Toques de campanas y conjuros contras las tormentas. Traslado de imágenes de santos

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Hasta los años 1950-1960, en muchas de nuestras ermitas y parroquias, se realizaban conjuros contra el pedrisco y el rayo, o los malos espíritus considerados causantes de las tormentas.

En algunas comarcas rurales estos conjuros se llevaban a cabo diariamente desde Santa Cruz de Mayo hasta Santa Cruz de Septiembre y al ángelus del alba añadían un toque de campana que correspondía al conjuro.

En otras comarcas, todos los domingos de primavera y parte de verano, épocas en las que la tormenta podía causar daño por el pedrisco, tañían en ermitas e iglesias la campana que correspondía al conjuro. Este toque particular recibe los nombres de: harri-kanpaie (Valle de Arratia y Duranguesado-B) y hodei-kanpaie (Otxandiano-B, Bergara, Soraluze-G). En Álava y Navarra la denominación común es tentenublo.

Las fórmulas de oración e imprecación utilizadas se tomaban del ritual romano. Cuando no había sacerdote y la amenaza era inminente eran el sacristán o el ermitaño quienes conjuraban la tormenta.