Unos pocos pueblos de Álava y Bizkaia tienen a san Fausto como particular protector de los cultivos.
En Bujanda (A) se venera según la tradición local su cuerpo incorrupto. Se dice que a su muerte fue colocado sobre una mula y tras
largo caminar llegó hasta Bujanda de Álava; por este motivo se construyó aquí en su honor un templo.
A principios del siglo XX, para impetrar la lluvia, se recitaban las siguientes preces a este santo:
San Fausto glorioso nuestro protector agua le pedimos a nuestro Señor.
(...)
Venimos con devoción a pedir agua
a san Fausto labrador
y a María Inmaculada[45].
En Antoñana (A) se dice que un año de mucha lluvia en que no maduraba la mies, llevaron a san Fausto un manojo de espigas de trigo todavía verdes y enseguida hizo buen tiempo[46].
En la ermita de San Fausto de Durango (B), actualmente convertida en parroquia, se solicitaba la intervención de este santo para obtener buenas cosechas de trigo y maíz. Esta práctica consta ya en un acta del año 1553 donde se de-
claraba la veneración que el pueblo de Tavira de Durango tenía al glorioso santo con motivo de calamidades, epidemias, aguaduchos y, sobre todo, cuando el grano de trigo y de maíz están a punto de entrar en sazón[47].