La casa pirenaica (Valle de Roncal)

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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La casa que se describe es del tipo eminentemente pirenaico que predomina en el norte del Valle de Roncal (Uztárroz, Isaba, Urzainki). Las casas están agrupadas en barrios. El portal, de piedra normalmente, está orientado preferentemente al sur.

La cubierta es a dos o cuatro vertientes, siendo común esta última. Carece de aleros y la tipología se halla emparentada con la del vecino Valle de Ansó. En tiempos pasados los tejados eran de tablilla, ol o egargei, de haya que después, para evitar los incendios, se reemplazó por tejas plana o cóncava, según se trate de los pueblos septentrionales o meridionales del Valle. En el dialecto roncalés teja es teila y la que cubre el caballete se denomina teilamaizter. La inclinación hacia el hastial es de unos 50º. Las edificaciones menores se cubrían con lajas de piedra o con tejados de zaflas de hierba y tierra.

En la construcción se ha empleado piedra de río, estando más o menos trabajada en función del poder adquisitivo de la casa. Los muros maestros, borma o mugaila, son gruesos, buscando la defensa del frío invernal. Se usaban morteros de arena de río, y cal. La madera utilizada ha sido la de roble o haya. Los tabiques se componían de tablas de madera rellenas de tosca entre sus huecos; después han solido ser de adobe y tosca de caolín.

El portal de la casa, ezkaratze, bede o beri, es de piedra, bortarri, de arco de medio punto. Muestra abierta una gran puerta, borta, muy ancha, que permitía el paso de los machos a la cuadra (soto para los machos y el ganado vacuno, y gorte para el resto de animales). Es de madera de roble, partida horizontalmente en dos.

En cuanto a los vanos, se abren estrechas ventanas en las habitaciones y lumbreras, pinpaiak, en el desván. Algunas casas cuentan con un balcón, baranda o zoladura, alargado y saledizo de madera en la pared trasera que tenía su propia cubierta y servía como secadero de alimentos.

La distribución interna es la siguiente: La planta baja dispone de un gran pórtico interior por el que se accede a los diversos departamentos ubicados en la misma: leñera, egurtegi, cuadra, bodega-despensa-almacén, gonibe, y depósito para la sal, gaztegi. También se encuentra aquí la escalera principal, que en otro tiempo era de piedra y después de madera cortada a hacha.

Casa de Isaba, 2010. Fuente: Pablo Orduna, Grupos Etniker Euskalerria.

En la primera planta se halla la gran cocina, sukalte, y la recocinilla donde se ubican el fregadero, arraska o xaguadera, y el vasar. También podía estar en un cuarto especial el horno del pan incrustado en la pared, visible en el exterior de la casa. En este piso se encuentran varios cuartos e incluso algún dormitorio. De aquí arranca la escalera a la segunda planta, donde se sitúan el resto de los dormitorios, etzangu, y en determinadas casas fuertes, las salitas de estar para reuniones numerosas o familiares. Hasta las primeras décadas del siglo veinte se careció de cuarto de baño y en su lugar se usaba la cuadra.

Sobre el segundo piso se extiende el desván, sabai o sapai, dividido en camarote, ganbara, y pajar. Presenta una altura llamativa ya que el tejado se dispone en dos o cuatro frentes empinados para evitar el estancamiento de la nieve sobre la casa durante el invierno. Ahí se pueden observar las duras y resistentes vigas que componen el armazón de la casa, todas ellas de madera de roble o haya.

Las fachadas antiguamente no se encalaban, aunque sí se pintaban de blanco las piedras de los marcos de los vanos, como aún se observa en alguna. Muchas casas muestran en la fachada el escudo de las armas del Valle y desde el siglo XX quien no tenía dinero para ello, lo encargaba pintar. Además si la casa tiene escudo propio, se agrega éste.

La casa cuenta con construcciones complementarias en su contorno, etxeondo. Así se encuentran con frecuencia los etxebazter o propiedades de la misma (los que estaban separados se llamaban bazterretxe): el gallinero, oilotegi, el rancho o corral, soto o beratxarko, y si la casa era muy importante una vivienda para pastores, segadores y peones.

Según los informantes, el cambio más importante experimentado en las casas vino con la llegada del agua corriente y la implantación de nuevas fregaderas, bañeras y cuartos de baño. También con el establecimiento de cocinas modernas y nuevos sistemas de calefacción, aunque muchos vecinos siguen conservando las cocinas económicas de leña.

En el mediodía del Valle, es decir, en Burgui, el modelo de edificación presenta una tipología más propia de la comarca prepirenaica de Navarra. Las casas, aunque mantienen características comunes con las otras del Valle, en esta zona son más bajas y de planta mucho más alargada, predominando la cubierta a dos aguas. Los vanos de balcones y ventanas son más anchos y los muros menos gruesos debido a que las condiciones climáticas no son tan duras.

En los pueblos de Garde y Vidángoz se aprecia la transición entre este tipo de casa y la más norteña descrita. Esta misma circunstancia se da en el vecino valle de Salazar donde la frontera entre un modelo y otro queda trazada a la altura de Esparza de Salazar, siendo éste el núcleo de transición más claro.

Se puede afirmar que los edificios de los pueblos más septentrionales de Roncal están estrechamente emparentados con la tipología suletina; en tanto que el modelo de Burgui con el tipo de construcciones de pueblos como Castillo-Nuevo o los del Almiradío de Navascués.