Apéndice 2: Diversidad de vertientes en casas de planta rectangular

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Aguirre recogió diversas formas de techumbre adaptadas a la planta más corriente, que es la rectangular. En algunas ocasiones la longitud del edificio es un tercio o un cuarto más que el ancho de la casa, dándose en alguna región, como corriente, la planta enteramente cuadrada, que en otras regiones quedó reservada solamente a las casas torres, casas fuertes y palacios.

La vivienda con tejado a una sola vertiente (fig. 1) no es corriente y más bien rara en casas aisladas. Es más frecuente hallar esta techumbre en casas agrupadas de aldeas o barrios. Bien pudiera ser que los casos en que se muestra aislada, en otro tiempo pertenecieran a algún grupo y que por azar fueran desapareciendo de su lado hasta dejarlas aisladas.

El tejado con el caballete atravesando el lado más corto y vertientes iguales (fig. 2), es muy corriente sobre todo en el Beterri y parte media de Gipuzkoa.

La techumbre de eje en su menor longitud y la de eje en la mayor longitud con vertientes desiguales (figs. 3 y 5), son muchas veces consecuencia de prolongaciones posteriores a la construcción del primer cuerpo del edificio, pero en otros muchos casos se puede comprobar que fueron levantados así inicialmente.

El tejado con eje en su mayor longitud y vertientes iguales (fig. 4) alterna muy a menudo con las anteriormente citadas pero es más frecuente hacia la Montaña navarra.

Otras techumbres tienen tres vertientes y eje bifurcado (figs. 6 y 7). La vertiente perpendicular al eje principal da siempre frente al noroeste, coincidiendo con la parte posterior de la casa. Lo mismo puede decirse de la fig. 9 en cuanto a su mayor vertiente, y tanto en esta techumbre de cuatro vertientes como en la anterior de tres (fig. 7), la parte prolongada obedece a veces a añadidos pero en muchos casos es resultado del primer cuerpo del edificio, construido así de primera intención.

Otras techumbres son las de cuatro aguas (figs. 8, 10 y 12), dos sobre planta rectangular y otra sobre planta cuadrada. Esta última es muy corriente en el Goierri, en Legazpi, Zegama, Oñati y otros pueblos de la región, y muy rara en el Beterri.

Algunas techumbres de dos vertientes (fig. 11) presentan un chaflán en un extremo del eje denominado miru-buztan, unas veces en la parte posterior de la casa y otras sobre la fachada. Esto ocurre cuando las condiciones del terreno han obligado a dar cara al noroeste ya que sin duda tiene por objeto presentar menos resistencia al viento.

Algunos tejados son de mayor longitud (fig. 13), con dos vertientes iguales sobre una planta rectangular excesivamente alargada; se trata de edificios dependientes de la casa de labranza y denominados con los nombres de borda, baltegi, txabola y otros, que sirven como corrales, almacenes de grano, pajares y para guardar herramientas.

Distintas techumbres de casas de labranza. 1925. Fuente: José Agirre, Sociedad de Eusko-Folklore (1925-29).

Las necesidades crecientes de la vida de labranza dan origen en muchos casos a que el primer cuerpo del edificio vaya aumentando con otros nuevos adosados a sus paredes lo cual es causa de que el techado adquiera también nuevas prolongaciones[1].


 
  1. José AGUIRRE. “Establecimientos humanos. Casas de labranza. Techumbres” in AEF, V (1925) pp. 141-150.