Rondas por San Juan

En Goizueta (N) la noche de San Juan los enamorados colocaban una rama grande de fresno en la ventana de su amada, haciéndolo únicamente en esa ocasión. Estas ramas fueron siempre muestra de enamoramiento, no de prevención del mal de ojo como ocurre en algunos otros lugares.

En Monreal (N) en los años cuarenta-cincuenta era costumbre que los mozos colocaran una rama con cerezas en la puerta de la moza que les interesaba la noche de San Juan. Si la rama era recogida por la chica se entendía que el galán era aceptado por ella.

En Las Améscoas (N) la víspera de San Juan los mozos cortaban ramos de fresno y colgaban enramadas en puertas y ventanas de los hogares de las mozas. A la vez en su ronda por las calles con guitarras y jotas "daban música" a las chicas que agradecían la delicadeza lanzándoles desde su ventana algún dinerillo o algún bollo[1].

En Aezkoa, Baztan y Larraun (N) colocaban en ventanas y portales, a modo de guirnalda, una rama de espino albar y otra de chopo blanco. En Santesteban (N) utilizaban ramaje de chopo y en Yanci (N) plantaban un árbol delante de las casas de las muchachas agraciadas[2].

En Bermeo (B) cuando un chico de caserío andaba detrás de una chica o simplemente cuando en una casa había chicas casaderas, la noche anterior a San Juan llevaba un ramillete compuesto de una rama de encina a la que había hecho una cruz, una rama de cerezo, flores, trigo y otros productos del campo, y lo clavaba en la puerta antes de la salida del sol. Este ramillete que se consideraba bendecido si se había colocado antes del amanecer no se retiraba hasta el año siguiente.

En Contrasta (A) la predilección que sentía el mozo por la muchacha agraciada la demostraba enramando la puerta de la casa de la joven la noche de San Juan[3].


 
  1. Luciano LAPUENTE. Las Améscoas, Estudio histórico-etnográfico. 1990, pp. 212-213.
  2. Ramón VIOLANT I SIMORRA. El Pirineo Español. Barcelona, 1985, pp. 278-279.
  3. Gerardo LOPEZ DE GUEREÑU. “El matrimonio en Alava” in BISS, XV (1971) p. 204.