Verjas de protección
Las ventanas más bajas de las casas son las más expuestas y a pesar de disponer de sistemas de cierre, presentan el problema de la fragilidad de los cristales, por lo que en algunas ha sido costumbre instalar verjas de hierro que impidan el acceso al interior de la casa a través de las mismas. Así se ha constatado en Améscoa (N), donde las llevaban todas las casas de la calle y todos los palacios, además de en Obanos, Artajona, San Martín de Unx y Murchante (N). En Andraka y Gorozika (B) las rejas reciben la denominación de balustrek.
Estos barrotes han sido normalmente de hierro y de diferentes facturas. Así en Améscoa (N) se han registrado tres tipos, que pueden considerarse ampliamente extendidos en el territorio estudiado: unos elegantes y torneados, pero de tipo estándar hechos en molde de fundición; abundaban unas simples varillas de hierro, redondas o en forma de prisma cuadrangular, sujetas con una chapa, también de hierro, que las cruzaba perpendicularmente; y había otro tipo manufacturado por un herrero del pueblo y muy sencillo: Eran dos barras de hierro unidas en forma de cruz, adheridas en la fragua, y con los brazos estriados.
En Andraka (B) con anterioridad a las rejas de hierro se utilizaron de madera.