El culto a los difuntos de la familia hoy día
Se describen algunos ejemplos de cómo ha quedado el culto a los difuntos de la familia hoy día. Es general el dato de que las celebraciones funerarias se han simplificado mucho. Actualmente también es común ofrendar flores y coronas de flores tanto en el funeral como en el cementerio. Algunas familias acostumbran entregar dinero al sacerdote para la celebración de misas aplicadas por el eterno descanso del alma del difunto. Particular relieve han adquirido las visitas a los cementerios para limpiar las tumbas y adornarlas con flores en la festividad de Todos los Santos y el día de Ánimas.
Se está generalizando el que las misas de salida, olata mezak, se celebren conjuntamente por todos los fallecidos durante un mes en la parroquia, un domingo del mes siguiente. Otro tanto ocurre con los aniversarios que se celebran juntos un domingo del año siguiente en el mes correspondiente al que tuvieron lugar los óbitos.
Se aportan algunos ejemplos por tratarse de un tema ampliamente estudiado en el volumen de esta obra dedicado a los ritos funerarios[1]. Cada uno de los casos mencionados a continuación aporta unos aspectos que añadidos a los de las otras localidades ofrecen una visión de conjunto de la situación actual.
En Bernedo (A) el culto a los difuntos se ha reducido a la celebración de la misa funeral y entierro, que por lo general se hace por la tarde, y al novenario de misas que le acompañan. También tiene relieve el aniversario. Ya no se celebra el banquete fúnebre de los familiares tras el funeral. En Agurain (A) después del día del funeral se hace una novena de rosarios y misa rezada. La misa de aniversario se celebra en la parroquia de forma conjunta en memoria de todos los fallecidos en el año. En Moreda (A) en la festividad de Todos los Santos el párroco cita en el cementerio a los feligreses a una hora determinada de la tarde para rezar un responso general por los difuntos.
En Beasain (G) debido al gran número de aniversarios de cabo de año que coinciden en el pueblo en un mismo mes, se celebra en la parroquia una misa común de aniversario por todos los feligreses fallecidos en el mismo mes del año anterior, con asistencia de los familiares. Además son muchas las familias que encargan alguna misa particular al sacerdote. También es corriente dedicar al difunto el rezo del santo rosario en alguna de las emisoras de radio que lo rezan a diario.
En Hondarribia (G) hoy día hay quienes el día de Todos los Santos y el día de Ánimas encargan misas por sus antepasados. En las parroquias se celebra una misa mensual por los fallecidos el mes anterior. Hay familias que encargan una misa en el aniversario de la muerte del ser querido.
En Zeanuri (B) se ofrenda dinero por los difuntos entregando a los sacerdotes una cantidad para que celebren una o varias misas, recordando al familiar o familiares difuntos. Desde hace unos años se ha introducido la costumbre, antes desconocida en la localidad, de hacer ofrendas de flores a los muertos sobre las tumbas y panteones del cementerio.
En Amorebieta-Etxano (B) el primer domingo disponible después del funeral se celebra la misa de salida, olata meza. También se dice una misa cantada en el primer aniversario. Las misas que se celebran los domingos en las ermitas suelen encomendarse por la intención de algún difunto. Se menciona su nombre al comienzo de la misa y en la oración por los difuntos.
En Sangüesa (N) hoy se recuerda en el día de su cumpleaños a los parientes fallecidos y sobre todo en el primer aniversario de su muerte haciendo celebrar alguna misa e incluso poniendo esquela en el periódico para invitar a parientes y amigos.
En Valtierra (N) se ha señalado que los vecinos guardan un sentimiento de respeto hacia los antepasados, sobre todo con los que se ha mantenido buena relación en vida. Demuestran su cariño limpiando y adornando las lápidas de las tumbas con flores en las fechas de los aniversarios y por Todos los Santos. En la segunda mitad del siglo XX se introdujo la costumbre de poner fotografías de los difuntos en la cruz de la lápida. Rezan por los difuntos y les ofrendan flores en días señalados.
En Elgoibar (G) se ha consignado la siguiente costumbre que también se practica en otras localidades que consiste en que cuando alguien fallece en accidente, los familiares y amigos depositan flores en el lugar donde se ha producido el percance. A veces incluso colocan un monolito u otra señal donde se hace una breve alusión a su persona.
A partir de comienzos del siglo XXI va siendo cada vez más frecuente que se incineren los cadáveres, en lugar de inhumarlos. Esto ha supuesto el casi desvanecimiento de los velatorios y las visitas a la casa del difunto. El cuerpo se expone en el tanatorio de la funeraria, en las salas privadas de que disponen para cada familia con esta finalidad, adonde acuden hoy día los familiares y las visitas a expresar sus condolencias. Al funeral, si es de cuerpo presente, la familia lleva la urna funeraria. Las cenizas en ocasiones se depositan en la sepultura del cementerio; otras veces se guardan en casa o se aventan en un lugar de significación para el finado. También se adoptan soluciones mixtas.
- ↑ ETNIKER EUSKALERRIA, Ritos funerarios. Bilbao: 1995, pp. 455-494.