En Apellániz (A) colocadas las dos manos del pequeño sobre las rodillas de la persona con la que juega, se le van tomando los dedos mientras se canta:
- Tin, tin,
- palos de cotín,
- hay una tendera
- vendiendo botijos
- y botijones;
- ha dicho mi tía
- que ponga la mano
- en esta orejera.
El dedo en el que termina la cantinela se esconde. El juego termina cuando todos los deditos quedan recogidos.