Transición

En muchas encuestas se constata el uso actual más generalizado de collares de cuero o de otros materiales. Con todo, la fabricación de collares de cuero por artesanos locales es cosa antigua. En el Valle de Roncal los collares de cañabla, hechos por los pastores con madera de avellano o de nogal, han pervivido con los collares de corregel confeccionados con cuero por los guarnicioneros. Esto mismo sucedía en Izal-Valle de Salazar (N) con los collares de cañabla y los collares de corregil.

De cualquier modo los antiguos collares de madera van dando paso a los collares actuales de cuero (Apodaca, Berganzo, Moreda, Treviño, Valdegovía, Valderejo-A; Belatxikieta-Amorebieta, Carranza, Encartaciones, Gerena-Mallabia, Fruiz, Urduliz-B; Elosua, Elgoibar, Ezkio, Getaria-G; Améscoa, Larraun, Roncal-N; Sara-L). También se confeccionan collares de goma (Treviño-A); de lona (Valderejo-A; Lezaun-N); de plástico (Araia-A; Bernagoitia, Garai-B; Elgoibar-G) y otros materiales.

En Sara cuando el collar es de cuero recibe el nombre de koillarea en contraposición a uztaia que es siempre de madera. En Liginaga (Z) la correa de cuero se llama hedea, en Elosua (G), Gerena-Mallabia (B), Getaria, Telleriarte (G) y Larraun (N), es uhala, en sus diferentes variantes fonéticas (ubela, ugela, uala, etc.).

En Carranza los pastores del barrio de Santecilla acostumbraban a colocar las zumbas o zumbetes en el cuello del ganado ovino valiéndose de collares de cuero que ellos mismos fabricaban con piel de vaca. Con una navaja cortaban una tira, en cuyos extremos efectuaban dos agujeros que servían para atar con un alambre el collar al cuello del animal. Últimamente se utilizan correas de cuero con hebillas metálicas para sujetarlas al cuello de los animales. Las correas que sujetan los campanos o cencerros que llevan al cuello algunas ovejas o cabras están fabricadas con tiras de lona.

Pastores y ganaderos reconocen (Aoiz-N) que los collares de cuero son mejores porque no producen rozaduras ni causan infecciones y sufrimientos al animal. Pero hay que adquirirlos en el comercio y son mucho más caros. Debido probablemente a esto, el uso de collares de madera está vigente todavía en majadas como las del Gorbea-Zeanuri (B) o las de Andia-Lezaun (N). En esta última localidad aún hay varios vecinos que saben hacerlos, pero desde los años ochenta estos collares van siendo sustituidos por los de lona.

Los collares de cuero los confeccionan los guarnicioneros fuera del ámbito pastoril o son de producción industrial y se adquieren en el mercado. Estos collares son más fáciles de ajustar a las medidas del cuello del animal pues se cierran mediante una hebilla que permite graduar su longitud. En la correa a veces llevan adornos o letras, las iniciales del dueño, obtenidas mediante clavos de cabeza dorada, o tachuelas de latón (Berganzo-A; Izal, Allo, Sangüesa-N).