Casas separadas por belenas, arteak, mokarteak

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Sara (L) la distancia entre dos casas se llama etxetarte. En Ainhoa (L) las casas del núcleo o karrika no se tocan, están separadas por un callejón de algunas decenas de centímetros o sorna. Es el lugar donde evacuaban tanto el agua del fregadero como la del tejado. En Oñati (G) la separación entre casas se denomina bitartia.

En Aurizberri (N) y Burguete (N) las casas están agrupadas, pero no contiguas, y entre ellas hay un pequeño espacio que no es menor de medio metro y que recibe el nombre de ertea cuando hablan en euskera y belena o corral cuando lo hacen en castellano. En Burguete lo llaman también belena en castellano y etxertea o mokartea en euskera; en Arraioz (N) etxekaria.

Casas separadas por callejón, etxekaria. Arraioz (N), 1999. Fuente: Marisa Picabea, Grupos Etniker Euskalerria.

La villa de Izal (N) se compone de un conjunto de casas agrupadas en un terreno llano, generalmente son independientes y en casos de proximidad están separadas por belenas o morkartes. En Aintzioa y Orondritz (N), antiguamente, las casas tenían entre ellas pasos estrechos llamados ertes o belenas, que al derribar algunas casas han desaparecido.

En Eugi (N), antes de la construcción del embalse, el pueblo estaba formado en parte por un núcleo de casas propiamente dicho. Entre ellas se abren belenas (callejones o huecos) de unos cuatro o cinco metros de ancho para que “no caiga la gotera del vecino”.

En el Valle de Roncal (N) las casas están agrupadas en barrios y muchas veces separadas unas de otras por regachos, belenas o recartes, que evacuan el agua y la nieve desprendida de los tejados y evitan que se extiendan los incendios de un hogar a otro sobre todo en la época en que los tejados eran de madera.

En Lezaun (N), algunas casas, para facilitar el vertido de aguas del tejado están separadas por una estrecha calleja, denominada ermin, que justo permite el paso de una persona. Cuando este estrecho espacio es entre la casa y el terreno que se ha desmontado para facilitar la construcción, también recibe este mismo nombre de ermin. A lo largo del s. XX el suelo de estas callejas, especialmente en los contraterrenos, se ha cementado para evitar filtraciones y dar salida al agua que cae de los aleros. Los suelos así cementados se llaman paseritos. Cuando estas distancias entre casas son de un metro o superiores se denominan callejas.

Obanos (N) es un poblamiento concentrado de reducidas dimensiones. El espacio que separa una casa de la vecina, cuando no hay pared medianil, se llama belena. Si se trata de un espacio ancho y tiene salida se llama entonces calleja. Casi todas las casas disponen de un patio más o menos grande. En Romanzado y Urraúl Bajo (N), antiguamente, se solía dejar entre cada dos casas contiguas una pequeña separación, llamada belena.

El pueblo de Andagoia (A), a mediados de los años treinta del s. XX, estaba formado por catorce casas, que estaban algo separadas unas de otras. El espacio que separa a dos casas vecinas recibe el nombre de calleja.

En Elgoibar (G) entre determinadas casas todavía se puede observar la barbacana o cárcava de un metro y medio de ancho existente entre ellas, por cuya parte central discurría un pequeño canal donde se vertían orines y desperdicios. También en Durango y en Zeanuri (B) para la separación entre casas se ha consignado la denominación de cárcava.