Orientación de la casa
En tiempos pasados, en los caseríos y casas aisladas se ha buscado que, a ser posible, la entrada principal y/o los vanos más importantes estuvieran orientados al este o al sur para gozar del sol la mayor parte del día. A la vez así se procuraba que estuvieran protegidas de los vientos y lluvias dominantes que en nuestra zona soplan del noroeste y del norte. La cuadra ocupaba la parte norte de la vivienda. En euskera se ha recogido con carácter general la expresión de que la orientación preferida es eguzkira begira (mirando al sol), lo que significa indistintamente las orientaciones este y sur.
En los núcleos de población concentrada y en las nuevas edificaciones la orientación viene impuesta por la localización de la finca ya que la construcción suele tener la entrada con acceso directo a la carretera o a una calle. Aun así siempre se procuran resguardar del norte y de los vientos dominantes y son más estimadas las viviendas caldeadas aunque hoy día, con la calefacción, se ha resuelto uno de los problemas de antaño.
La orientación ha tenido también su importancia en la distribución interna pues se procura que la cocina y la despensa estén ubicadas en la parte norte para que se mantengan frescos los alimentos y que las habitaciones de estar, realizar labores domésticas o de dormir miren al este o al sur porque son más cálidas.