Signos corporales de salud, osasun ezaugarriak

De algunos rasgos y manifestaciones corporales se ha dicho que denotan salud pero la interpretación de estos rasgos ha sufrido modificaciones patentes con el paso del tiempo.

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La gordura, gorputz gizena

Hasta hace unas décadas el estar gordo se consideraba generalmente signo de salud. Cuando la tuberculosis o tisis era una enfermedad extendida, la delgadez se asociaba instintivamente a ella (Carranza-B, Tiebas-N). En Amézaga de Zuya y Obecuri (A) se ha recogido el dicho: “No hay mejor espejo / que la carne encima del hueso” y en Lezaun (N) este otro: “La gordura es hermosura”.

Hoy día, en cambio, se tiene por más sano el de figura delgada y están más apreciadas las formas estilizadas porque se piensa que son más saludables que las gorduras; con todo las personas mayores siguen creyendo que el que los niños estén gordos, hermosos, es signo de buena salud.

Los informantes más jóvenes dicen que estar gordo es malo y que la gente gorda, gizena, muere más joven (Eugi-N); anotan que a partir de los años setenta-ochenta del siglo XX, los médicos han insistido en la conveniencia de mantenerse delgado (Obanos-N).

Fruto de esta preocupación ha surgido una nueva necesidad, la del adelgazamiento para conseguir tener un cuerpo esbelto. En Bernedo, Moreda, Ribera Alta (A); Durango, Nabarniz, Orozko (B); Bidegoian, Hondarribia, Oñati (G) y Allo (N) los informantes aseguran que se trata de una preocupación reciente; antes apenas había gordos ya que el cuerpo quemaba todo lo que ingería. Una informante de Zerain (G) expresa esta situación diciendo: “Orain gizonak ederrak dira, gure gazte denboran ez zan gizon gizenik, denak mearrak” (Hoy en día los hombres están gordos, en nuestra juventud no había hombres gordos, todos eran delgados).

En Abadiano (B) anotan que el hecho de adelgazar era antaño señal de enfermedad y que por otra parte las duras condiciones de vida y de trabajo no permitían engordar. En Obanos (N) ironizan sobre esta situación diciendo “antes que podíamos comer no ten íamos, ahora que tenemos no podemos”.

Esta preocupación por adelgazar afecta más a las mujeres, sobre todo a las jóvenes que siguen dietas transmitidas de boca en boca. De las dietas prescritas por los médicos la más conocida es la que siguen las personas hipertensas, si bien hoy día se conocen otros regímenes de alimentación.

La pérdida de peso se logra con la dieta alimentaria y el ejercicio físico que consiste generalmente en andar durante algún tiempo a paso de marcha (Apodaca, Berganzo, Mendiola-A; Durango, Gorozika, Muskiz-B; Astigarraga, Beasain, Zerain-G; Allo, Arraioz, Lekunberri, Murchante, Sangüesa, Obanos, San Martín de Unx y Valle de Erro-N). La dieta reduce la cantidad de alimentos y aumenta la ingesta de agua. Se cree que ayuda a adelgazar el tomar vinagre (Gorozika-B; Hondarribia, Telleriarte-G; Aoiz, Murchante-N), así como tisanas de rabo de caballo o rabo de raposo (Equisetum) o de tomillo (Thymus vulgaris) (Valdegovía-A), o infusiones de yerbas, como la centaura mayor, belarmina (Zerain-G).

Azeri-buztana, rabo de caballo. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

La corpulencia, gorputz gordina

En Sara (L) se decía que el individuo de baja estatura era nacido en cuarto menguante, “berapenean sortua duk hori”, y el de alta estatura que lo había hecho en cuarto creciente, “hori gorapenekoa duk”.

En tiempos pasados también la corpulencia se tenía por signo de salud (Apodaca, Bernedo, Berganzo, Pipaón, Ribera Alta-A; Abadiano, Carranza, Durango, Nabarniz-B; Astigarraga, Beasain, Elgoibar, Hondarribia-G; Allo, Arraioz, Izal, Izurdiaga, Lekunberri, Murchante, Valle de Erro-N). Pero este criterio ha cambiado (Moreda, Valdegovía-A; Bidegoian-G; Aoiz, San Martín de Unx, Tiebas, Viana-N); se pensaba que la fortaleza y el color eran signo de salud, lo que se complementaba con el apetito, el buen humor y el semblante sonriente. En las mujeres la fortaleza y la corpulencia no sólo eran signo de salud sino también de belleza (Elgoibar, Elosua-G; Murchante-N).

Los informantes relacionan por lo común corpulencia con gordura aunque no tiene por qué ser así. De hecho a medida que se han introducido las nuevas modas, como ya se ha indicado antes, la gordura se ha desprestigiado gradualmente.

La corpulencia se considera signo de salud pero no así el exceso de carne y grasas que se tiene por perjudicial (Agurain-A); otro tanto se ha recogido en Goizueta (N) donde señalan que la persona corpulenta, gorputz gordina, es saludable en tanto que la gorda, gorputz gizena, no lo es. En Mendiola (A) también distinguen entre fuerte y gordo; se cree que el fuerte enferma menos y en caso de contraer algún mal se recupera más fácilmente; pero el exceso de carne y las grasas se consideran perjudiciales. En Aoiz (N) también diferencian la gordura natural de “carne dura”, de la gordura fofa o “blanda”. En Donoztiri (BN) la corpulencia era considerada como estado propenso a odol-kolpea, abscesión de sangre, congestión.

En la Ribera navarra el tipo común es menudo y delgado y a esta apariencia le atribuyen buena salud; “es todo fibra, músculo”, dicen.

Otros signos de salud

Se ha considerado señal de buena salud el contar con rostro sonrosado y agilidad en el cuerpo (Donoztiri); la buena coloración del rostro, ni muy pálida ni muy roja, zurigorri-arrosa (Eugi-N), tener los carrillos sonrosados y lúcidos (Viana-N); “el bien y el mal salen a la cara”, se decía en Berganzo (A).

También se resalta la importancia de tener apetito, entrama (Gorozika-B). El buen color y el buen apetito parecen ir unidos (San Martín de Unx-N). Así mismo los reglotes o eructos y las buzas o pedos eran indicativos de buena salud (Lezaun, Obanos-N; Mendiola-A).

Se creía que sangrar por la nariz era propio de personas fuertes a las que les sobraba la sangre; de esa forma se regulaba su exceso y se mantenía la vitalidad (Carranza, Durango-B; Bidegoian, Elosua, Zerain-G). También eran sanas las personas que sudaban mucho (Bedarona, Nabarniz-B; Zerain-G; Goizueta-N) y las que tenían un rápido crecimiento y endurecimiento de las uñas y del pelo (Durango-B, Aoiz-N). Los síntomas contrarios, el semblante decaído, jausia, el habla sin energía, berbea makala, evidencian falta de salud (Nabarniz).