridas enconadas min pozoituak

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En el Valle de Carranza (B) para curar las heridas, tanto de las personas como de los animales, se empleaba el líquido resultante de la cocción de malvas recién cogidas o de estas flores mezcladas con corteza de nogal y fresno. En relación con el uso medicinal de esta planta, uno de los informantes recuerda el dicho: “Si con malvas te curas, mal vas”. Para lavar las heridas se recurrió también a la decocción del llamado ''rabo de zorra ''o cola de caballo. Otra especie que ha tenido un uso extendido es la ''hoja del lobo ''cocida sola o con corteza de encina y de nogal o con malvas con cuya agua se lavaba la herida o se empapaba el paño que se ponía sobre ella. También se han valido de la denominada ''hierba de la cortada ''que se colocaba sobre la zona afectada directamente o previo calentamiento para cicatrizar la herida o, según algunos, para cortar la hemorragia. El llamado ombligo de Venus (''Umbilicus rupestris''), tras arrancarle la ''piel'', y la ''hoja del yodo ''o celidonia se empleaban asimismo para sanar las heridas.
[[File:FIGURA5.png35 Malva malma-belarra.jpg|center|400px|RTENOTITLE_FIGURAMalva, malma-belarra. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.]]
En Muskiz (B) sobre las heridas enconadas se ponen paños empapados en agua de cocción de yerba de la lobera y hojas de nogal, el tiempo necesario para que salga el pus y el posible cuerpo extraño.
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