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Remedios para las heridas enconadas min pozoituak

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En Astigarraga (G) sobre las heridas enconadas se ponía un batido de aceite con yema de huevo o la hierba llamada ''plantina-belarra'', calentada en la chapa, mezclándola después con una cucharada de aceite, que luego se ataba a la herida. En Hondarribia (G) en una sartén se preparaba un emplasto con jabón Chimbo, aceite de oliva, cera virgen y ajos y una vez enfriado, se colocaba sobre la herida infectada. En Ataun (G) se recurría también a un emplasto hecho con aceite, ajo y la hierba llamada ''ama birjiña belarra''. Según recogió el P. Donostia a comienzos del s. XX, en Navarra decían que para los cortes era bueno darse un bálsamo hecho con resina, cera virgen, aceite y ajo, derretidos al fuego<ref>APD. Cuad. 1, ficha 86.</ref>.
En Arraioz (N) si la herida se había infectado se aplicaba tantas veces como fuera necesario hasta que quedara limpia, la pomada de- nominada denominada “con verbena” hecha con saúco, verbena, cera virgen y aceite de oliva. A continuación para cicatrizar la herida se ponía la pomada llamada “sin verbena”, que tenía los mismos componentes que la anterior pero sin la verbena. Señalan los informantes que este remedio es particularmente recomendable para los diabéticos.
== Pasmo-belarra y ebaki-belarra ==
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