Teñido casero de prendas para el luto

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El mismo día en que se producía un fallecimiento era costumbre en tiempos pasados teñir de negro en la propia casa vestidos, medias, chaquetas y demás prendas de algodón y se encargaban de ello las mujeres.

Recuerdan en Valdegovía (A) que antaño, al ser más difícil comprar ropa, el tener que vestirse de luto podía significar pasar parte del día y la noche tiñendo ropa para que cuando llegara el momento del funeral todos los familiares pudieran vestirse de negro.

Vestida de medio luto. Obanos (N), 1975. Fuente: M.ª Amor Beguiristain, Grupos Etniker Euskalerria.

En Moreda (A) seguían este procedimiento: En un balde con agua hirviendo se diluían varias pastillas negras de tinte que habían sido compradas en alguna de las tiendas del pueblo. Se echaban al balde envueltas en un trapo y se les hacía girar con un palo. Se introducían las prendas, que debían quedar nadando en el agua, y se ponían a hervir. Al cabo de un rato se dejaban enfriar con el tinte y a la hora de aclararlas se les echaba vinagre para obtener un mayor brillo y sal para que el tinte no se corriera. Finalmente las prendas y vestidos eran tendidos en matorrales y espinos por la noche para que se secaran y alisaran a la vez. Los trajes y abrigos buenos no se teñían en casa, se llevaban a tintorerías de la ciudad cercana de Logroño.

En Obanos (N) se hacía esta labor en grandes calderos. Recuerdan que el tinte casero manchaba bastante la ropa interior y la piel.

En Portugalete (B) se teñía en casa la ropa más corriente; los abrigos y los trajes se llevaban a la tintorería y las gabardinas no se teñían.

En Amézaga de Zuya (A) realizaban esta tarea con la ayuda de las vecinas y teñían incluso los delantales. En Muskiz (B) las tareas de teñir la ropa y coser brazaletes en las mangas de chaquetas, abrigos o gabardinas y de sustituir los botones por otros negros se hacían en compañía de vecinas y familiares del difunto.