Orientación en nucleos de población concentrada
Es común la constatación en los núcleos urbanos del hecho de que el que las casas estén agrupadas les sirve de protección mutua contra los vientos, la lluvia, el exceso de sol y las inclemencias del tiempo en general. También las que son alargadas con fachadas estrechas sirven para protegerse del frío y del calor. Por lo que respecta a la orientación aunque la sur es valorada, con frecuencia son la carretera y las calles las que determinan la ubicación.
En Agurain (A) la orientación de las ubicadas dentro del recinto amurallado es variada. Las calles van en dirección norte-sur por lo que predominan las que miran en dirección este y oeste. En los caseríos, eras y barrios siempre que es posible se evita que la fachada sea de cara al norte. En las casas de intramuros predomina la alineación entre ellas. En Aprikano (Kuartango-A) están orientadas al mediodía, al este o al oeste, lo que se trata de evitar es el norte.
En Bernedo (A) están orientadas a la calle de la que forman parte. Algunas, como es el caso de los pueblos de San Román y Urturi, a pesar de lo que mande la calle, su fachada está orientada a mediodía, teniendo delante una plazuelita que da conexión a la calle. En Berganzo (A) la orientación es variada: las situadas en el barrio de Abajo están orientadas al sur; en el barrio de Arriba, la mayoría lo hace al norte.
En Moreda (A) algunas casas de ciertos barrios tienen orientación este, oeste o norte. En Lagrán (A) la orientación varía según el lugar donde estén ubicadas; gran parte de ellas están unidas entre sí y en otro tiempo sirvieron de murallas. En Valdegovía (A) las que no están situadas en la carretera principal abren su puerta principal al sur, al oeste o al este. La distribución del resto de las casas del pueblo es anárquica, pero siempre junto a un camino. En Pipaón (A) tienen distintas orientaciones, la parte principal del pueblo es una calle de este a oeste.
En Ribera Alta (A) tienen orientaciones diversas si bien los informantes señalan que la mejor es la del mediodía. Las habitaciones y la cocina se suelen orientar al sur o al este, no es normal orientar habitaciones al norte, puede que ocasionalmente la cocina y en la mayoría de los casos son los desvanes y las despensas las que tienen ventanas en esa fachada.
En Portugalete (B), en el casco medieval, el trazado de las calles es rectilíneo, con manzanas simples en las calles exteriores y dobles en la central. La orientación es norte noroeste – sur sureste o casi norte–sur. Se aduce como explicación el deseo de evitar los vientos dominantes del noroeste y del sureste hasta el afán de conectar el puerto con la parte alta de la villa. Las casas están edificadas de cara a las calles principales.
En Bermeo (B) las tres calles principales de la villa están orientadas de este a oeste por lo que las casas que dan a ellas se alinean de norte a sur. Las nuevas construcciones, que han ido creciendo en la segunda mitad del siglo XX, no tienen una orientación definida.
En Amorebieta-Etxano (B) las casas de pisos del casco urbano tienen alguna habitación orientada al sol pero la fachada da a la calle en la que esté construida, sea la que sea. En el núcleo urbano de Zeanuri (B) casi todas tienen su portal mirando al camino que pasa junto a ellas.
En Astigarraga (G) las casas del casco urbano, errigunea, y de algunos barrios están situadas a ambos lados de la carretera que va a Oiartzun, con la fachada mirando al camino cuya orientación es el eje este-nordeste. Las que han quedado al margen están orientadas en torno a la plaza que las acoge. En el otro eje, el camino hacia Donostia, las de unos barrios están orientadas a ambos lados de la carretera y otras miran al núcleo de la localidad.
En Ataun (G) las del núcleo tenían el portal mirando al sur, al este o al oeste, rara vez al norte, laiotza. Eran pocas las que tenían portal contiguo a un camino general o a la carretera. En Eugi (N), en el núcleo urbano están orientadas al sol, sin hacerse sombra unas a otras. La fachada donde se encontraba la cocina era el lugar que más horas de luz solar recibía.
En Oiartzun (G), en los núcleos de los barrios, el portal suele dar a la calle, cualquiera que sea su orientación. En Beasain (G), en la zona urbana, ocurre otro tanto. La mayoría de las fachadas principal y trasera están orientadas al norte o al sur ya que la configuración del pueblo es alargada con calles paralelas trazadas en dirección este a oeste. En Elgoibar (G) la orientación de la mayoría es norte-sur habida cuenta de que siguen el curso del río que tiene orientación oeste-este.
En Hondarribia (G) las casas de los pescadores están orientadas en función de la calle donde están construidas. La orientación de las villas, que es el nombre que recibían y reciben incluso hoy día los chalets en esta localidad, dependía de que pasara o no un camino importante junto a ellas. Las casas de pisos también se construyen en función del terreno y las vías de comunicación, salvo en las urbanizaciones uni, bi o multifamiliares que deciden los constructores.
