Diferencia entre revisiones de «Viviendas de pescadores»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Revisión actual del 08:54 19 dic 2018

En las villas pesqueras como Bermeo, Ondarroa (B) o Mutriku (G), las antiguas casas de pescadores están levantadas en laderas muy pendientes. Estas edificaciones tienen cinco o seis plantas hacia el puerto y solamente una o dos con su pequeña puerta hacia su trasera. En otros casos como en el barrio pesquero de Hondarribia (G), las casas no llegan a estar adosadas sino que cuentan con algún espacio de separación, de tal modo que el caballete de la cubierta cae perpendicular a la fachada como en la generalidad de los caseríos. Los balcones, puertas y ventanales de estas casas están pintadas de vivos colores al igual que sus embarcaciones.

En el capítulo dedicado a los modelos comarcales de casas se describen varios tipos de casas de pescadores.

En Hondarribia (G) antiguamente cada una de las casas de pescadores solía ser de una familia. Se trataba de casas estrechas y de tres pisos. En el bajo solían tener algunos animales y los pescadores guardaban en algún txoko los aperos pequeños del oficio: botas, cestos, etc. En el primer piso, al que se accedía por una escalera interior, había una pequeña cocina. Esta planta también contaba con una pequeña habitación que hacía de comedor y una alcoba o estancia sin ventanas, que se separaba del comedor por unas cortinas. Se trataba de un dormitorio con sitio justo para la cama, un armario y una mesilla. Desde el pasillo de este piso se accedía al segundo, donde había tres habitaciones pequeñas.

Cada unidad familiar estaba compuesta, normalmente, de entre ocho a diez personas por lo que vivían bastante hacinados. Las camas, por ejemplo, eran para dos, tres y hasta cuatro individuos por lo que a veces dormían de forma que donde uno ponía los pies otro situaba la cabeza.

Se da la circunstancia de que cuando alguna de estas casas se ha reconvertido instalando una tienda en el bajo y dos pisos para dos familias, en algunas ocasiones para subir al segundo piso hay que entrar en la casa del primero.

En el primer piso había un pequeño retrete que antiguamente consistía sólo en una tabla de madera y una tapa, situado sobre el lugar donde se almacenaban los excrementos de los animales de la cuadra. Era la única habitación sin luz de la casa. En los edificios antiguos el primer servicio se colocó en el exterior, en una caseta muchas veces pegante al edificio, por lo que en algunos casos había que vestirse para ir al mismo. Se trataba simplemente de un habitáculo con una tabla con agujero y una tapa. En los casos en que estas casas se transformaban en dos viviendas, ambas familias compartían este recinto o komuna. Carecía de agua corriente por lo que recurrían a un balde con agua y un cazo.