Estructuras con tijeras
El recurso a las tijeras para la construcción de los tejados permite apoyar el peso del tejado sobre los muros de carga y a la vez conseguir una superficie de planta amplia sin necesidad de utilizar postes. Su uso no ha sido frecuente.
En Bernedo (A) el tejado se construía de dos formas: con tijeras o con caballos. Con ambos sistemas se obtenían estructuras a dos, tres y cuatro aguas. Cuando se recurría a las tijeras no eran necesarios los postes, este es el caso de las iglesias. En este tipo el tirante es de doble longitud a la de las sopandas con las que forma la tijera, y el pendulón queda flotando sin apoyarse en el tirante. Para cubrir el tejado, sobre las sopandas se colocan los cabrios a una distancia entre ellos de 30 a 35 cm. Este espacio se cierra con chila, tabla tosca generalmente de roble y clavada a los cabrios. Encima de la chila va la teja árabe.
En Portugalete (B) la estructura más usual de los tejados es a base de tijeras de madera de pino, utilizándose también el roble en algunas casas. Antes de levantar las tijeras se rastrelaban los muros de carga del edificio para nivelarlos debidamente. Posteriormente se echaban unos cabrios de madera y sobre éstos se montaban las armaduras de tijera. Una vez colocadas éstas y las correspondientes correas de arriostramiento, se utilizaban dos técnicas diferentes para la instalación de la cubierta: una consistía en disponer hiladas de listones de madera a la medida de las tejas para su posterior colocación, la otra en el entablado de toda la cubierta con madera de espesor delgado, apoyando después la teja sobre ella y asentándola con cal hidraúlica en el caso de las tejas planas.