Utensilios para aguijar el ganado

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Dentro de este apartado se incluyen instrumentos de distinta utilidad; mientras que unos son o han sido imprescindibles en el desempeño de faenas agrícolas o ganaderas, como es el caso de la aguijada o del látigo para estimular al ganado, otros han servido más de mera ayuda en labores domésticas o de cuidado del ganado mientras pacía, como la vara para el pastor o el cabrero.

Aguijada, akuilua. Pértiga

La aguijada se usa a la hora de trabajar con el ganado vacuno en el campo para transmitirle órdenes, darle a entender la dirección por la que debe ir, pinchándole hacia un lado u otro. Los informantes señalan que no se debe abusar del aguijón, pues al ganado le gusta ser tratado bien.

La aguijada, akuilu, es una vara o palo, generalmente de avellano, de 1’60 a 1’80 m de largo, al que insertan un clavo o aguijón en la punta, eztena (Getaria-G), también llamada chirta (Lezaun-N) y gana (Abadiano-B). Su uso con el ganado vacuno se constata en todas las localidades encuestadas.

La denominación común en euskera es akuilu (Zamudio-B; Astigarraga, Getaria-G), que también se ha recogido en variantes dialectales: akulu (Abadiano, Urduliz-B; Elgoibar-G), akuillu (Fruiz, Valle de Orozko, Zeanuri-B; Berastegi, Elosua, Hondarribia, Telleriarte-G; Ultzama-N), akuillo (Larraun-N), pherkika (Zuberoa). Los nombres castellanos constatados son los siguientes: pertica (Améscoa, Izurdiaga, Lezaun-N), pértiga (Izal, Mélida, Sangüesa-N), pincho (San Martín de Unx, Sangüesa-N), hijar o aguijón (Triano-B), abijón (Apellániz-A), vara (Valdegovía-A).

Son numerosas las localidades donde precisan que la vara debe ser de avellano ya que la flexibilidad de esta madera no daña tanto al ganado en caso de que haya que pegarle. (Urkabustaiz-A; Fruiz, Triano, Urduliz-B; Berastegi, Getaria, Hondarribia-G; Aoiz, Améscoa, Larraun, Lezaun-N). Los informantes de Berastegi anotan que el akuillu ha de ser una vara de avellano, urritzezkoa, lo más blanca posible y la punta del aguijón de acero bien afilado. Antaño, hasta los años treinta, los miqueletes (milicia foral de Gipuzkoa) perseguían y sancionaban a los caseros o baserritarras que utilizaran aguijada con punta, eztena. Los baserritarras de Ezkio (G) guardan memoria de esta prohibición.

En Lezaun para andar con los bueyes y dirigirlos usaban vara de avellano, pértica, con aguijón o clavo, chirta, en su extremo. Para hacerla se procuraba que fuera de avellano plateado, más difícil de conseguir, ya que crece entre peñas y tiene un porte más sinuoso que el recto que se da en zonas frondosas y es más oscuro. Se obtenía en los términos de Akuandi y Olderiz, en Urbasa. En Artajona (N) también utilizaban pértiga, pertica, de fresno, con un aguijón, puncha, en un extremo.

Para que eche a andar la pareja del ganado que forma la yunta se apoya la aguijada sobre el yugo (Agurain, Berganzo, Valderejo-A) y para que se detenga suelen ponerla descansando en el suelo de forma vertical (Agurain, Berganzo).

En Apodaca (A) se coloca la aguijada horizontal para indicar al ganado que avance, vertical para que se pare, horizontal sobre el morro de la pareja para la marcha atrás, y sobre el hombro del carretero para que eche a andar. El que va por detrás de la pareja pincha al buey de la derecha para que la pareja vaya hacia la izquierda y viceversa. La indicación de que se abran para que el conductor se ponga en medio a colocar el varal del carro o de la máquina se expresa pinchándoles en el costado. El aguijón de la vara es un clavo al que le han quitado la cabeza y luego lo han afilado.

En Astigarraga, a la hora de trabajar y sólo entonces, se han solido utilizar el palo y el aguijón, akuillua, que sirve para azuzar a los animales en los trabajos de tiro. En Elgoibar se usaba si arrastraban el carro, cuando uno de ellos no tiraba bien o por cualquier otra circunstancia se les pinchaba con el akulu.

En Urduliz cuando se trabajaba con el ganado en el campo, el conductor delantero llevaba una vara cualquiera y el zaguero los azuzaba con el akulu; a esta acción se la denomina akuluez kiña. Anotan también que se hace uso de la aguijada o akulu en las pruebas de bueyes.

En Beasain (G) cuando una vaca se hace la remolona o es preciso que ambas hagan un esfuerzo extraordinario, para salvar algún obstáculo o cuesta, se les pincha en el lomo con el aguijón que tiene la vara en su punta, dándoles la voz aida (adelante) y algunos otros gritos.

En Urkabustaiz (A) se les coloca el aguijón sobre el morro para que se sitúen en el lugar adecuado. Si no lo hacen se les golpea en el culo. En San Martín de Unx (N) a las vacas se las conducía con pincho y, a veces, «con palo como a los bueyes».

En Larraun (N) el akuillo se utiliza con todo el ganado, excepto con las yeguas. Éstas son muy sensibles y no se les debe pegar jamás ya que no lo olvidan de por vida.

Rejada, enrejada

En Pipaón y Valdegovía (A) para el ganado vacuno de trabajo se usa la rejada o enrajada, que es un palo de forma curva en su centro y que en la parte baja tiene un rejón o cuchilla. Ésta se usa para limpiar el arado y también para pegar a los animales.

