Venta de lana a fábricas textiles

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En el Valle de Carranza (B) en los años veinte, la lana basta y de no muy buena calidad, aunque más fina que la de la oveja lacha, era vendida por los pastores a intermediarios con destino a la industria textil, tal y como se sigue haciendo hoy día.

En los montes de Triano (B) la lana se vende a tratantes de Reinosa y Ramales (Cantabria), Espinosa de los Monteros (Burgos), Artziniega, Gordejuela, Bilbao y principalmente a Sestao que, al igual que los anteriores, la comercializan siendo el destino final ciudades como Barcelona, León... Ocasionalmente ha sido vendida también a los gitanos.

En Gorbea (Zeanuri-B) se vendía a un comprador de la vecina localidad de Villaro y a laneros vitorianos y catalanes. El producto se recogía en sacos y se guardaba al abrigo de la lluvia. Muy a menudo las ovejas estaban parasitadas con garrapatas, kaparrak, y el pastor debía tomar precauciones para no infectarse mientras se dedicaba a ensacarla[1].

En Sollube (Arrieta y Mañu-Bermeo-B) la ensacan y es vendida a distintos clientes: la misma persona que adquiere el ganado, compradores ambulantes que acuden a los caseríos a por la mercancía, la Asociación a la que pertenecen los pastores o intermediarios que la compran para venderla con destino a Cataluña.

Lana ensacada para la venta. Oidui, Aralar (G), 1985. Fuente: José Zufiaurre, Grupos Etniker Euskalerria.

En Larraun (N) es vendida principalmente a intermediarios procedentes de Palencia que vienen a la localidad a pesar la mercancía y llevarse los paquetes de lana guardados. También en Lezaun (N) se vendía a compradores que venían al pueblo a por ella.

En Zuberoa antiguamente el lanero pasaba por el valle distribuyendo grandes sacos donde meter la lana. Después regresaba con una carreta tirada por dos mulas; la pesaba y la pagaba en metálico.

En San Martín de Unx (N) la mayor parte se vendía a Pamplona. A veces algunas personas de la localidad requerían lana para hacer colchones, eligiéndose por regla general la de carnero. Aunque el esquileo se realizaba a finales de mayo esta lana se guardaba hasta agosto a fin de lavarla en agua más templada del arroyo. Se extendía luego al sol para que se secara, se variaba (vareaba) y se introducía en el colchón.

En Mélida (N) se ha registrado el dato de que hoy día la lana tiene poca utilidad y de su venta apenas se obtiene dinero. Los pastores que tienen su rebaño en las Bardenas se la venden a laneros riojanos que acuden a la zona, en tanto que los que tienen el ganado en el mismo pueblo se la venden a compradores catalanes que también se desplazan hasta tierras melidesas.

En las Bardenas (N) se vendía a los laneros, quienes establecían los encuentros con los pastores en la propia majada. Los esquiladores la recogían en unos grandes sacos que habían sido traídos por estos compradores en el momento de cerrar el trato.

En Berganzo (A) la lana recién esquilada se almacenaba en fardos y se pesaba con la balanza romana yendo destinada a lavaderos y fábricas textiles.

En Moreda (A) los pastores o ganaderos vendían los vellones de lana a granel o en unas grandes sacas altas y anchas. Una fábrica de Mendavia, localidad de la Ribera Navarra, suele adquirir la lana de los pastores de la zona.


 
  1. Fermín LEIZAOLA. «El pastoreo en Gorbea» in Gorbea. Bilbao, 1984, p. 128.