La casa de la villa de Gernika-Lumo

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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La villa propiamente dicha comprendía un perímetro reducido respecto de la extensión que hoy día tiene la localidad tras la unión con la anteiglesia de Lumo que tuvo lugar el 8 de enero de 1882.

Antiguamente contaba con pocas calles que llevaban nombres que se repetían en otras villas, que denotaban la situación y distribución del núcleo poblacional. Así: Goienkale (la de arriba), Artekale o Erdikokale (la del medio) y Barrenkale (la de abajo), además de Azokekale (la del mercado) y la transversal Santa María. Las calles San Juan y Adolfo Urioste cierran el recinto en los extremos. La iglesia de Santa María en lo alto y la de San Juan abajo, con el edificio del Consistorio dentro de los límites, conformaban el conjunto.

La conocida Casa de Juntas donde se reunían los apoderados de las anteiglesias y siguen haciéndolo los diputados representantes de los vizcaínos, se halla enclavada en la colina conocida como Gernikazarra, en territorio de Lumo. La villa es cabecera de la ría de Gernika-Mundaka donde desemboca el río Oka. En tiempos pasados fue navegable para el transporte de mineral de las ferrerías de la comarca, habida cuenta de que al otro lado de la ría se encontraba la Rentería de Ajangiz. La calle del Puerto de la villa es el testigo mudo de la antigua actividad.

Un hecho trascendental en la historia de la localidad fue el bombardeo que tuvo lugar el 26 de abril de 1937 que afectó enormemente a la villa, que sufrió la destrucción y el incendio de gran cantidad de casas del núcleo, además, evidentemente, de las víctimas que no son objeto de este trabajo.

La reconstrucción de Gernika tras el bombardeo respetó prácticamente la trama urbana existente con anterioridad a la fatídica fecha. Se modificaron las direcciones de las calles Iparragirre y el tramo norte de la calle Don Tello para conformar una suerte de circunvalación que corriera paralela a la vía del ferrocarril. La preeminencia la siguió teniendo Artekalea, que bordea el ayuntamiento, y ha sido la vía principal de unión de Gernika con Bilbao y con Bermeo en ambas direcciones.

Tras el bombardeo se varió en parte el parcelario de la localidad con la finalidad de constituir fincas que albergaran lo que se puede considerar la casa típica del núcleo urbano guerniqués de iniciativa privada. Por tanto, no se contempla aquí la descripción de los numerosos caseríos diseminados en el territorio de Lumo e incluso los casas denominadas erriauzoak que pertenecían a la villa.

Casas de la calle Picasso. Gernika, 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.

Señalar que hasta el bombardeo muchas casas contaban en la parte zaguera con una pequeña huerta, y algunas todavía la conservan, destinada a obtener determinados productos hortícolas para consumo propio y donde picoteaban unas cuantas gallinas ponederas.

De dos parcelas antiguas se conformó generalmente una porque de lo contrario las casas resultaban estrechas. Las nuevas fincas ocupan una superficie en forma de rectángulo de 14 a 15 metros de fachada por 18 a 20 metros de fondo. La orientación viene determinada por la situación de la calle.

Para la estructura se utilizan muros de carga con armazón de hormigón y entramados de madera. En reformas llevadas a cabo en tiempos muy posteriores a abril de 1937, se ha podido observar que para levantar los cimientos, las estructuras y los muros de mampostería se reutilizaron materiales del desescombro del bombardeo. Hay constancia de casos en que en un mismo inmueble coinciden varias soluciones estructurales alternándose muros medianiles de mampostería con estructuras de hormigón en los cimientos y hasta la primera planta, completando la edificación con estructura de madera.

Los tabiques de distribución de las viviendas son de ladrillo enlucido de yeso, que luego se pintan o se empapelan. La entablación del suelo es de madera de pino o de eucalipto. El tejado es a dos aguas, antiguamente de teja curva conocida como teja árabe, hoy día de teja plana.

Las casas disponen de dos viviendas por planta, con cuatro alturas ordinariamente, siendo la última retranqueada, de lo contrario alcanzan sólo tres alturas. La zona bajo cubierta era aprovechada para camarotes. Además cuentan con planta baja donde se encuentran dos locales comerciales y el portal en el medio.

La vivienda tipo de ordinario tenía la siguiente distribución: un vestíbulo de entrada por donde se accede al salón que da a la fachada principal. Un pasillo en forma de “C”, que discurre paralelo al medianil, que sirve para acceder a la cocina, al cuarto de baño así como a una habitación que da a la fachada principal y a otras dos que miran a la fachada posterior en un patio de manzana. La vivienda dispone además de una o dos habitaciones interiores, que al igual que la cocina y el cuarto de baño, ventilan por un patio de luces por el que también lo hacen las escaleras del edificio.

Las viviendas son grandes, con una superficie de unos 120 m2. En los años ochenta se dictó una disposición con carácter general para todo el Estado, según la cual se establecía que las viviendas de protección oficial debían tener una superficie estándar de 90 m2. Esta es la medida que con carácter general se impuso en adelante para toda clase de viviendas.

A partir de entonces, en la villa, las casas nuevas que se construyen cuentan con 12 m de fondo, se ha reducido el tamaño de la cocina y se ha introducido un segundo cuarto de baño. De los años setenta en adelante, con carácter general las casas comenzaron a contar con ascensores, plazas de garaje y trasteros.