En Valderejo (A), cuando se trabajaba con el arado o el brabant, en lugar de la aguijada se usaba la rejada, que consiste en una vara con una ligera curva en la mitad y acabada en su parte inferior en una pieza metálica en forma de media luna. Tiene también, como la vara aguijada, un pincho en la parte superior.

Látigo, tralla o zurriago

En muchas localidades alavesas y navarras se ha constatado que, para azuzar a las yeguas en la trilla, se valían del látigo, la tralla, o el zurriago (Apodaca, Bernedo, Moreda, Pipaón, Urkabustaiz, Valderejo-A; Lezaun-N). En Bernedo además se les atizaba con el mismo ramal con que les ataban. En algunos lugares aseveran que no era necesario flagelar al animal, sino que bastaba con producir el chasquido con el látigo para obtener el resultado esperado (Valderejo-A; Hondarribia-G; Sangüesa-N).

La tralla consistía en un palo, generalmente de fresno o avellano, al que se unía en un extremo un látigo que podía ser un trenzado de piel o una cuerda de cáñamo (Sangüesa). También se ha descrito la tralla como un palo al que iban unidos unos cordeles en la punta (Moreda). El látigo solía ser una vara con un cordel de cuero de metro o metro y medio (Triano-B) o un trozo de palo con «corregil» (cuero) trenzado (Izal-N).

Amezketako artzaiak Aralarren (G), 1935. Fuente: Archivo PP. Benedictinos de Lazkao (G): Jesús Elosegui.

En Artajona (N) para las caballerías se empleaban las fustas o zurriagas, hechas con vara de fresno y un látigo en un extremo. Era más frecuente la fusta de trenza, o las que hacía el guarnicionero, con dos tiras de cuero que se iban pasando por los orificios practicados en la parte central, dibujando un tejido cordiforme. Las hechas en casa con cuero sin curtir eran poco flexibles. Se usaron también con trenzado de cuerda[1].

En Moreda las caballerías, además de los juramentos que les lanzaba su conductor, recibían palos dados en los cuartos traseros con un zurriago, látigo o tralla cuando hacían alguna trastada o no querían trabajar. A esta forma de fustigar se recurría en la trilla para que la caballería tirara del trillo dando vueltas por encima de las mieses. En Lezaun cuando se trillaba se bajaba el ganado caballar de la sierra para que trotara sobre la parva (mies). En esas ocasiones se usaban palos con una correa en su extremo a modo de látigo. En Sangüesa era a los animales de tiro a los que se pegaba con la tralla, que solía ser lo suficientemente larga como para llegar a las caballerías sin bajarse del carro. En Mélida (N) a las caballerías se les pegaba con una vara o con un látigo. Si los animales no obedecían se podían emplear métodos expeditivos, como agarrarles de los «colgantes» para que se movieran. En Valdegovía (A) usan el látigo para castigar al animal y hacer que trabaje.

En Hondarribia utilizan el látigo con los equinos ya que, según señalan los informantes, con ellos no se puede emplear el aguijón o akuillu. Si se les pincha, su piel se infecta rápidamente y se pone en peligro al animal, en cambio aguantan bien el látigo. Similar apreciación han realizado las personas encuestadas de Astigarraga (G).

En los Montes de Triano hoy en día es muy raro el uso del látigo, que en tiempos pasados servía para aumentar el trote o la marcha de las caballerías cuando tiraban del carro o de las vagonetas de mineral en las minas. Se sustituía por una vara fina y flexible, instrumento que aún se utiliza. En Getaria (G) usaban el látigo con los caballos que tiraban de los carros y en Apodaca para llevar la tartana o la narria.

En Roncal (N) usaban látigo con las yeguas y con los corderos cuando se metían en los sembrados, por no darles con el palo.

En Bernedo para los gatos se usaba una zurriaga con un cascabel. Los gatos al oír el cascabel respondían y obedecían inmediatamente para evitar el consiguiente golpe.

También se han utilizado palos para estimular al ganado equino. Así en Agurain y Berganzo (A) para que la caballería vaya más rápida se le golpea suavemente con el palo o la fusta, se le aflojan las riendas y se le pica con las espuelas. En Beasain (G) para azuzar a la caballería se le pega con un palo sobre las costillas. En Telleriarte (G) usan la makila con el ganado caballar, mular, asnal y vacuno.

En Urkabustaiz señalan que el burro es un animal terco si se le trata mal. Se le maneja con el ramal y el dueño lleva una vara fina por si tiene que hacer uso de ella. En Fruiz (B) usan un palo sin aguijón para el burro y en Abadiano (B) anotan que cuando se iba con el burro o las vacas siempre se llevaba una vara, makila.

En Lezaun (N) para el manejo del ganado porcino se valían de palos más cortos que los usados con el ganado mayor y de correas de cuero, denominadas azotes. En Mélida también se utilizaba un palo para atizar a los cerdos en el lomo.

En los lugares donde ha habido ganado suelto en el monte, cuando se iba a verlo se llevaba palo. Así en Lezaun (N) cuando se acudía a la sierra a echar un vistazo al ganado, generalmente en domingo, se llevaba «el palo», que era una vara de fresno recta, que también usaban los pastores de ovejas. En Améscoa (N) el palo se usaba para dominar a los animales serranos, esto es, a los que no estaban estabulados. En Apodaca el palo o la vara sirve para arrear el ganado al monte, sea vacuno, caballar, ovino o caprino.


 
  1. José M.ª JIMENO JURÍO. «Estudio del grupo doméstico de Artajona» in CEEN, II (1970) p. 418.