Casas de vecinos en población concentrada

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Con carácter general, en los núcleos de población concentrada desde hace algún tiempo las casas se denominan por el nombre de la calle en que están situadas y dentro de ella por el número o letra y la mano correspondiente (por ej., calle San Francisco 23, 3º dcha.). Por exigencias municipales, estadísticas, fiscales, postales, etc., hoy día este criterio de designarlas mediante un número de una calle o barrio se está imponiendo también en el ámbito rural. No obstante realizamos algunas matizaciones a esta afirmación general tal y como ha quedado reflejado en nuestras encuestas.

Le bourg. Ainhoa (L), 1996. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.

Las casas agrupadas de Zeanuri (B) pueden recibir el nombre de quien la habita (Elenena), topográfico (Zubiate) o del destino que tuvo (Olazar). En Abadiño (B) las del casco urbano toman el nombre de quienes las habitan o las han habitado: Benediñona, Patxi Torrena, Naparrena; o la profesión de sus moradores: Abarketeruena (la del alpargatero), Medikuarena (la del médico). En San Martín de Unx (N) señalan que prevalecen los nombres de las casas sobre los de las calles que son más bien para los forasteros. En Allo (N) ha arraigado el nombre de la casa sobre el de la calle en la que está ubicada. Incluso en las casas de pisos y bloques se suele añadir alguna referencia que los identifique (los pisos del Cruce, los pisos de La piscina).

En los núcleos de población del Valle de Carranza (B) los bloques de viviendas se conocen, generalmente, por los nombres de los constructores o promotores. Así, los pisos de Sebio, la urbanización El Balandrán, si bien a veces también se recurre al topónimo: las casas de La fábrica o los pisos de La residencia.

En Bermeo (B), en el casco urbano, cada calle tiene su nombre y cada portalada o edificio su número y la referencia a la vivienda de una persona se hace por esos datos. En Portugalete (B), por tratarse de una villa de población concentrada, salvo excepciones, las casas no tienen denominaciones específicas. En ocasiones, el nombre viene dado por la forma del edificio o determinada característica del mismo; otras veces son los propietarios quienes les dan nombre o bien se designan por el mote de alguno de sus moradores. Hay algunas que en sus primeros años se identifican por el nombre del constructor, por ej. las Casas de Barquín.

En Beasain (G) antiguamente las del poblamiento urbano eran conocidas por su nombre, hoy muy pocas la conservan (Mendiaenea). En Hondarribia (G) las villas o chalets tienen nombre. Las viviendas de pisos antiguamente se designaban también por el nombre, pero hoy día se reconocen por la calle. Las casas del casco antiguo suelen conservar el nombre del constructor o el de algún personaje que la habitó. El conjunto de ciertas urbanizaciones suele llevar en ocasiones la denominación de un ave, una especie arbórea, un monte o un río.