Quema de hierbas el día de San Juan

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Aria, Valle de Aezkoa (N), en los años ochenta, la víspera de San Juan por la tarde se recogían hierbas con las que se formaba un fajo, fajua. Las hierbas escogidas en esta ocasión eran mirula, hinojo; palmariazkua, malvavisco; ezpata, espadaña; y atxunbelarra (una planta olorosa parecida a la menta). En algunos casos también incluían rosas. Algunas amas de casa este día pasaban por todas las habitaciones de la vivienda con una sartén vieja, kazua, en la que ponían carbón ardiente y el manojo de hierbas de San Juan. Ante cada estancia pronunciaban estas palabras: Gaixtoa kanpora, ona barnera (que salga el mal, que entre el bien).

En Nabarniz (B) la víspera de San Juan se preparaba un ramo conocido como Doniñekargie, la carga de San Juan, compuesta por trugoi-bedarrak, milenrama (que se encontraba por todas partes); sorgin-bedarrak, planta silvestre que salía en la maleza; San Juan idea, helecho de San Juan; larrosak, rosas; astalarrosak, rosas silvestres; andrainak, endrinas; zintura-bedarrak–pintanoa–, pulmonaria; marabilek, margarita; etc. Para que el ramillete quedara más florido le añadían también lirios cultivados en casa y alguna otra flor. Al día siguiente se iba con la carga a la iglesia para que recibiera la bendición del cura. Algunos informantes puntualizan que colocaban un trozo de esta carga de San Juan en todas las puertas del caserío.

Cuando estallaba una tormenta con gran aparato eléctrico se tomaba un pedazo de la carga, se colocaba en la pala del carbón y se quemaba a la entrada de la casa[1]. Esto mismo se practicaba en Bedarona (B).

Jondana Jühane liliak, flores de San Juan, sobre la puerta de una casa de Altzai (Z), 1997. Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.

En Aia (G), según se consignó en los primeros decenios del siglo XX, cuando tronaba y relampagueaba, se ponían brasas en una pala de hierro de hacer talo, en el portal de la casa, y luego se echaban en ella las yerbas, claveles, ramas de cerezo y demás plantas secas bendecidas el día de San Juan. Cuando éstas se quemaban, para protegerse de los rayos se ahumaban y bendecían con el humo que despedían, la cocina, las habitaciones, la cuadra y todos los rincones de la casa[2]. Una costumbre similar se ha recogido en Axpe (B).


 
  1. Segundo OAR-ARTETA. “Doniane kargea eta San Juan sua” in Etniker. Núm. 13 (2004) pp.127-135.
  2. LEF. Recogido por Jon Iruretagoyena.