Ritos al entrar en el nuevo hogar

Sólo se ha constatado la existencia de ritos de cierta entidad en tiempos pasados.

Barandiaran describió una boda celebrada en Sara (L) en 1943 en la que después de la ceremonia se trasladaron todos a la casa en la que se iba a instalar el matrimonio. Utilizaron un autobús y dispuestos en parejas y en el mismo orden en que salieron de la iglesia, se dirigieron a la casa. Las que iban a ser vecinas del nuevo matrimonio tenían allí colocados dos arcos hechos con ramaje de tejos y flores, uno entre la carretera y la casa y el otro en la puerta de ésta. De cada arco colgaban dos mandarinas, una para cada consorte. Al pasar debajo de los arcos, los recién casados las arrancaron. Toda la comitiva subió al desván de la casa, arreglado y habilitado como comedor para este día[1].

En el Valle de Baztan (N) cuando la novia llegaba a la casa adonde iba de dueña, al pie de la escalera le aguardaba la suegra y le daba un abrazo. Hasta que entraba toda la comitiva seguían tocando los thunthuneros. Cada convidado iba a su casa a cambiarse la indumentaria para volver a la hora de comer, a las doce. Antiguamente la novia se cambiaba de vestido y se ponía una toca de seda de colores, burukoa, en señal de casada y no se la quitaba mientras viviera[2].

En Bera (N) la vieja señora de la casa entregaba el asador a la nueva para manifestarle que había entrado en el gobierno de la casa[3]. En esta misma localidad navarra, cuando la esposa entraba en la nueva casa, se tenía por costumbre decir a las abejas: "Erleak: orain errespetatu bear duzue itxeko andre berri au" (Abejas: ahora debéis respetar a esta nueva ama de casa). Se cuenta de un caso en que no hicieron esto y las abejas huyeron[4]. En Oronoz (N) y Urdanibia (Irun-G) también se recogió esta costumbre de avisar a las abejas el cambio de dueño de la casa por casamiento. Dando dos palmadas se les decía: "Gaurtik aitzina berritzen da zure nausia" (De hoy en adelante cambiáis de dueño)[5].

En Barkoxe (Z) al entrar en la casa la nueva ama, la vieja le daba agua bendita y la acompañaba al aposento. Cuando el recién casado iba al nuevo hogar, el viejo amo le ofrecía agua bendita y luego le ponía en sus manos una pértiga, le enseñaba las vacas y le llevaba de la mano al desván[6]. Similar costumbre de que la suegra ofreciera a la nuera agua bendita se ha constatado en Arakil y Arbazu (N)[7]. En Izurdiaga (N) la cuñada de uno de ellos les ofrecía el agua bendita con la que los novios se santiguaban.

En Ezkurra (N) al llegar el novio o la novia a la casa del cónyuge, donde iba a vivir a partir de entonces, decía: "Ave María pruxima" (Ave María purísima). Los ancianos de la casa le recibían contestando: "Ongi etorri zala; urte askoz osasunan eta pakean izan zaiteztela" (Sea bien venido; que viváis en muchos años con salud y en paz). Esto tenía lugar en el portal de la casa[8].

Arreoa eta etxean sartzea. Arratia (B), primeros de siglo XX. Fuente: Abaitua, Eulalia. Senitartea. La familia. Bilbao, Museo arqueológico, etnográfico e histórico vasco, 1994.

En Arrasate (G) al entrar los recién casados en su nuevo hogar, partían el pan y lo colocaban en el cedazo e invitaban a todos los asistentes a tomarlo con vino.

En Vasconia continental cuando la comitiva llegaba al domicilio de los novios les solía salir al encuentro un hombre disfrazado, con una escoba en la mano, que se ponía delante de todos a barrer la entrada de la casa para demostrar que la nueva esposa tenía que ser diligente en los trabajos domésticos[9].

En Zerain (G) se consideraba que cuando una joven abandonaba la casa paterna para casarse dejaba de pertenecer a la misma. La madre se dirigía a la hija que salía de la ceremonia de su boda en estos términos: "Orain arte, etxeko atia irikita sartu aiz emendik aurrera, Ave María esanda sartu bearko aiz" (Hasta hoy has entrado en casa abriendo la puerta, en adelante tendrás que llamar antes de entrar). La recién casada al entrar en su nueva casa se dirigía a su suegra diciendo: "Orain arte ez dizut esan ama, emendik aurrera ama esango dizut" (Hasta ahora no te he llamado madre, pero en adelante lo haré).

En Valcarlos (N) cuando la nuera entraba en su nueva casa, la suegra le dirigía unas palabras formularias del tipo: "Hartzen xitut ataba bezata eta etxekoandre bezata" (Te acojo como a hija y nueva ama). En Arbazu (N) en la misma circunstancia la nuera adventicia hacía estallar algún objeto contra la pared, produciendo un estruendo parecido a un tiro[10].

Según la encuesta de principios de siglo realizada por el Ateneo en Tolosa (G), era costumbre en los caseríos recibir al novio o a la novia forasteros o de otro caserío distante con salvas disparadas con escopetas[11].

En los últimos años se ha puesto de moda la costumbre de que el novio atraviese el umbral de la casa con su esposa en brazos.

En Amézaga de Zuya (A) esta práctica se ha introducido en fechas recientes y no es común. En estos casos los amigos y parientes de los novios les adornan la habitación para darles una sorpresa. Se trata igualmente de una nueva moda.

En Elgoibar (G) y Aoiz (N) también se conoce la costumbre de que el novio pase el umbral de la puerta con la novia en brazos, pero se considera moderna. En Obanos (N) se dice que quienes obran así lo hacen por imitación del cine americano.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. “Bosquejo etnográfico de Sara (VI)” in AEF, XXIII (1969-1970) p. 113.
  2. APD. Cuad. 2, ficha 221/5. Francisco ARRARAS publicó esta misma costumbre del Valle de Baztan señalando que la suegra al recibir a la nuera como nueva dueña de la casa le entregaba el asador, de donde el proverbio roncalés “Errena, garrena” (la nuera, asador). Vide: Francisco de ARRARAS. “Bodas de Antaño” in CEEN, VI (1974) p. 32.
  3. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, pp. 280-281. Caro Baroja cita este dato de Azkue y manifiesta que él no lo oyó, pero sí en cambio que recibía el cucharón con el que se servía la sopa y añade que cuando una recién casada entraba en una casa con grandes aires de mando se decía de ella: “Ongui artu du burruntzalia” (Bien ha cogido el cucharón), Vide: Julio CARO BAROJA. La vida rural en Vera de Bidasoa. Madrid, 1944, pp. 151-152.
  4. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 280.
  5. APD. Cuad. 3, ficha 305.
  6. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, pp. 276-277.
  7. José Mª SATRUSTEGUI. Euskaldunen seksu bideak. Oñati, 1975, p. 118.
  8. José Miguel de BARANDIARAN. “Estudio etnográfico de Ezkurra” in AEF, XXXV (1988-1989) p. 59.
  9. Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in AEF, XI (1931) pp. 49-50.
  10. José Mª SATRUSTEGUI. Euskaldunen seksu bideak. Oñati, 1975, pp. 118-119.
  11. EAM, 1901 (Arch. CSIC. Barcelona) IIDh8.