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Remedios para las heridas enconadas min pozoituak

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En Muskiz (B) sobre las heridas enconadas se ponen paños empapados en agua de cocción de yerba de la lobera y hojas de nogal, el tiempo necesario para que salga el pus y el posible cuerpo extraño.
En Zerain (G) para limpiar heridas infectadas se ha tenido por buena la infusión de agua de malvas, ''malma-belarra''; en Ataun (G) se procedía igual que en Zerain y luego se freían malvas, ''malmak'', en manteca y este emplasto se ponía sobre la herida. En Cripán (A) se ha utilizado el agua o cocimiento de malvas para lavar las heridas. En Navarra, en heridas e inflamaciones se utilizaba la malva, ''ziguña'', bien aplicando directamente las hojas o una cataplasma, preparada con la planta entera cocida, o bien en lociones o compresas con la decocción de las sumidades floridas[[#ftn29|[<ref>Margarita FERNÁNDEZ. “Medicina popular navarra” in ''Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía'', XIV (1997) p. 29]]].</ref>. En Azkaine (L) para secar las purulencias de una herida no hay mejor remedio que lavarlas con agua en la que se han cocido hojas de espino, ''lahar ostoa'', y salvado, ''zahia''.
En Agurain (A) y Astigarraga (G) en caso de una herida infectada se machaca un caracol, se pone sobre un trapo y se aplica sobre la herida. Limpia y cura. En Berastegi (G) las heridas enconadas se sajaban y después se trataban con pomadas.
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