Vida social conjunta

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Ya se ha señalado que en otro tiempo, en el mundo rural, no había mucho tiempo libre para las relaciones sociales salvo las de vecindad. La siguiente descripción recogida en Bernedo (A) es aplicable a muchas otras localidades: durante la semana la familia estaba ocupada en múltiples tareas del campo, la ganadería, el monte y el hogar. La mujer además estaba atada a la casa con el cuidado de los hijos y del ganado menor. No quedaba por tanto mucho tiempo libre.

Esto no significa que en localidades más pobladas o con núcleo de población concentrada la vida social fuera algo más animada.

Baile en la plaza del pueblo. Ahedo (Carranza-B), c. 1970. Fuente: Miguel Sabino Díaz, Grupos Etniker Euskalerria.

Es común el dato de que el hombre ha tenido y tiene más vida social que la mujer, acude al bar, juega a cartas, etc., en consecuencia se relaciona más con la gente. El círculo de amistades de la mujer, sobre todo después de casada, con frecuencia se iba estrechando. En localidades pequeñas sus relaciones se reducían a la charla con otras vecinas a la salida de misa y a la partida de cartas en alguna casa. La pareja junta acudía ocasionalmente a una fiesta o un baile de la propia localidad o de otra cercana, pero esto mismo era más frecuente antes de haberse casado que después del matrimonio. Adonde sí iban juntos los esposos y se relacionaban con terceras personas era en las bodas, bautizos, funerales y en las fiestas patronales.

En general se ha constatado que la poca o mucha vida social que tuvieran los esposos la disfrutaban independientemente, los maridos por un lado y las mujeres por otro. No obstante en ocasiones y a algunos actos acudían juntos.