Cambios

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Será la primera dentición, ''lehenengo txantxurrak, ''la que marcará la transición hacia una nueva etapa. Cambiarán los hábitos alimentarios del niño y comenzarán sus iniciaciones en el andar, en el hablar. Sus primeros pasos autónomos así como la articulación de sus primeras palabras serán motivo de fiesta y de alegría en casa; todas las iniciaciones y progresos del niño obligan a jugar a sus cuidadores y esta etapa continuará en tanto le duren los dientes de leche.
[[File:6.1_Ceremonie_des _relevailles_Toile_de_Enrique_Melida_1872_Musee_Bonnat_Bayonne.jpg|center|600px|''Cérémonie des relevailles.'' Toile de Enrique Mélida, 1872. Fuente: Musée Bonnat. Bayonne.|class=nofilter]]
La caída de éstos tendrá lugar a los seis o siete años y marca el inicio de una nueva categoría de edad que se conoció como la del "uso de razón"; la actividad propia de esta etapa será el juego socializado. Era a partir de esa edad cuando se imponía de modo natural la separación de sexos en la mayoría de los juegos. La actividad lúdica se complementa con una actividad escolar que en el transcurso de los años vino a ser gradualmente más intensa.
Los efectos jurídicos de la nueva sociedad conyugal se expresan en el acta que firman los contrayentes juntamente con el sacerdote y los testigos. Actualmente este documento se firma sobre la mesa del altar, antaño en la sacristía.
[[File:6.2_Un_mariage_au_village_representation_folklorisante_du_mariage_paysan_breton_Lithographie_de_Gangel_a_Metz_XIXe_siecle_Musee_des_arts_et_traditions_populaires_Paris.jpg|center|600px|''Un mariage au village'' (réprésentation folklorisante du mariage paysan breton). Lithographie de Gangel à Metz, XIX<sup>e</sup> siècle. Musée des arts et traditions populaires. Paris. Fuente: Segalen, Martine. ''Amours et mariages de l'ancienne France''. París, Berger-Levrault, 1981.|class=nofilter]]
La salida del templo de los nuevos esposos es objeto de gran expectación y es recibida con aclamaciones, felicitaciones y, en casos, con bailes de honor y disparo de cohetes. En los últimos años se ha introducido la molesta costumbre de lanzar puñados de arroz sobre ellos.
Cuando los desplazamientos se hacían a pie la comitiva se encaminaba desde la iglesia a la casa o al establecimiento donde se iba a celebrar el banquete de bodas. A veces se incorporaba a este cortejo el carro de boda, ''eztai-gurdia, ''con el arreo y el ajuar. Más frecuentemente, sin embargo, este transporte del arreo se hacía algunas fechas antes o después del casamiento.
[[File:6.4_Boda_en_Begoña_Oleo_de_Francisco_de_Mendieta_1607_Diputacion_Foral_de_Bizkaia.jpg|center|600px|''Boda en Begoña''. Oleo de Francisco de Mendieta, 1607. Fuente: Diputación Foral de Bizkaia.|class=nofilter]]
La exposición del contenido del arreo era antaño un acto ceremonioso; una mujer, y a veces la misma costurera que había intervenido en su confección, era la encargada de hacer en voz alta, con asentimiento y comentarios irónicos de los presentes, el recuento pormenorizado de las prendas y de los objetos aportados. Este ceremonial junto con el banquete de boda o tornaboda formaba parte de los ritos de entrada en el nuevo hogar, ''etxe-sartzea.''
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