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Herrajes
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En Berganzo (A) en la decoración exterior destaca el empleo de hierro forjado en la clavazón de las puertas, en las aldabas, falsas bisagras y bocallaves. Las aldabas llevan decoraciones y elementos ornamentales sencillos, sobre todo consistentes en manos cerradas. En Valdegovía (A) suelen tener adornos basados en clavos y algún relieve. En Apellániz (A) destacan los antiguos herrajes de las puertas: bisagras, clavos, bocallaves, aldabas, todas ellas artesanales, artísticas y bien trabajadas, pero que las modernas puertas y los anticuarios, con sus continuas compras, han contribuido a que se pierdan.
[[File:FIGURA2.png276 Herrajes de la puerta de entrada. Viana (N) 1999.JPG|frame|RTENOTITLE_FIGURAHerrajes de la puerta de entrada. Viana (N), 1999. Fuente: Juan Cruz Labeaga, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Murchante (N) la puerta de entrada estaba decorada con grandes clavos dispuestos regularmente por toda su superficie. El picaporte más que decorativo era un objeto práctico a excepción de las casas más pudientes.
En las casas de cierta importancia, como en algunas de Sangüesa (N), la parte visible de la puerta, la que da al exterior, es la más decorada. Así muestra aldaba, bocallave y sobre todo clavos que además de aportar belleza refuerzan su carpintería. Todas estas piezas decorativas son de hierro. Los ejemplares más característicos tienen las puertas pequeñas bien resaltadas mediante un marco de orejetas superiores, con un estilo muy propio del siglo XVII en adelante.
[[File:FIGURA2.png276 Herrajes de la puerta de entrada. Viana (N) 1999.JPG|frame|RTENOTITLE_FIGURAHerrajes de la puerta de entrada. Viana (N), 1999. Fuente: Juan Cruz Labeaga, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En las poblaciones urbanas ha sido relativamente frecuente que en la puerta de entrada de la casa aparezca una plaquita metálica a la altura de los ojos con el nombre de la familia. Aún más extendida ha estado la costumbre de fijar o pintar el número de la casa.