127 728
ediciones
Cambios
sin resumen de edición
También parece ser común el tañerlas golpeando sólo con el badajo y no volteándolas. Si se hiciese esto último se obtendría un sonido demasiado vivo; utilizando sólo el badajo se consigue en cambio un ritmo pausado y grave apropiado para la solemnidad del momento.
Como ya se ha indicado en un párrafo anterior han servido igualmente para comunicar a la población el sexo del fallecido. Para ello se diferenciaba el número de toques, de repiques, de series de tañidos, etc., siendo habitualmente tres '''para '''los hombres y dos para las mujeres.
En algunas localidades, si el fallecido era religioso, también se resaltaba. En el caso de que fuese un sacerdote los tañidos solían ser como los utilizados comúnmente pero repitiéndolos cuatro veces. En Artziniega (A) se tocaban cinco veces en el caso de los obispos y seis en el del papa. En Portugalete '''(B), '''cuando moría alguna de las religiosas del convento de las Siervas, el sacristán de Santa María realizaba desde el campanario del propio convento un toque especial.
En algunas localidades se ha constatado asimismo que para los miembros de las cofradías se tañían unos sones diferentes a los comunes, que indicaban su pertenencia a las mismas.