Diferencia entre revisiones de «Suelo en entrada y cuadra»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Romanzado y Urraúl Bajo (N) solía empedrarse con losetas de río, colocadas verticalmente, formando dibujos, y con empedrado corriente. En Urraúl Alto (N) en muchas casas se encontraba empedrada y los cantos formaban dibujos geométricos tales como flores de seis o cuatro pétalos, estrellas, etc.
 
En Romanzado y Urraúl Bajo (N) solía empedrarse con losetas de río, colocadas verticalmente, formando dibujos, y con empedrado corriente. En Urraúl Alto (N) en muchas casas se encontraba empedrada y los cantos formaban dibujos geométricos tales como flores de seis o cuatro pétalos, estrellas, etc.
  
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En Sangüesa (N) las entradas de algunas casas eran amplias y el suelo tenía ''ruellos ''o ruejos, pequeñas piedras de río redondeadas, formando dibujos geométricos y florales. Algunas casas han conservado estos empedrados.
 
En Sangüesa (N) las entradas de algunas casas eran amplias y el suelo tenía ''ruellos ''o ruejos, pequeñas piedras de río redondeadas, formando dibujos geométricos y florales. Algunas casas han conservado estos empedrados.

Revisión actual del 07:55 14 may 2019

En muchas poblaciones encuestadas la entrada a la casa ha estado empedrada, incluso cuando el resto del interior del edificio no lo estuviese. Parece ser que la finalidad principal ha sido la de evitar introducir barro los días de lluvia pero también ha constituido un motivo ornamental.

En Abezia (A) para evitar que el barro penetrase en la casa solían encachar la entrada. Consistía esta labor en colocar piedras de canto y unirlas con mortero o adobe. Contribuía además a mejorar la apariencia del edificio. El suelo del portal también podía ser de grandes losas de piedra.

En el Valle de Zuia (A) el suelo del portal es de losas muy labradas y escuadradas, de dimensiones grandes; precisamente un elemento decorativo lo constituía el encachado del espacio anterior a la fachada y puerta de acceso. Su principal función era evitar la acumulación de barro y el que sirviera de solera para el buen agarre de animales y aperos.

En Moreda (A) los informantes recuerdan que algunas casas antiguas tenían el suelo de la entrada hecho con cotillos dispuestos de muy diversas maneras formando artísticos dibujos. Otras presentaban buenas losas. Posteriormente se puso de moda el ladrillo rojo y hoy predomina la cerámica.

En Artajona (N) antiguamente los pavimentos de las entradas se hacían con losas rectangulares, preferentemente en las casas más ricas (en las casas más humildes eran de tierra muerta), aunque el adoquinado con cantos rodados o ruejos (cascajo grueso) era más frecuente. Este sistema se conserva en algunas casas viejas. El cascajo permite al albañil crear dibujos en el suelo a modo de mosaicos, distribuyendo las piezas en rectángulos o círculos, en los que se inscriben rosetas con pétalos elípticos espiculados, estrellas u otros motivos geométricos. El cemento ha recubierto en muchos casos estas labores. Modernamente se emplea el mosaico.

En Romanzado y Urraúl Bajo (N) solía empedrarse con losetas de río, colocadas verticalmente, formando dibujos, y con empedrado corriente. En Urraúl Alto (N) en muchas casas se encontraba empedrada y los cantos formaban dibujos geométricos tales como flores de seis o cuatro pétalos, estrellas, etc.

Suelo enlosado en el portal. Ajuria (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.

En Sangüesa (N) las entradas de algunas casas eran amplias y el suelo tenía ruellos o ruejos, pequeñas piedras de río redondeadas, formando dibujos geométricos y florales. Algunas casas han conservado estos empedrados.

En Aoiz (N) el suelo de esta zona estaba cubierto por pequeños guijarros grises oscuros que describían, siempre con trazos en forma de espiga, motivos geométricos y símbolos solares. Estos motivos se perfilaban en algunas ocasiones con guijarros de color rojo.

En Eugi (N) todo el suelo del establo estaba empedrado para que los animales no resbalaran y a la vez los motivos geométricos que formaban dicho empedrado embellecían la entrada.

En Viana (N) el zaguán está generalmente empedrado con guijarros formando motivos estrellados y circulares.

En Mélida (N) desde la puerta principal se accedía a un vestíbulo cuyo suelo solía ser de hormigón con la superficie afinada, aunque en las más antiguas el recubrimiento era de losas de piedra.

En Luzaide/Valcarlos (N) el suelo de la entrada, así como el de la cocina, fue de losas de piedra. Ya sólo queda en un par de casas. El cemento ha sustituido a la piedra en la entrada y en las cocinas han colocado madera o baldosa y a veces ambas.

En Ereño (B) el portalón era de tierra, aunque no faltaban los que tenían losas de piedra.

En Sara (L) ate-aintzina es el nombre del portal, cuyo piso era de tierra, de piedra o de losas, según los casos. Se llama trotuar cuando está cubierto con una capa de cemento, costumbre que se había introducido en los años cuarenta del siglo XX.

A menudo hay una notable diferencia entre los suelos de las plantas bajas y los de los pisos, sobre todo cuando el primer recinto se destina a funciones relacionadas con la ganadería y la agricultura. Algo similar ha ocurrido cuando esta primera planta se divide en una zona destinada a las personas, que incluye la cocina, y otra a cuadra de los animales.

En Bernedo (A) el suelo en la planta baja solía ser de tierra para que filtrase la orina del ganado. Algunos también lo tenían empedrado de cantos rodados en el portal; hoy, éste se ha cubierto de cemento en muchas casas y lo mismo la cuadra.

En Apodaca (A) el suelo de esta planta era de losas y de cemento, y en Aintzioa y Orondritz (N) también de piedra o cemento.

En los caseríos de Bermeo (B) el piso es de madera excepto en la planta baja, donde hay losas de piedra, cemento o baldosas. En el casco viejo, exceptuando la cocina y los baños, el resto es de madera. En las casas modernas sobre la solera de hormigón se coloca madera (parquet, etc.) y/o moqueta. El suelo de las portaladas de las casas viejas del pueblo, al igual que los caseríos, estaba hecho con losas de piedra que van siendo sustituidas o cubiertas con baldosas.

En Andraka (B) el karreju o pasillo de entrada es de arcilla endurecida, aunque en algunos casos ha sido recubierto con ladrillo o cemento.

Suelo encachado de Casa Ulpiano, Obanos (N), 1998. Fuente: M.ª Amor Beguiristain, Grupos Etniker Euskalerria.

En Sara (L) la planta de la casa se llamaba zola. Era simplemente tierra apisonada o aparecía cubierta con encachado de piedra, enlosado o tablado, según que la pieza fuese establo, vestíbulo, cocina o dormitorio.

Como ocurre con todos los elementos de la casa aquí también se han resaltado las diferencias económicas.

En Sangüesa (N) los suelos de las entradas de las casas muy pobres eran de tierra y todo lo más de yeso; en cambio, los de las pudientes, como se ha indicado antes, estaban empedrados con ruellos o ruejos de río formando artísticos dibujos.

En Allo (N) los suelos eran de yeso o ladrillo, coloreado este último en rojo o amarillo, de manera que podían hacerse mosaicos de muy diversas combinaciones. Más modernamente se han utilizado el terrazo y otros materiales. Las casas más nobles tienen también otra característica común y es que el de la entrada suele estar empedrado de ruejos, formando dibujos geométricos muy diversos.