En Allo (N) el casco urbano se extiende en dirección norte-sur, sentido en el que también están trazadas sus tres calles principales. Las viviendas cuyas fachadas se alinean en estas calles, se orientan al este y al oeste, algunas también al sur. Por lo general se evita el norte para protegerse del cierzo frío y de las borrascas. Si alguna fachada da a norte –nunca la principal– tendrá escasas ventanas y más pequeñas en esa dirección. Las calles cuyo trazado es perpendicular a las tres arterias principales, tienen la mitad sus casas orientadas al sur y la otra mitad al norte pero aquí las primeras sirven de abrigo a las segundas y todas ellas disfrutan de sol durante una parte del día.
En Aoiz (N), antiguamente, la orientación venía determinada por la salida de la casa a la calle en la que se situaba. Hoy día se busca que la entrada de la casa dé al sur. En Aurizberri (N) las puertas principales miran a la carretera y en Aria (N) las casas se encuentran agrupadas, el trazado de las calles es irregular y las orientaciones son diversas.
En Artajona (N) la casas están agrupadas en dos núcleos: el del cerco amurallado y el extra-mural, éste en la falda meridional del cerro fortificado, respondiendo a la disposición que ya tenía en la Edad Media. La población se agrupa formando calles de trazado irregular. La orientación viene así condicionada por la posición que ocupa respecto a la calle, en la que se sitúa la fachada principal y las piezas más nobles de las casas importantes.
En el Valle de Elorz (N) la orientación es diversa, hacia todos los puntos cardinales. En el caso urbano de Elorz están alineadas en las dos calles principales, otro tanto se constata en Zulueta. En Goizueta (N), en el núcleo, tienen su fachada principal mirando a la calle o plaza en que están situadas. En el monte, siempre que es posible, se orientan hacia el sur. En la villa de Izal (N) tienen orientación variada en función de su situación y acceso. Otro tanto se recogió en Ezkurra (N), donde no hay norma fija en la orientación y es frecuente que tengan una en planta baja y otra en el primer piso, pues se hallan asentadas en suelo muy pendiente.
En Lezaun (N) las casas forman un grupo urbano compacto, donde son escasas las viviendas no adosadas. Las fachadas principales dan a la calle, escasean las orientadas al norte. En Mezkiritz (N) hay dos barrios, el de arriba tiene las puertas mirando al oeste y el de abajo al oriente.
En Murchante (N) miran en todas las direcciones. No obstante, ciertas estancias de las más antiguas tienen una disposición peculiar. Así gustaba que la solana (terraza interior cubierta) estuviera orientada al sur, coincidiendo, generalmente con la parte zaguera de la casa. En los años treinta del siglo XX la solana fue cediendo paso a los corredores o galerías. El granero debía estar orientado al norte ya que, entre otros usos, servía para la curación de los productos del cerdo. Siempre se localizaba en la parte trasera de la casa.
En Obanos (N) la orientación obedece fundamentalmente a la disposición de las plazas (antiguas eras) y calles. Al abrir los vanos se tenía en cuenta el sol, buscando preferentemente el este y el mediodía. En Romanzado y Urraúl Bajo (N) los pueblos están formados por agrupamientos de casas. Para la mayoría de ellas la orientación viene determinada por otras o por las calles ya trazadas. Por lo tanto no siempre son el sol, el viento u otros factores geográficos los que determinan la orientación. En Urraúl Alto (N) muchas miran al mediodía, pero otras están orientadas a los caminos y a la carretera. En Valtierra (N) la orientación está determinada por la de otras casas, la calle y el propio terreno. En el caso de las cuevas viene dada por el acceso más fácil para personas y animales.
En Sangüesa (N) el trazado originario de la villa fue geométrico, las calles son estrechas y las fachadas de las calles paralelas están orientadas al norte y al sur, en cambio las de las calles perpendiculares al este y al oeste. A partir de los años cincuenta la ciudad se ha ampliado con nuevas edificaciones en todas las direcciones. En Viana (N) las casas se construyeron formando calles en dirección este-oeste, unidas unas a otras a causa de la escasez de terreno; por lo que las fachadas de un lado de la calle miran al norte y las del lado opuesto al sur. En el siglo XX la orientación de las construidas fuera del recinto antiguo, busca el sur.
En Ainhoa (L) las del núcleo tienen orientación este-oeste; en la zona rural, depende, dan la espalda a los vientos dominantes, se protegen sobre todo del viento del oeste, se busca que la montaña haga de pantalla de esos vientos. A veces tienen una orientación norte-sur, se expone entonces hacia el sur la mayor pendiente del tejado (que es por consiguiente asimétrica). Las bordas tienen principalmente una orientación este-sur, la fachada sobre todo está dirigida hacia el sur.
En Izurdiaga (N) tienen orientación noreste-suroeste debido a que el viento dominante es el noroeste. Las fachadas en el núcleo del pueblo están dirigidas al suroeste mientras que en la parte de la estación del ferrocarril y en la carretera que une ambas zonas están situadas mirando al noreste. Los muros que dan al noroeste son siempre lisos sin huecos, mientras que algunas casas abren pequeñas ventanas en el lado sureste.