Apéndice: Transiciones seculares de la casa en Vasconia continental

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Hay dos aspectos a tener en cuenta:

1. Las casas tenían una estructura de madera: la carpintería proporcionaba elementos allá donde lo hacía la albañilería de los edificios de los siglos XVII-XVIII. Los postes que soportan el tejado podían bien reposar directamente sobre el suelo con la intermediación de un pedestal de piedra, bien lo hacían en las paredes de albañilería que definen la planta baja. Dicho de otra forma, ocurre como si en este país existieran construcciones conocidas en otras partes bajo la categoría de “maderas largas” y “maderas cortas” respectivamente.
2. El plano de estas edificaciones era el de las casas de los siglos XVII-XVIII. En particular había las dos variantes clásicas: una que tiene ezkaratze, zaguán, central y otra, más escasa, con ezkaratze lateral. Mas todavía, algunas no tenían establo añadido como se ve clásicamente en las fachadas oeste de la mayor parte de las casas actuales (y sugiriendo por tanto construcciones anteriores a la estabulación). En fin, no son obligatoriamente tripartitas.

Por consiguiente, se puede elaborar la siguiente hipótesis: nos encontramos en presencia de casas anteriores a las que nos sirven de referencia, se distinguen por el empleo generalizado de la madera. O lo que es lo mismo, las casas vascas de mampostería son edificios construidos por albañiles, arginak, que suceden a las de madera construidas por carpinteros, maisturuak.

Varias consideraciones confirman esta apreciación:

1. Un gran número de casas de estructura de madera localizadas en nuestras investigaciones, aparecen citadas en las listas de la Edad Media publicadas por Jean-Baptiste Orpustan.
2. En Vasconia continental, en el siglo XVI, se produce la eclosión de un arte doméstico pujante como testimonian las estelas discoidales. Sucede como si el mundo de los arginak o albañiles confirmara en ese momento una supremacía que no la perderá hasta nuestros días.
3. Muchas casas con estructura de madera (comprendidas algunas del siglo XIV) están actualmente cubiertas de un revestimiento de albañilería, incluido un falso entramado pegado a la fachada este. En las casas del siglo XVII (edificios datados por un dintel de puerta o de ventana, en particular en los territorios de Lapurdi y Baja Navarra, e incluso en Zuberoa), al realizarse trabajos de restauración se han encontrado restos de postes de madera que estaban enterrados en las paredes de los ezkaratze. Algunas casas fueron agrandadas incorporando restos de los más antiguos edificios en madera en la nueva estructura cuyo estilo había renacido, sugiriendo así una vejez del edificio anterior.
4. Diferencias de estilo y concepción en los ensamblajes laterales y en los contornos de las colas de milano (típicas de estos edificios que estimamos antiguos) muestran la evidencia de que este arte de construir en madera tiene una larga historia en este país. Todavía en nuestros días los antiguos carpinteros eran verdaderos constructores, tenían el dominio del trazado; los dibujos podían ser realizados por ellos y los albañiles les consultaban.
Esto ha permitido, mediante la confección de un cuestionario técnico, estudiar el vocabulario y el mundo conceptual vascos de nuestros maisturuak o carpinteros. Al día de hoy hemos llevado a cabo una abundante cosecha inédita en este campo y la mayor sorpresa ha sido comprobar cómo el cuerpo humano está como proyectado en el armazón, que está impregnado de antropomorfismos.
5. Prolongando la concepción de M. Toulgoat, hemos insertado de forma natural este hábitat de madera en el mundo aquitano histórico, “el espacio vascón”. Una larga búsqueda bibliográfica así como desplazamientos ocasionados por ella, nos han aportado la prueba de que el hábitat que tenemos a la vista se encuentra en el piedemonte pirenaico, también en Lomagne, en el Gers, l’Agenais y por supuesto en todo el territorio de las Landas.