Translations:El caso de Luzaide/ Valcarlos (N)/12/es

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La distinta mentalidad del ganadero y del labrador es un factor decisivo a la hora de estudiar el fenómeno de la dispersión de la vivienda. En este sentido, el caserío aislado recoge la herencia más antigua de la vida pastoril, nómada y dispersa, anterior a los asentamientos agrícolas de los cultivadores del campo. La vivienda del pastor ha conocido distintas fases que no han afectado demasiado al estilo de construcción, si exceptuamos el caserío. La choza o cabaña del pastor sigue siendo rudimentaria, con poca alzada de muros a base de piedras superpuestas. Su interior se habilita para cocina y dormitorio, e incluso se almacenan allí mismo los quesos. La techumbre a dos aguas consta de vigas de madera no muy espaciadas y recubiertas de tablillas, piedra, helechos o tepes. El hogar ocupa el centro y alrededor de él están dispuestos los camastros, de tal suerte que los pies de quienes en ellos se tienden estén próximos al fuego del hogar. Disposición análoga debieron observar los antiguos vascos en sus moradas, puesto que en las cavernas con yacimientos prehistóricos el fuego se halla generalmente en sitio céntrico, a veces en medio del vestíbulo. La creación del caserío con las características peculiares de vivienda estable y personalidad propia empieza a surgir en el siglo XVIII. Pasa por una fase intermedia de establo o borda hasta convertirse en habitación y vivienda del pastor. Desempeña papel importante en esta innovación el establecimiento de prados acotados y el almacenamiento del heno que se da por entonces. Se aparta, en parte, del modelo más primitivo del pastor sin propiedades y da como resultado el caserío. [1]
  1. SATRÚSTEGUI, “Caseríos y aldeas en el País Vasco”, cit., pp. 139-159, 163-164.