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Vigilia diurna

1 byte eliminado, 17:57 8 ene 2019
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Poco tiempo después de producirse el óbito y cuando ya el cadáver está amortajado y dispuesto, los vecinos y las personas más allegadas acuden individualmente o en pequeños grupos a rezar ante el muerto. En previsión de estas visitas las puertas de la casa mortuoria permanecen abiertas.
En Zerain (G) durante el día acuden de cada casa del vecindario al menos dos personas que se dirigen directamente a la habitación donde se halla el cuerpo y allí rezan un rosario de cinco misterios además de otras oraciones que terminan con un responso. Luego cada visitante moja la rama de laurel en agua bendita y hacen con ella una cruz sobre el cadáver. Los más ancianos, con esta agua bendita, además del muerto, asperjan en todos sus lados la cama donde yace. Este rito responde al dicho: ''«Gorputzari ur bedeinkatue bota, etxean dagon bitarten» ''(Hay que rociar con agua bendita al cuerpo mientras permanezca en casa) . Terminada esta visita van a la cocina o al comedor donde se encuentran los familiares del difunto y tras saludarles y darles el pésame vuelven a sus casas.
En Durango (B) las personas más allegadas a la familia así como los parientes del difunto acuden a lo largo del día a la casa mortuoria y rezan un rosario ante el cadáver. En ocasiones este rosario es dirigido por una religiosa (Sierva de Jesús) que está permanentemente en la habitación mortuoria. Ha sido costumbre que los visitantes antes o después del rezo asperjen con agua bendita el cadáver. Antes de abandonar la casa están un rato con la familia del difunto.
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