Laurel bendecido, ereinotz bedeinkatua

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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A ciertos árboles y arbustos se les han atribuido virtudes protectoras de la casa. Para que contengan esta virtud, en algunos casos, es necesario que tales elementos sean recogidos y colocados en la casa en la mañana misma de San Juan, día del solsticio veraniego. En otros casos su virtud benéfica proviene de la bendición que reciben en la iglesia el Domingo de Ramos; así ocurre con la rama del laurel y con las cruces confeccionadas con ramas de avellano bendecidas el día de la Invención de la Santa Cruz (3 de mayo). En ambos casos estos símbolos una vez bendecidos tienen esta virtud protectora contra el rayo y las enfermedades.

Es frecuente encontrar un árbol de laurel, ereiñotza, plantado junto a la casa; al parecer con sus hojas perennes la protege durante todo el año. Barandiaran nos recuerda los distintos elementos protectores del etxe o casa, como el fuego, etc., y entre ellos señala que la casa está protegida “por el laurel de su huerta o por el que se conserva en casa; por diversas ramas de espino albar, de fresno y de las flores solsticiales”[1]. Aparte de la protección natural se cree que sus ramas bendecidas el Domingo de Ramos tienen la virtualidad de proteger la casa contra el rayo.

En Larrabetzu (B), según recogió Azkue a comienzos del siglo XX, cuando tronaba fuertemente se metía al fuego por debajo una hoja de laurel[2].

En Oiartzun (G), por los mismos años, el día de Ramos colocaban en la puerta y en las ventanas de las casas tres cruces superpuestas: una estaba hecha con dos hojas de laurel bendito; la segunda con dos ramitas de romero bendecido también el día de Ramos y la tercera con cera que provenía de la vela bendecida el día de la Candelaria. Se creía que en la casa que tuviese estas cruces no caía el rayo[3].

En Ataun (G) por Santa Cruz de Mayo (día 3) colocaban en las ventanas cruces hechas con ramas de laurel bendecido el día de Ramos en la iglesia; a estas cruces, que también se colocaban en las piezas de cultivo, se les echaban gotas de cera bendecida.

En Larrabetzu (B) el día de Ramos se bendecían en la iglesia ramos de laurel; se hacían con ellos unas crucecitas que se colocaban en las puertas y ventanas de la casa así como en las heredades. Esta práctica estaba destinada contra las tempestades[4].

En Bermeo (B) el Domingo de Ramos se bendicen en la iglesia ramas de laurel en las que se ha practicado una incisión por la que introducen una astilla de modo que se forma una cruz. Una vez bendecida esta rama se coloca en el balcón de la casa donde permanece durante todo el año. También se coloca esta rama de laurel en lonjas y tiendas así como en las embarcaciones de pesca. En los caseríos se hincaba esta rama en las huertas. Se decía que tanto esta rama de laurel como la vela bendecida el día de la Candelaria protegían la casa.

En Andraka (B) cada casa llevaba a la iglesia el Domingo de Ramos una brazada de ramas de laurel, ereiñotza, que, atravesadas por otra ramita, habían adquirido la forma de una cruz. Una vez bendecidas las colocaban en la puerta de la casa, en los dormitorios sobre la cabecera de la cama, en la puerta de la cuadra, albate, y en las heredades. Esto mismo se hacía en Gorozika (B) y en Elosua (G) con palos de sauce, sagatza, que se adornaban con ramas de laurel y de romero. Se consideraba una medida de protección contra tempestades y plagas.

En Gautegiz-Arteaga y en Nabarniz (B), en los campos se colocaban cruces de laurel el Domingo de Ramos. En Ajuria (B) también se ponían cruces en los terrenos de labranza, hechas con unos arbustos que florecen hacia la época del día de Ramos y se llaman, precisamente, kurtzekijjek. El rito consistía en llevar a las heredades las cruces bendecidas en la iglesia para colocarlas en un punto donde no estorbaran, egal baten, se les echaba agua bendecida el Sábado Santo que se solía tener en casa a la vez que se santiguaban. En cada terreno de labranza se ponía una, pero si era muy grande se podían colocar dos.

En Gorozika (B), el día de Ramos, se hacía esta bendición según el testimonio recogido a la informante María Legarra:

Bizperan, sagatza mendittik ekarri, zurittu, kurtziek eiñ, eperdijek zorroztu, lurrien sartzeko; kargatxue eiñ eta sagatzan azalaz batu. Erramu goizian, erremolleta eder bat eiñ ereñotza ta erramuegaz. Zeiñek baño zeñek karga polittena eitten. Eleizara, amarretako mezara mutikoak eroan, ostantzien aittek edo amak. Eleizan, egaletan, altaran, edozein lekuten, eurre partien izten zien. Abadiek bedeinkatu ondoren, kargak etxera eta an gorde. Bakotxak berie ezetzen alak. San Gregorio Letañek: Okara, San Gregorijora, Kanposanture iru bider, eta Bizkergire. Andik gatz bedeinkatue ekarten zan etxera. Pasko egunien Eleizan bedeinkatuten zan ure, etxera ekarten zan, urte guztireko. Maie tzien kurtzek ipintzen zien, atien, kamaran, kortan, sabaijen, txarrikortan eta soloetan. Solo bakotzien bat edo iru. Etxien egozan ur bedeinkatu ta gatzaz, kurtzek bedeinkatuten zien, kredo bat erreseuaz. Kurtzek ustelduarte soloetan.

