Reumatismo

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Otra de las enfermedades crónicas por las que se recurre a ermitas y santuarios es el reumatismo. Para obtener su curación en Bizkaia se acude a ermitas que están bajo la advocación de Santa Eufemia.

Las personas afectadas de dolores de cintura, garriko miña, suben a Santa Eufemia de Murelaga (B), que se halla en la cumbre del monte Urregarai, en su festividad, 16 de septiembre (Durango, Nabarniz-B). Antiguamente el enfermo realizaba el ascenso fajando su cintura con rollos de cera, metxazarra. Esta cera era encendida al penetrar en la ermita y los rollos se depositaban en ella como ofrenda. En la actualidad se ofrendan velas. También se ha acudido a las ermitas vizcainas de Santa Eufemia de Elorrio y de Arbatzegi-Gerrikaitz para curarse de los dolores de cintura así como a la de Santa Águeda en la Cofradía de Bikarregi en Dima.

Ermita de Santa Eufemia en el monte Urregarai. Murelaga (B). Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa: José Ignacio García Muñoz.

En Bermeo (B) el día de Santa Eufemia, 16 de septiembre, acudían a la iglesia de este nombre para curar o prevenir el reuma.

En Elosua, Oñati y Zerain (G) cuando se sufría de reuma o ciática, gerriko miña, se medía la cintura con cerilla, argizaria, envolviendo con ella la cintura y llevándola puesta en la peregrinación hasta el Santo Cristo de Aitzgorri, en términos de Zegama. Allí se depositaba esta cerilla encendida como ofrenda. En caso de no poder subir personalmente se medía la cintura y se enviaba su medida en cerilla con otra persona para que ésta la ofrendara.

En Elosua (G) se ha recogido también otra costumbre similar; se tomaba la medida del miembro dolorido (brazo, cintura, etc.) con cerilla y se llevaba ésta a la ermita del Santut xu de Aranzazu y allí se depositaba encendida.

Desde Arrasate y Beasain (G) se acudía al santuario de San Miguel de Aralar; allí se pasaban los miembros afectados por las cadenas de Teodosio que cuelgan de la pared de la capilla interior. En el monte Ernio (G) se practicó una costumbre similar. A lo largo del camino a la cumbre penden aros de hierro de diversos tamaños en las estaciones del Vía Crucis. Se introducían en ellos el cuello, los pies, las manos y el cuerpo sucesivamente y se rezaban algunos padrenuestros y avemarías para preservarse, o en su caso curarse, del reuma. La misma virtud que a estos aros se les atribuía a las cintas que habían tocado la cruz de Ernio. Éstas se entregaban a quienes no pod ían llevar a cabo la ascensión para que envolvieran con ellas los miembros aquejados por la enfermedad del reuma[1]. Acuden a Ernio desde Berastegi, Bidegoian y Elosua (G).

Vía Crucis al monte Ernio (G). Aros de hierro. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.

En Agurain (A) y en Améscoa (N) acuden a la ermita de Santa Teodosia, en San Vicente de Arana, demandando protección contra las enfermedades reumáticas[2].

San Babil, venerado en una ermita de Sangüesa (N), es abogado especial contra el reuma. En el siglo XVIII el interior del templo de este santo “consuelo de todo afligido doliente” estaba repleto de exvotos[3]. Desde San Martín de Unx (N) peregrinaban a esta ermita. De Murchante (N) acudían con el mismo fin a la ermita de San Babil de Cascante y posteriormente a la parroquia de San Jorge en Tudela (N).

Ha sido notoria la Basílica de San Urbano de Gascué (N), a la que acuden reumáticos de Lekunberri y Lezaun (N). Nuestra Señora de las Nieves en Zabaldica ejerció su protección sobre “baldados, tullidos y cojos”. En una estampa impresa figura el siguiente verso:

“A baldados, tullidos y cojos,
los que sufren grandísimo mal,
si a Ti vuelven con llantos los ojos,
Tú los curas, salud celestial”[4].

En Donoztiri (BN) para conseguir la curación del reumatismo articular, ezurretako arrengura, acudían muchos a la ermita de Santa Eulalia de Isturitz y se lavaban en una fuente que había al lado y cuyas aguas pasaban por debajo del pequeño edificio. Había quienes hacían un novenario de visitas a la santa. Otros llevaban en botellas agua de aquella fuente para beberla en casa.


 
  1. Domingo IRIGOYEN. “Ermitas e Iglesias de Guipúzcoa” in AEF, XIV (1934) p. 18.
  2. Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. Álava: solar de arte y de fe. Vitoria: 1962, p. 493.
  3. José Mª JIMENO JURÍO. “Ermitas de Sangüesa” in Navarra. Temas de Cultura Popular. Núm. 211. Pamplona: [s.a.], pp. 22-23.
  4. José Mª IRIBARREN. De Pascuas a Ramos: galería religioso-popular-pintoresca. Pamplona: 1970, p. 27.