(La víspera [del día de Ramos], se traían a casa ramas de sauce, se pelaban y se hacían cruces, se les afilaban las puntas para poder clavarlas en tierra, se hacían haces. El día de Ramos por la mañana, se hacía un haz o ramillete con ramas de laurel y romero, afanándose todos en hacer el mejor ramillete. Los chicos o el padre o la madre los llevaban a la misa de las diez. Se bendecían en la iglesia, colocándolos en el altar mayor o en los laterales. Era difícil conocer el ramillete de cada uno. Se traían a casa. La costumbre se ha perdido de cinco años para acá.

Las Letanías de San Gregorio: se hacían a Oka, a San Gregorio, al cementerio tres veces, y a Bizkargi. De estos sitios se traía a casa sal bendita. El día de pascua se traía de la iglesia a casa el agua bendita. Esta servía para todo el año. En mayo se ponían las cruces en la puerta, en el desván, cuadra, pajar, cochiquera y en las huertas. En éstas se colocaban una o tres. Estas cruces se bendecían con agua bendita y la sal de casa, mientras se rezaba un credo. Las cruces permanecían en las huertas hasta que se pudrían).

En Arrasate (G) se acostumbra colocar contra el rayo una cruz de espino blanco, arantza zuri, acompañada de hojas de laurel. Esta cruz se bendecía el día de Ramos y se colocaba cercana a la puerta de entrada del caserío o en alguna de sus ventanas. También en Oñati (G) se ponía una cruz hecha con laurel bendecido ese día; se utilizaban también ramas de sauce, saatsa.

En Bidegoian (G) ponían una cruz hecha con el tallo del ramo de laurel bendecido el día de Ramos en las puertas de las casas para protegerlas del rayo.

En Bernedo (A) el ramo del Domingo de Ramos se colocaba en la puerta o en la ventana de la casa con el fin de protegerla de los rayos.

En Améscoa (Escala) (N) se colocaba la rama de laurel en la herradura que solía haber incrustada en la pared de todas las casas o en las jambas de las puertas o en el dintel si éste era de madera.

Esta costumbre de colocar ramos de laurel bendecidos el Domingo de Ramos en puertas y ventanas de la casa se ha constatado en otras muchas localidades encuestadas: Abezia, Apodaca, Berganzo, Lagrán, Ribera Alta, Valdegovía, Valle de Zuia (A); Abadiño, Ajuria, Durango, Bedarona, Gautegiz-Arteaga, Nabarniz, Orozko (B); Astigarraga, Berastegi, Elosua, Hondarribia (G); Aintzioa y Orondritz, Aoiz, Izal, Lekunberri, Luzaide/Valcarlos, Mezkiritz, y Urzainki (N). En Goizueta (N) colocaban el ramo de laurel en el balcón de la casa y en la chimenea del fuego bajo.

En Arraioz (N) con la rama más larga del laurel limpia de sus hojas se hacía una cruz; a ésta se le ataban las otras ramas y se colocaba en la puerta. Los otros ramos de laurel bendito se guardaban, generalmente en el sabayao para ir quemándolos cuando había tormenta.

En Arrasate (G) en la puerta de la casa, se colocaba una cruz hecha con rama de espino albar y ramitas de laurel; también protege contra el rayo el humo que desprende el laurel quemado.

En Artajona (N) ha sido muy común colocar en la ventana o balcón un ramo de olivo bendecido el Domingo de Ramos, o más bien dos ramos haciendo cruz, uno del día de Ramos y otro bendecido el día de San Pedro mártir. Con los ramos de olivo solían alternar pequeñas cruces de madera, sujetas al exterior de la pared con una herradura.

También se bendecían ramas de olivo que luego se colocaban en puertas y ventanas en Allo, Arraioz, Obanos, San Martín de Unx, Sangüesa, Tiebas y Valle de Elorz (N).

En Zerain (G) el día de la Cruz de Mayo se hacían con laurel pequeñas cruces, a las que se añadían unas gotas de cera derretida de vela bendita y se colocaban en las puertas, ventanas de la cocina y algún dormitorio como protección contra el pedrisco o el rayo. En los años setenta esta costumbre iba desapareciendo.

En Beasain (G), antaño, en todos los caseríos se observaban pequeñas cruces de madera en el dintel de la puerta, en la misma puerta y en los marcos de las ventanas. Estas cruces eran para proteger la casa de cualquier tipo de desgracias, fuego, rayo, etc. Las confeccionaban con ramitas de laurel bendecido el Domingo de Ramos y las colocaban el día de Santa Cruz (3 de mayo). Al montar la cruz, se le echaban en el centro unas gotas de cera y agua bendita, para bendecirla. Esta costumbre se mantuvo hasta finales de los años setenta.

En Apodaca (A) se guardaban en casa todo el año como medio de protección las flores y cuchillos (hojas de lirios) que se ponían en la calle el día del Corpus Christi.

En Haltsu (L), según recogió Azkue a comienzos del siglo XX, en los días de trueno las personas que estaban en casa se solían poner en el vestido hojas de laurel con un alfiler en forma de cruz[5].

En las villas y núcleos de población de cierta entidad, el Domingo de Ramos se bendecían también palmas grandes y pequeñas, algunas de estas últimas con labores de trenzado variadas, y una vez bendecidas en la iglesia se colocaban en ventanas y balcones. El llevar palmas indicaba un cierto estatus.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. Mitología vasca. Madrid: Minotauro, 1960, p. 56.
  2. Resurrección M.ª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, p. 175.
  3. LEF. Recogido por Barandiaran.
  4. LEF. Recogido por Tiburcio de Ispitzua.
  5. Resurrección M.ª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, p. 173.